El misterio lunar tras las fechas de Semana Santa

Written by Libre Online

4 de abril de 2023

No es fácil prever cada año cuándo se celebra la Semana Santa para planificar unas pequeñas vacaciones, o para los fervientes cristianos dedicar esos días a las múltiples celebraciones religiosas que se organizan en el mundo en recuerdo de los últimos días de Cristo y que señalan las fechas más sagradas para el orbe cristiano.

Por Isabel Martínez Pita

• La variación de la fecha de Semana Santa responde a que el Año Litúrgico no se ciñe al año solar, sino al ciclo lunar, que antiguamente dominaba los calendarios. Así, hasta la actualidad, los meses en el calendario judío son de 29 días que se alternan con 30 días, y la Pascua, originalmente judía, se celebraba cuando se producía la primera luna llena tras el equinoccio de primavera en el Norte (otoño en el Sur), en memoria de la noche en que Moisés y las 12 tribus huyeron de Egipto.

• El protagonismo de la luna en la Semana Santa tiene su razón de ser en la descripción en el Nuevo Testamento de los hechos acaecidos alrededor de la muerte de Jesús en los que se señala la presencia de la luna llena el viernes de su crucifixión, en Jerusalén. De ahí que la Iglesia busque una luna llena para celebrar estas fechas.

• En la actualidad, cada pueblo, región o zona del orbe cristiano tiene su peculiar manera de sentir y vivir estas fechas, desde el silencio más profundo acompañando a los sentidos “pasos” que emulan el sufrimiento de Jesús y su Madre, la Virgen María, hasta el ruido más estruendoso que en muchas ocasiones trata de imitar la sacudida que sufrió la Tierra, en la tarde del Viernes Santo, al expirar Jesucristo.

La Iglesia católica estableció su periodo litúrgico más importante con la Cuaresma (40 días sin incluir los domingos), que comienza el Miércoles de Ceniza, tres días después del Domingo de  Carnaval, hasta el término del tiempo pascual con el Domingo de Pentecostés, día en el que se conmemora la venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles, reunidos con la Madre del Señor y que señala el final del tiempo de Pascua, un periodo de siete semanas, es decir, cincuenta días (de ahí el nombre de origen griego ‘pentecostés’=50) y que este año será el 28 de mayo.

Por último, diez días antes de Pentecostés, es decir, un jueves, se celebra la fiesta de la Ascensión, que conmemora la ascensión de Jesucristo al Cielo, y diez días después, otro jueves, el próximo 8 de junio para el presente año, tiene lugar la del Corpus Christi, o Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Todo este ciclo no tiene unas fechas fijas dentro del año civil que comienza el 1 de enero y termina el 31 de diciembre, sino que depende de la fecha en que se celebre la Pascua de Resurrección, y ésta varía de unos años a otros, condicionando con esa variación todo el resto del calendario eclesiástico y con él las festividades móviles, es decir las que no coinciden todos los años el mismo día.

ORIGEN DE LA PASCUA JUDÍA

La variación de la fecha de Semana Santa responde a que el Año Litúrgico no se ciñe al año solar, sino al ciclo lunar, que antiguamente dominaba los calendarios. Así, hasta la actualidad, los meses en el calendario judío son de 29 días que se alternan con 30 días, y la Pascua, originalmente judía, se celebraba cuando se producía la primera luna llena tras el equinoccio de primavera en el Norte (otoño en el Sur), en memoria de la noche en que Moisés y las 12 tribus huyeron de Egipto; de ahí que el Pesaj (Pascua judía) siempre concuerde con esa fase lunar, conocida como ‘Luna Nisan’.

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