EL EDICTO DE PUTIN (III de IV)

Written by Libre Online

4 de abril de 2023

Pero, al gánster ruso —como antes al dictador nazi— tampoco le importa la magnitud de sus pérdidas ni las familias de sus aniquiladas tropas, y menos aún le preocupa las cuantiosas víctimas inocentes que sus indiscriminados ataques con misiles han ultimado. Reclutará 300,000 tropas más —mal entrenadas y equipadas, como carne de cañón—; y si de nuevo las mismas son aniquiladas por las endurecidas brigadas mecanizadas ucranianas, él reclutará otras 300,000 lo mismo que hizo hace algo más de ochenta años el malvado sátrapa nazi cuando anunció alegremente que crearía otro Sexto Ejército.

A medida que el dictador alemán se sentía más y más acorralado, aumentaban sus acciones terroristas, su exagerada propaganda y sus constantes amenazas. Dijo que cambiaría el curso de la guerra con sus nuevas bombas autopropulsadas V-l, lanzadas desde rampas construidas en la costa norte de Francia, y las avanzadas V-2, lanzadas desde plataformas móviles lo cual las hacía menos susceptibles a ser detectadas y destruidas por la nutrida aviación aliada. Sus mejores generales le insistieron para que las dirigiera contra los aeropuertos de Inglaterra y sus fábricas militares, pero el dictador alemán se negó, y las usó como armas de terrorismo contra civiles desarmados dejándolas caer sobre Londres para alimentar el pánico entre la población.

El gánster ruso, igualmente, utiliza sus misiles contra la población civil de Ucrania para sembrar el terror y asesinar a todos los habitantes que pueda, aunque sus «cajitas orgánicas de resonancia» repitan hasta el cansancio que las fuerzas armadas rusas no atacan objetivos civiles, sino sólo militares. ¡Sí, claro!

Adolfo Hitler amenazó con su potente “Cohete de Nueva York”, aparentemente haciendo alusión a la primera bomba atómica que preparaba Alemania. Pero lo hizo sabiendo que sus esperanzas habían quedado ya borradas para siempre desde hacía mucho tiempo cuando la planta electroquímica de «Norsk Hydro», emplazada en un sitio remoto y casi inaccesible de las alturas escandinavas, había sido saboteada y sus depósitos de óxido de deuterio (conocido como «agua pesada») habían quedado destrozados por esa intrépida acción de un comando inglés. Sus repetidas afirmaciones al respecto eran sólo un «bluff’.

Vladimir Putin, por su parte, ha intentado intimidar con sus misiles hipersónicos (Kh-47M2) «Kinzhal», pero sólo dos o tres han sido arrojados en Ucrania sin mayores daños que los regulares cohetes crucero. Y los misiles hipersónicos rusos no mantienen esa alta velocidad durante todo el trayecto, ofreciendo etapas de su vuelo en que son vulnerables; son imprecisos, muy costosos, y la alta temperatura de 3000 grados en velocidad de Mach-5 ha entorpecido el uso de sus sensibles instrumentos de a bordo. Igualmente ha proclamado que su nuevo tanque «T-14 Armata» es el más poderoso del mundo, pero algunas versiones afirman que sólo dos han entrado en el teatro de operaciones de Ucrania, y varios oficiales de brigada sostienen que no han visto ni uno. El gánster ruso es también muy proclive al «bluff.

Y, como dato curioso, se debe saber que el sistema de munición auto-cargable del T-14 es mucho más lento que el manejo manual empleado por la mayoría de los tanques de occidente. ¡Por cada disparo efectuado se recibirían tres! ¡Bienvenidos a Ucrania!

Adolfo Hitler conminó al Gran Almirante Doenitz para que notificara a los comandantes del Grupo de Ejércitos del Oeste, que los nuevos submarinos eléctricos hundirían a la flota aliada fondeada en la bahía del Sena en el verano de 1944. La realidad es que solamente uno, ciertamente, logró navegar bajo toda la flota sin ser detectado, pero sus tubos de lanzamiento se hallaban vacíos ya que los torpedos especiales para ese sumergible ni siquiera estaban listos. Otro «bluff de Hitler y Goebbels, su ministro de propaganda, engañando a sus propios oficiales con la ilusión de «las nuevas armas». También estuvo presente, junto a toda la jerarquía nazi, en la botadura del acorazado «Bismarck» afirmando que su poder era muy superior a cualquier buque inglés de superficie y calificándolo de «invencible». Pero fue hundido el 27 de mayo de 1941, a sólo seis días de haber zarpado.

Vladimir Putin había declarado al «Moscú», el buque de superficie más avanzado de su clase, equipado con visibles tubos lanza cohetes a ambos lados de su estructura. Era el potente buque insignia de la flota del Mar Negro, y merecedor de llevar el nombre de la capital rusa. Pero las fuerzas armadas ucranianas, sin prestar atención a sus amenazas, lo enviaron al fondo del mar con dos misiles Neptuno de fabricación doméstica.

El gánster ruso ha esgrimido con aburrida frecuencia la amenaza nuclear, y sus cotorras repetitivas del Kremlin las mantienen en vigencia oral casi a diario, como si Rusia fuera el único país que posee armas nucleares. Pero deberían aprender del taimado Chino Rojo Xi Jinping, que ni siquiera menciona eso, a pesar de la crisis con los «globos espías» chinos y las hostiles y marcadas diferencias sobre Taiwán.

Felipe Lorenzo

Hialeah, Fl.

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