El relato histórico por entrega: Cuba: Mambises nacidos en otras tierras. Presencia mexicana en nuestras guerras emancipadoras (I de III)

Written by Enrique Ros*

13 de julio de 2022

EN EL PERRIT LLEGA UN MEXICANO EXCEPCIONAL

Si nacen hombres para ser militares, uno de éstos es Gabriel González Galbán quien, nacido en la ciudad de México en 1846, a los 16 años, ingresa en el Colegio Militar de Chapultepec. Incorporado al Ejército Mexicano combatió a los invasores franceses en más de 30 acciones, entre ellas, su primera, en Atlixco, Querétaro y en el Sitio de Puebla. Terminada la guerra contra Maximiliano en México pidió su licenciamiento para combatir por la independencia de Cuba. No vendría solo; junto a él estará otro de sus coterráneos José Inclán polémica figura de la que hablamos ampliamente en estas páginas.

González Galbán llegado a La Habana en enero de 1869 se pone en contacto con la Junta Revolucionaria de La Habana. Parte hacia Jagüey Grande para unirse a los que en la provincia de Matanzas se levantan contra la metrópoli española. Antes de incorporarse a las fuerzas es detenido y marcha a Nueva York embarcándose allá, por inquietud militar, a las órdenes del General Thomas Jordán en el Perrit que lo coloca al frente de la organización que llamarán «Rifleros de la Libertad».

La expedición del Perrit que salió de Nueva York en mayo de 1869, coincide con el triunfo de las fuerzas del Ejército Mexicano contra la invasión francesa que había culminado con el fusilamiento del emperador Maximiliano en mayo de 1869 en Querétaro. Casi todos los mexicanos con experiencia militar que llegaron a Cuba habían servido, lealmente, en el Ejército Mexicano frente a las tropas francesas de ocupación.

Con este grupo llega González Galbán en el Perrit para desembarcar en la península de El Ramón el 11 de mayo de aquel mismo año.

Ya estamos en 1876 y en el Cafetal de González (Loma del Jíbaro), en Las Villas, combate este incansable insurgente, que honraba a su país nativo, siempre bajo el mando superior de Gómez, a una columna de caballería formada por dos escuadrones del Regimiento de Lanceros del Rey y guerrillas de Villa Clara. Junto a González Galbán estarán el Teniente Coronel Enrique Loret de Mola y las escoltas de los generales Julio Sanguily y Manuel de Jesús Calvar. La batalla fue ganada por las fuerzas cubanas pero demoró el avance de nuestras fuerzas invasoras.

Sirviendo a las órdenes de Agramonte participa en el ataque a la guernición de Las Yeguas (Caridad de Carobabo) el 26 de julio de 1872 donde encontró una oposición más fuerte que la esperada; continúa en Camagüey y en agosto toma parte en el ataque a Nuevitas bajo el mando de Máximo Gómez junto al Teniente Coronel Henry Reeve y los Coroneles González Guerra y Gregorio Benítez, tomando la ciudad.

González Galbán se distinguirá en la histórica batalla de Palo Seco (12 de enero de 1873), que comentaremos en esta obra, de nuevo bajo las órdenes de su mentor Máximo Gómez; y en la de Naranjo-Mojacasabe donde la infantería oriental y la caballería ca-magüeyana eran comandadas por Gómez y las fuerzas ibéricas dirigidas por el Brigadier Bastiones. Siempre junto a Máximo Gómez, el valioso mejicano interviene en otra de las más importantes batallas: Las Guásimas (15 al 19 de marzo, 1874) comandando Máximo Gómez a infantes de Las Villas y Camagüey y caballería de esta última provincia.

En las Guásimas (Marzo 15, 1874) se ganará sus galones y la confianza del Generalísimo Máximo Gómez quien le daba las instrucciones finales para la gran batalla que se avecinaba. Así instruye al mejicano González Galbán:

«Marche usted a encontrar ese enemigo: lo hallará en las casas del potrero. Provóquelo, resístalo y permita que se entere del número de hombres que le acompañan; entonces él lanzará fuera de su cuadro la caballería, la que envalentonada por el número y la fuga, cargará a ustedes por el carril. Huya usted y atráigalos sobre la emboscada de la infantería, que el resto me toca a mí».

González Galbán cumplió aquellas instrucciones. En su persecución partió la caballería española que al llegar al sitio previsto por Gómez quedó despedazada por el inesperado fuego de la infantería mambisa allí emboscada.

Se convertirá este inteligente y valeroso mejicano en uno de los representantes de Máximo Gómez cuando se estén discutiendo las bases que conducirán al Pacto de Zanjón. Al aceptarse, Máximo Gómez parte de Cuba, y marcha de Santa Cruz a Manzanillo. Lo acompañarán entre otros los peruanos Orocio Prado y José Bonilla junto a Collazo, Salvador Rosado y Rafael Rodríguez.

Al iniciarse la Guerra del 95 Gabriel González Galbán -que en aquel momento se había reincorporado al ejército de México- ofreció sus servicios para volver a servir en el Ejército Libertador cubano pero, desafortunadamente, el Partido Revolucionario Cubano, presidido por Tomás Estrada Palma, no aprobó su ingreso en las filas libertadoras.

OTROS MEXICANOS

LLEGAN A CUBA

En aquel año de 1869 otras dos importantes expediciones arriban a costas cubanas. La primera de estas llega a bordo del vapor Grapeshot el mes de mayo de aquel año. Vienen en ella 18 expedicionarios, entre ellos un mexicano y dos norteamericanos. ¿Quién es aquel mexicano que arriba en el Grapeshot? Se trata de un joven militar, Rafael Estévez que al desembarcar por Baitiquirí, cerca de Guantánamo fue hecho prisionero. Trasladado a Santiago será fusilado aquel joven mexicano el 21 de junio de 1869.

La otra expedición es la de El Salvador, organizada por la Junta Central Republicana de Cuba y Puerto Rico, de Nueva York que trae, como jefe de mar y de tierra, a Rafael de Quesada, el hermano de Manuel. Llegan, junto a este gran cubano, seis hombres nacidos en otras tierras: colombianos, mexicanos, venezolanos, franceses y norteamericanos; uno de estos últimos es William A. Ryan quien había participado en la Guerra de Secesión que recién terminaba en el país vecino.

Temas similares…

SOCIAL

SOCIAL

Por Evelyn Linares ¿A qué edad debo comenzar a recibir mis beneficios por jubilación del Seguro Social? ¿Cuál es la...

0 comentarios

Enviar un comentario