(A 460 años de la fundación de San Agustín de la Florida)
Por Rafael J. de la Morena Santana
Me alegro cuando familiares y amigos visitan San Agustín, los cubanos de Florida deben ir una vez en la vida a la Ciudad Primada, protagonista de la política de Castilla de defender a ultranza sus dominios, es el símbolo y eslabón central de una cadena de la Historia que une a Cuba, España y los Estados Unidos de América.
Al investigar la aparición de los Estados Unidos, se lee en los libros de Historia y de Geografía, conceptos similares al siguiente: “San Agustín de la Florida, es la más antigua ciudad y puerto fundada por europeos, ocupada en forma permanente en el territorio continental de Estados Unidos”.
Por eso acostumbro a decir a los privilegiados que han pisado el sagrado suelo de San Agustín: “dime qué oíste o leíste sobre Pedro Menéndez de Avilés”, y la respuesta ha sido: ¿quién es ese?, por supuesto, en esto influye que en Cuba recibieron en las escuelas una Historia tergiversada por la propaganda de un desgobierno que odia la Verdad, el Bien y la Justicia.
Pero a pesar de eso… ¡es inesperado, imposible e increíble!, no saber de Pedro Menéndez de Avilés, porque San Agustín es fiel a su memoria. Para atenuar el descuido, los turistas sí conocen a Juan Ponce de León, Descubridor de Florida en 1513, quien herido mortalmente por una flecha allí en 1521, murió en La Habana y fue enterrado en la Catedral de San Juan, Puerto Rico.
¿Quién fue en realidad Pedro Menéndez de Avilés?: su vida fue un canto al coraje, la audacia, el amor, el patriotismo, el sacrificio y la inteligencia en función del cumplimiento del deber. En España, es un héroe, sus hazañas han avivado el espíritu aventurero que cada niño lleva dentro.
Este soldado tuvo la visión político-militar para consolidar el poder español en la península de la Florida. A él se debe el esfuerzo de la conquista, fundación y defensa del enclave de la acogedora villa de San Agustín, que durante 256 años fue un sitio estratégico para el Imperio Español.
Pedro Menéndez de Avilés había nacido el 15 de febrero de 1519 en la ciudad de Avilés, en el Principado de Asturias al norte de España, en una familia de hidalgos asturianos. A los 14 años se escapa para alistarse como grumete en una flota española encargada de perseguir corsarios.
Tras dos años de aventuras en el océano regresa al hogar, se casa con Ana María de Solís, pero pronto vuelve al mar. Capitanea un barco y en el Mar Cantábrico captura dos navíos franceses, tiene 19 años y es su primera acción de mérito, defiende a su ciudad, que en ese momento está en auge comercial por haber sido autorizada a comerciar de forma directa con América.
En 1544 una escuadra francesa mandada por Jean Alphonse de Saintoge (1), viola la Paz de Crépy entre España y Francia y captura en Finisterre, Galicia, 18 naves vizcaínas, Menéndez le persigue con su flotilla hasta el puerto de La Rochela donde se ha refugiado, aborda la nao capitana, personalmente da muerte al jefe galo y logra salir de allí con las presas rescatadas.
El Rey de España Carlos I, lo congratula y le autoriza a continuar en sus acciones contra los galos, el marino asturiano fue responsable de que finalizasen las correrías francesas por las costas gallegas y asturianas. Regresa a su terruño como un héroe, vive tranquilo junto a su esposa e hijos, pero solo por poco tiempo, el deber y la pasión por las aventuras le llaman.
Por el prestigio alcanzado, en 1554 Carlos I le entregó el mando de la flota que llevó a Felipe, Príncipe de Asturias, a Inglaterra para casarse con la reina María Tudor. Por sus éxitos como guerrero naval, entre sus misiones en Europa le enviaron a participar en campañas terrestres como la de Flandes, él se destacó en la batalla de San Quintín en 1557 contra los franceses.
