El ministro de economía cubano acaba de acuñar el sello fascista de la dictadura cubana, que se auto declaraba “socialista” (con tránsito hacia el comunismo) al expresar impúdicamente –y como si nada– que quitarle dólares a un pueblo que gana en pesos, es la salvación nacional.
Que discurso tan diferente al del 1959, cuando se declaraba que la “revolución” se hacía “por el pueblo, con el pueblo y para el pueblo”, cuando ahora se justifica como de vida o muerte el exigirle a ese mismo pueblo que consiga dólares “como sea”, si quiere desayudar, almorzar y comer cada día, en un país que se gana en pesos y donde el dólar está “perseguido”. Eso sólo tiene un nombre: “Fascismo”, y como ha sido engendrado por los hermanos Castro, pues Castro-Fascismo es el nombre más conveniente en el diccionario de la actual ignominia cubana.
La cúpula castrista 2022 “gobierna” para mantenerse en el poder y no para servir a su pueblo, que es el objetivo de todo gobierno. Un categoría “dirigente” cuyo objetivo es impedir a toda costa y a todo costo el desarrollo de la capacidad emprendedora de su pueblo, con leyes draconianas que lo limitan, impiden y cercenan como potenciales productores de los bienes y servicios que su pueblo está pidiendo a gritos y que la burocracia castro-fascista impide.
Las agobiantes limitaciones que los gerentes de la dictadura castrista imponen a su pueblo, harían palidecer de envidia a Adolfo Hitler, Benito Mussolini o Francisco Franco –principales líderes fascistas del Siglo XX– que si hubieran obligado a semejantes barbaridades a sus propios pueblos, no hubiera sido necesario la entrada de EUA en la Segunda Guerra Mundial, porque los mismos pueblos, alemán, italiano y español, los hubieran eliminado, ya que aquel fascismo se enorgullecía de gobernar internamente para sus pueblos, sin la estulticia castrista.
El castrismo adicionalmente condena a penas de 25 y 30 años a jóvenes que lo único que han hecho es venir a público a manifestarse pidiendo “libertad”, cantando “Patria y Vida” y gritando “no tenemos miedo”. Es altamente aterrador que el Mundo mire hacia otro lado, cuando la injusticia castro-fascista cae con un peso desproporcionado contra lo mejor de la juventud de la isla. Pero ya se vislumbra la luz en el horizonte, con el brillo marcado por el 11 de Julio de 2021.
Ya el pueblo de la isla ha perdido el miedo, sobre todo las mil familias que tienen hijos y padres condenados injustamente, sólo para provocar el terror. Vamos a ver “a cómo tocamos” cuando les falte Raúl –a punto de “rendir cuentas” ante la divina providencia– tribunal al que nadie escapa, por poderoso,
Antonio Jorge Hernández Fonseca
Miami, Fl .
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