El artista y opositor cubano Luis Manuel Otero Alcántara, que recibió el alta este lunes tras permanecer cuatro semanas ingresado e incomunicado en un hospital de La Habana, anunció que seguirá con su activismo y reclamará la liberación de otros compañeros encarcelados.
«Mi prioridad número uno son mis amigos, que están presos», declaró Alcántara, de 33 años, en una entrevista con Efe horas después de salir del hospital Calixto García, donde fue ingresado el 2 de mayo tras declararse en huelga de hambre y sed por una semana.
La estancia en el hospital del líder del opositor Movimiento San Isidro (MSI) atrajo atención internacional ya que su entorno denunció el «secuestro» del artista por parte de las autoridades, que lo mantenían incomunicado con el exterior, y Amnistía Internacional lo declaró «preso de conciencia».
Varias entidades e instituciones han denunciado desde entonces la situación o han expresado preocupación, entre ellas Amnistía Internacional (AI), Human Rights Watch (HRW), el Gobierno de EE.UU. y el Parlamento Europeo (PE).
Otero Alcántara aseguró que el pasado 2 de mayo fue sacado de su casa de madrugada por la fuerza, esposado y trasladado al hospital, donde en principio retomó la huelga de hambre pero finalmente desistió.
El artista, que presenta buen estado de salud, opinó que sus últimos 15 días de ingreso en el hospital «fueron totalmente injustificados», ya que se encontraba bien y considera que debería haber recibido el alta antes, pero las autoridades prefirieron mantenerlo ingresado.
«Tenía la luz encendida 24 horas y tres agentes de seguridad del Estado vigilándome para impedirme salir de la habitación», relató, preguntado sobre su estancia de 29 días, en los que no tuvo acceso a internet, llamadas telefónicas o visitas, con excepción de algunos familiares cercanos «cinco minutos y a distancia».
La dirección del Hospital Universitario General Calixto García, sin embargo, aseguró en un comunicado que se «ha respetado la voluntad del paciente, tanto para los procederes médicos, los cuidados, su nutrición y el tiempo de permanencia».
También afirmó que en los 29 días en los que ha estado ingresado «su evolución ha sido favorable, con parámetros clínicos y de laboratorio que ya se encuentran todos dentro de rangos normales».
NI SEDANTES NI ELECTROSHOCK
El disidente negó que le drogaran con sedantes o le aplicaran terapia de electroshock en el hospital, tal y como habían denunciado otros activistas las pasadas semanas después de publicarse un video en el que parecía no expresarse con normalidad. También confirmó que mantuvo buenas relaciones con el personal médico que le atendió.
Por último, denunció haber sido sometido hoy a un interrogatorio con «amenazas» poco antes de recibir el alta, en el que agentes de la seguridad del Estado cubano le trataron de persuadir para que deje el activismo político y le advirtieron que, de lo contrario, podría acabar en prisión.
Sin embargo, aseguró que continuará con su lucha. «Después de que toda esa gente salió por mí, yo sería muy descarado y sinvergüenza si me acomodara», remarcó, y adelantó que una de las primeras acciones que tiene planeadas es «un concurso de literatura», sin ofrecer más detalles.
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