La Gloria se alcanza en América
En 1552 había comenzado sus viajes a América, en 1555 es nombrado Capitán General de la Carrera y la Flota de Indias por Felipe II, cargo que ocupará de forma casi continua hasta 1574. Una de sus misiones iniciales fue de contralmirante de la flota del Virrey del Perú, Andrés Hurtado de Mendoza. Salió de Sanlúcar de Barrameda el 15 de octubre de 1555 con setenta y ocho navíos mercantes, dos galeones de la Armada y tres carabelas. Llegó incólume a su destino en Lima, algo inverosímil en aquel tiempo por las tormentas y los ataques de piratas y corsarios.
En 1561 Menéndez de Avilés fue designado como organizador del Sistema de Flotas ibérico, para establecer rutas seguras y frenar las acometidas de los depredadores europeos, léase Inglaterra, Francia y Holanda, los piratas de la isla de Tortuga y de la península de la Florida. Al regularizar la navegación con las Indias Occidentales crea dos flotas hacia Sevilla:
-La de Nueva España que tocaba en Veracruz, Honduras y las Antillas.
-La de Tierra Firme que pasaba por Panamá, Santa Marta, Maracaibo y Cartagena de Indias.
Solo por esto merece un lugar de lujo en la Historia, él creó un corredor oceánico con escuadras, servicio de inteligencia y una logística de vanguardia para la época, este sistema de defensa naval garantizó la seguridad de las riquezas americanas, protegió el comercio y cimentó la prosperidad imperial por siglos. Fue España, por el genio de Menéndez de Avilés, quien dominó los mares hasta el siglo XVIII contra las armadas europeas, los corsarios y piratas, de forma abrumadora impuso su ley con inteligencia y valor a hierro y fuego.
En 1563 Menéndez aniquiló al pirata francés Francois Le Clerc, luego dirigió una flota que trasportaba metales preciosos desde México hasta España. Entonces pidió permiso para regresar en busca de un buque perdido donde viajaban su hijo y otros amigos, pero este le fue denegado, es detenido por la Casa de la Contratación de Sevilla junto con su hermano Bartolomé. Dos años está encarcelado por intrigas, apeló al rey Felipe II, y el Rey Prudente le hizo justicia.
Hazaña en La Florida
Al ser reivindicado, pide que se le permita buscar a su hijo que piensa puede ser un náufrago en La Florida. Es autorizado con la condición de explorar y conquistar esta península descubierta en 1513 por Juan Ponce de León, de la que había tomado posesión bajo el pendón de Castilla, pero estaba abandonada a su suerte y ocupada por piratas y colonos que se burlaban de la jurisdicción de España, y pretendían arrebatarle el territorio al Imperio Español. Para este encargo, en 1564 Menéndez de Avilés es nombrado Adelantado de Indias.
Invirtió sus finanzas en la expedición, y cuando estaba a punto de zarpar, llegaron órdenes superiores a Sevilla: erradicar la amenaza de la ilegal y desafiante presencia francesa en La Florida, elemento de la política exterior de Carlos IX, Rey de Francia, enemigo constante pero solapado de España. Menéndez tenía que expulsar a los impertinentes protestantes y aniquilar a los piratas que usaban esas costas como escala en la ruta hacia las posesiones hispanas.
El gobierno de Madrid conocía que desde 1562, el capitán Jean Ribault (2) había explorado las costas floridanas como preludio de una usurpación por París de los derechos castellanos, incluso fundó un efímero puesto de avanzada llamado Charlesfort en una isla de la actual Carolina del Sur. Este hecho era ofensivo para los españoles que habían mantenido su reivindicación sobre la Florida. La dinastía Real de los Valois, pretendía establecer una cabeza de puente para atacar la Flota de Indias en su rumbo a través el Canal Viejo de las Bahamas, trasladar las guerras de religión al Nuevo Mundo y desviar la agresividad de la opinión pública francesa contra España.
(Continuará la semana próxima)
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