El general Antonio Maceo

Written by Libre Online

13 de junio de 2023

El 14 de junio se conmemoran los 178 años del natalicio de una de las más excelsas figuras de América. Hace más de una centuria que en una humilde casa de Santiago de Cuba nació Antonio Maceo. 

Más que por su valor, que no tuvo límites; más que por su inteligencia, que fue luminosa y profunda; más que por su tierno corazón generoso, en el que no cupo ni el rencor ni la envidia. 

Antonio Maceo ocupa un lugar cimero en la historia de su patria y de América por haber sido el hombre que supo cumplir con su deber. ¡Cumplir con su deber!: esto es lo importante.  

José Antonio de la Caridad Maceo y Grajales (San Luis, Santiago de Cuba, 14 de junio de 1845 – San Pedro, La Habana, 7 de diciembre de 1896) fue un militar y político cubano, Mayor General y Lugarteniente General del Ejército Libertador, apodado «El Titán de Bronce» y uno de los líderes mambises. Luchó por la independencia de Cuba en la guerra de los Diez Años y, tras varios años exiliado fuera de la isla, en la Guerra de Independencia de 1895, cayendo en combate durante su desarrollo.

Hijo de padre venezolano y madre negra de humilde condición, tenía veintitrés años cuando se proclamó la República cubana con el Grito de Yara en 1868; junto a su padre y sus hermanos José y Justo, Antonio Maceo se alistó inmediatamente en las fuerzas independentistas.

Su primer ascenso en las filas revolucionarias se produjo al ser nombrado ayudante de Máximo Gómez, y a partir de entonces se dio a conocer como un heroico combatiente, y fue aclamado como jefe de los insurrectos de las Villas. En el transcurso de la Guerra de los Diez Años (1868-1878) derrotó a los españoles en numerosas ocasiones, como en la Loma de la Gallega (1871) o en la batalla de Las Guásimas (1872), tras las cuales alcanzó el rango de Mayor General.

Sin embargo, poco a poco fueron produciéndose fisuras entre los independentistas, y en 1877 rechazó una oferta de alianza con Vicente García para derrocar al gobierno revolucionario; también declinó la propuesta de paz del general español Arsenio Martínez Campos y se negó a acatar la paz del Zanjón de 1878. Antonio Maceo continuó combatiendo y dominó toda la provincia de Oriente, hasta que el desgaste de su ejército lo obligó a exiliarse en Jamaica, desde donde siguió conspirando.

Regresó al cabo de un año para participar en el alzamiento revolucionario que marcó el inicio de Guerra Chiquita (1879-1880). Sofocado este nuevo intento, se refugió en Haití. En 1895, cuando estalló la Guerra de Independencia (1895-1898), Maceo desembarcó en Duaba para unirse a José Martí y asumió la jefatura de las fuerzas de la provincia de Santiago de Cuba.

Durante los combates mostró su valía como guerrillero y táctico militar a lo largo de toda la isla y dirigió eficazmente las operaciones de Pinar del Río. Conquistó la provincia de Oriente, invadió Camagüey, y, a finales de 1895, expulsó de La Habana al gobernador español Martínez Campos. Murió al año siguiente en el campo de batalla.

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