El relato histórico por entrega: Cuba: Mambises nacidos en otras tierras

Written by Demetiro J Perez

22 de diciembre de 2021

Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.

Los primeros extranjeros luchando en cuba (III de VII)

Thomas Jordán había nacido en Luray, Virgina el 19 de diciembre de 1819, graduándose de Sub-teniente en la Academia Militar a West Point. Combatió a los indios seminoles en la Florida y en 1841 participó en la guerra con México. Quince años después, en 1861 renunció al Ejército de la Unión para ingresar en las fuerzas armada de la Confederación del Sur, en su estado natal de Virginia, partid pando en las principales batallas de la Guerra de Secesión: Manassas, BillRun, Shilock y otras. Terminado aquel conflicto establece Jordan contacto con Francisco Javier Cisneros en la organización de la expedición del Mary Lowell y, posteriormente en la del Perrit.

Pronto se van a producir cambios. Thomas, de naturaleza susceptible, se siente marginado por Francisco Javier Cisneros organizador de tantas expediciones.

Se queja Jordan en carta al propio Francisco Javier Cisneros que el General Quesada lo había designado Jefe del Ejército en el Departamento Oriental que era una posición muy distinta a la que el Presidente Céspedes le había ofrecido que era ponerlo directamente a las órdenes del Presidente y que en las conversaciones que sostenía con altos funcionarios observaba celos y divisiones entre generales y jefes de esa región.

Conoce Céspedes de esta queja por copia de la carta que Francisco Javier le hace llegar. Céspedes trata de resolver este temprano conflicto y por la Circular No. 47 de junio 11, nombra a Jordan Jefe de Operaciones pero no recibe el susceptible general el material que había solicitado, y le presenta su renuncia como Jefe de Operaciones. El Presidente le acepta la renuncia y nombra a Francisco Vicente Aguilera para sustituir al dimitente Jordan. La lucha no podía detenerse por estas susceptibilidades y celos.

Ya el norteamericano Jordán había culpado al holguinero Julio Grave de Peralta de la falta de control que existió en la distribución de armas llegadas en el Perrit. El primero, Jordan, renunciará a su posición; el segundo, Grave de Peralta, será enviado a Nueva York para organizar nuevas y muy necesarias expediciones. Mientras esto ocurría moría, víctima de viruela, Donato Mármol Jefe de la División Cuba. Para sustituirlo el Presidente Céspedes designa al Mayor General Máximo Gómez, el insigne dominicano que se cubrirá de gloria en los 30 años de lucha que recién ha comenzado. En próximas páginas hablaremos de Gómez.

EL GALVANIC. EL GENERAL MANUEL DE QUESADA Y OTROS

Ya hemos hablado del Perrit. Hablemos ahora del Galvanic.

Surgen del Perrit y de aquellas primeras expediciones redes que se van extendiendo a lo largo de la Guerra de los Diez Años y más allá. Hombres de diversas nacionalidades se convertirán en figuras las más, positivas, otras controversiales pero, todas, desempeñando un papel importante en la historia cubana que aún está por escribirse con la necesaria mesura en los juicios que emitimos -y en los hechos que ignoramos-, sobre muchos de ellos. Tal vez este libro aporte un modestísimo grano de arena a alentar a los preocupados en los temas históricos a ahondar, libres de prejuicios, en todo lo acontecido en nuestras luchas emancipadoras durante la segunda mitad del Siglo Diecinueve.

Convirtamos la historia en hechos, documentos y acciones, no en elogios, lisonjas y literatura.

La expedición, del Galvanic, la primera en nuestras guerras por la independencia, fue dirigida por los patriotas exiliados en Nassau, Bahamas, Francisco Argilagos, Francisco Socarrás y Juan Nepomuceno Boza Agramonte y por el Gral. Manuel de Quesada Loynaz, quien la organizó y vino como jefe de mar y de tierra. Para la travesía emplearon la goleta de bandera inglesa Galvanic, cedida por su dueño, a la vez expedicionario, Enrique Loynaz Arteaga, quien venía como capitán de la misma, y traía como segundo a Francisco (Pancho) Vargas. La Galvanic era de gran calado y muy veloz, con mástiles de 90 pies y magníficas condiciones marineras; había sido buque de guerra de los confederados del sur durante la Guerra de Secesión de Norteamérica. Entre sus expedicionarios, además del Gral. Quesada, se contaban Julio Sanguily, Rafael Morales, Ramón Pérez Trujillo, Luis Victoriano Betancourt, Federico Betancourt Antonio Zambrana, Francisco la Rúa y José María Aguirre.

