Por José “Chamby” Campos
En diciembre de 1960 el actor Gene Autry, uno de los más destacados artistas de películas del oeste, fue otorgado una franquicia de béisbol para el estado de California. De ahí nacieron Los Angelinos, los cuales han tenido varias sedes, pero siempre han mantenido el mismo mote.
La organización llegó a su cima cuando bajo el mando de Mike Scioscia derrotaron a sus vecinos del norte, Los Gigantes de San Francisco, coronándose así campeones mundiales en el 2002.
El equipo tiene un historial de situaciones trágicas que van desde casos risibles hasta tristes muertes y dentro de estas hay cuatro ocasiones donde cubanos han sido los protagonistas.
Todo este infortunio comenzó cuando el novato Dick Wantz, quien había lanzado una entrada para los Angelinos en abril de 1965 ingresó a la lista de lesionados, sufriendo dolores de cabeza. Primero se le diagnosticó como un virus, pero luego se descubrió que tenía un tumor cerebral. El joven de 25 años no sobrevivió la operación a la cual fue sometido para extirpar el tumor y dejó de existir el 13 de mayo. Fue el primer jugador de los Angelinos que murió mientras estaba en el roster activo.
Bruce Heinbechner nunca lanzó en un partido de temporada regular en las mayores, pero despuntaba como una buena promesa. Las probabilidades de formar parte del equipo como relevista zurdo eran altas, pero el 10 de marzo de 1974 falleció cuando su automóvil se volcó y lo aplastó. Esto ocurrió mientras regresaba al hotel de entrenamiento de primavera en que se albergaba el conjunto. La policía nunca encontró motivos por el cual el accidente hubiera ocurrido. Se pudo determinar que el joven de 23 años no se encontraba bajos los efectos de alcohol ni de drogas.
El próximo suceso ocurrió el 23 de agosto de 1978. El jardinero Lyman Bostock había firmado con los Angelinos en 1977 como agente libre después de haber bateado .336 con los Mellizos de Minnesota. Durante una serie en Chicago la próxima temporada, visitando familiares, fue balaceado erróneamente por el marido de una mujer que viajaba en el mismo auto en que él se encontraba.
En 1989, el relevista Donnie Moore se suicidó después de dispararle a su esposa; esta gracias a Dios sobrevivió el ataque. A pesar de que estaba fuera del béisbol cuando sucedió este incidente, casi siempre se le menciona como víctima de la desdicha de la franquicia; en parte porque el lanzador jamás se recuperó del jonrón que Dave Henderson le conectó en los playoffs de 1986 necesitando solamente un out para que los serafines fueran a la Serie Mundial.
En realidad, Moore sufría de depresión y de abuso de substancias. No obstante, esta es otra mancha gris en la existencia de Los Angelinos.
El 8 de abril de 2009 ocurrió otro caso devastador. Nick Adenhart quien pocas horas antes, en su primera apertura de la temporada, había lanzado seis entradas en blanco contra los Atléticos de Oakland era pasajero en un automóvil que fue embestido por un chofer que se encontraba borracho. Adenhart y otras dos personas que iban en el auto perecieron a consecuencias de las heridas recibidas en el accidente. El joven de 22 años era una de las esperanzas del equipo.
Cuando entramos en los casos de los cubanos hay tres peloteros y un administrador con una enorme trayectoria de dirigente que forman parte de esta tragedia.
El primer acontecimiento es la historia lamentable de Minervino Rojas, quien durante las temporadas de 1966 a 1968 fue uno de los mejores relevistas del club. Minnie, como era conocido, salvó 43 partidos y tuvo una efectividad de 3.00 carreras limpias por juego, concluyendo con una marca de 23 juegos ganados y 16 perdidos.
El oriundo de Remedios, provincia de Las Villas, estuvo envuelto en un accidente automovilístico el 1 de abril de 1970; que desafortunadamente lo dejó paralítico para el resto de su vida en adición de perder dos de sus hijos. Rojas se encontraba participando en ligas menores ya que había sufrido problemas en el brazo y estaba tratando de regresar al circuito mayor.
Casi dos años a la fecha más tarde, el jugador de cuadro Hiraldo Sablón, más conocido como Chico Ruiz falleció en un percance en la carretera en febrero de 1972 después de haber sido miembro de los Angelinos en 1971. Acababa de firmar con Los Reales de Kansas City y se encontraba a 11 días de comenzar la pre-temporada.
La trayectoria de Preston Gómez en el béisbol de Las Grandes Ligas va desde pelotero a ser el primer cubano escogido para dirigir una novena en sus inicios, a asistente del gerente general. Luego más tarde tuvo asignaciones especiales que iban desde supervisor de scouts e instructor de entrenamiento de primavera.
Como parte de Los Angelinos murió el 13 de enero de 2009 a consecuencia de heridas sufridas cuando fue atropellado por un camión en una gasolinera de Blythe, California, nueve meses antes.
El último caso, a pesar de que no se trata de una muerte, sigue siendo penoso por la manera en que ocurrió y el efecto que tuvo a largo plazo en lo que parecía ser una gloriosa carrera.
Kendrys Morales, cuarto bate y primera base, conectó un jonrón con bases llenas en el décimo inning dejando al campo a Los Marineros de Seattle el 29 de mayo de 2010. Durante la celebración con sus compañeros que lo esperaban en el plato, saltó y al caer se fracturó la pierna izquierda; lo que resultó que tuviera que perder el resto de la temporada además del año 2011 completo. En ese momento el nativo de Fomento llevaba promedio de bateo de .290 con 11 jonrones y 39 carreras remolcadas en 51 encuentros y despuntaba como uno de los jugadores más valiosos de la liga.
Estos son solamente los casos más sobresalientes donde se puede observar la mala fortuna de Los Angelinos de “Los Angeles”, de “Anaheim” y de “California”.
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