Vienen también: José Payán, Juan Monzón López-Arcos, Francisco Socarrás, Domingo Valdés Urra, Pascual Osorio, Enrique Recio, Carlos Loynaz Arteaga, Juan N. Boza Agramonte y Enrique Loynaz Arteaga; los dos últimos llegaban como jefes de las dos compañías en las que fue estructurada la expedición.

Los expedicionarios habaneros habían sido trasladados desde U Habana a Nassau en el vapor Morro Castle por Diego Loynaz. Denunciada la expedición por el cónsul de España, se salvó del embargo al presentar Diego Loynaz, sacrificándola, la fianza de $10,00 (exigida. La Galvanic zarpó de Nassau el 21 de diciembre de 1868 Durante la travesía, en Green Key, los expedicionarios se pusieron la ropa militar y los arreos de campaña; y llegaron a estero Piloto en la ensenada de La Guanaja, en la costa norte de Camagüey, el 27 de diciembre de 1868, sin contratiempos. En la noche del 26 al 27, bajo un temporal, cayó al agua un bote de salvamento con el nombre del buque y con una bandera cubana dentro, lo que fue avistado por los torreros del faro de Maternillos el día 27, los cuales dieron el aviso, por lo que se presentaron 2 cañoneras españolas en el lugar, las que se retiraron cuando se les hizo fuego con el cañón y los fusiles. Luego, los expedicionarios fueron apoyados en tierra por unos 130 patriotas, en lugar de los 2,000 ó 3,000 previstos; no obstante, se salvó toda la carga. El buque se retiró hacia Nassau, adonde llegó sin problemas.

No sólo llegan en el histórico viaje jóvenes cubanos que tendrán una notable participación en la lucha que ahora comenzaba. Vendrán, junto a ellos, dos venezolanos. Del primero, Cristóbal Acosta, hemos hablado con alguna frecuencia. Con él llegaba en aquella expedición organizada por el General Manuel de Quesada el también venezolano Rafael Golding, maestro, como Cristóbal Acosta, del Colegio «El Salvador», de La Habana, que entonces dirigía José María Zayas. Golding al desembarcar quedaba subordinado al Mayor General Ignacio Agramonte, pero resultó herido en el combate de Lauretania, a unos kilómetros del sur de la ciudad de Camagüey, en la provincia de Camagüey, el 27 de marzo de 1871 cuando el Mayor General Agramonte, con su escolta y los rifleros de Bembeta, atacó una columna dirigida por el Teniente Coronel Báscones. Poco después moriría este venezolano, Golding, quien apenas ha sido mencionado en nuestros libros de historia.

Tan desconocido como Rafael Golding son los nombres de Francisco Javier Diez Granados y Juan Más; el primero tenía como base el campamento del Zarzal (mencionados por Rene González Barrios, obra citada), que también da a conocer el nombre de otros dos venezolanos a los que hace referencia Miguel Bravo y Sentíes en su correspondencia con la Junta Central Republicana de Cuba y Puerto Rico. Uno es el hermano del coronel venezolano Octavio Nogues y otro el joven capitán Manuel Rodríguez, expedicionario del Goicuría.

Llegaba en el Galvanic José Payán. Fue Payán un cubano poco afortunado. Nació en Santiago de Cuba el 19 de diciembre de 1845. Al comenzar la Guerra del 68 marchó a Estados Unidos y regresó a la isla como un expedicionario en la goleta Galvanic en la que llegaron 62 expedicionarios, casi todos procedentes de La Habana. Había sido Manuel de Quesada Loynaz el organizador de aquella expedición.

Forman muchos de ellos la Compañía Rifleros de La Habana. Poco después Payán se traslada a la región de Sancti Spíritus de cuya división fue designado Segundo Jefe en 1870 subordinado al General Marcos García que habrá de convertirse en un serio crítico de Carlos Manuel de Céspedes. Participa Payán en varios encuentros; entre ellos el de Atollaosa donde tropas a su mando emboscaron una columna integrada por unos 350 mienbros del Regimiento Tarragona. Tomará parte también en las batallas de Guasimal, Piloncito, Santa Elena y San Agustín.

(Continuará la semana próxima)

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