(El Grito de Baire fue autonomista)

Por Rafael Soto Paz  (1952)

Por primera vez se publica cuanto dijo la prensa habanera del levantamiento del 24 de febrero. Hubo 5 “gritos”, dos en Occidente: el de Ibarra, con Juan Gualberto Gómez y Antonio López Coloma de jefes y el de Jagüey Grande, que tuvo de líder al doctor Martín Marrero, y tres en Oriente: el Bayate,  capitaneado por el general Bartolomé Masó; El de Guantánamo que comandó “Periquito” Pérez y el de Baire, lanzado por los hermanos Lora, Florencio Salcedo y otros cubanos. De todos ellos, el único discutido es este último,  por el marcado acento autonomista que lo preside.

 Algunos historiadores afirman que ello se debió a una hábil dilación hasta lograr prepararse bien los alzados. Puede ser, pero lo real y verdadero es que el de Baire fue el único que careció del decidido matiz separatista que tuvieron los otros cuatro. 

La comisión que en nombre de los alzados en Baire visita al gobernador Enrique Capriles y que integran los señores Lora, Escalante, Plazas  y Cardet. Iban en busca de un entendimiento y hasta se dice que solo pedían la destitución del alcalde de Jiguaní, a don Francisco Ramos. 

Otro detalle a observar es lo referente a la bandera enarbolada en el levantisco poblado y la que era española, esto es, roja y gualda, atravesada en forma de X por dos franjas diagonales. La misma fue ideada por el señor Alfredo Betancourt Manduley,  diputado autonomista. De ahí que resulta interesante y esclarecedor lo publicado por los diarios de La Habana en aquellos días iniciales y la reacción en principio, que los “gritos” tuvieron.

Proclama separatista

La mañana del 24 de febrero, acampado en Bayate el general Bartolomé Masó ordena al capitán Amador Guerra que se dirija a Cayo Espino, donde existía un destacamento de la guardia civil y lo asediara. Minutos después el citado capitán batía al destacamento indicado al grito de ¡Viva la Independencia! ¡Viva Cuba libre!

De esta manera se declaraba el levantamiento en guerra.  En Cuba, aquel mismo día, y  en cuya manigua tremolaba la bandera de Narciso López y Joaquín Agüero que es la oficial que nos rige, Bartolomé Masó hubo de escribir la siguiente proclama, que es la primera de su clase habida  en plena revolución: 

A los españoles

Tanto como nosotros, tendréis que convenir en la justicia de nuestra causa: más, nos debemos llamaros a que nos ayudéis a defenderla; eso queda a vuestro juicio y a vuestra voluntad.

Sí, debéis saber, que mientras no nos seáis hostiles, os consideraremos y trataremos como a cubanos, respetando igualmente vuestros intereses. Y sabed, por último, que al hablaros así,  y obedezco tanto a mis naturales sentimientos, como al programa de nuestra revolución. 

Queremos la independencia para todos.

Cuartel General, en Bayate, a 24 de febrero de 1895.

Firmado Bartolomé Masó

Al estallar en Cuba la nueva Guerra de Independencia, el 24 de febrero de 1895,  imprímanse  en esta capital,  cinco grandes diarios políticos y de información general. Dos de ellos convivían con el régimen, sosteniendo cierto liberalismo. 

Los otros tres tenían bien definidas sus ideas políticas “La Lucha” y “La Discusión” son los primeros a que nos referimos. Concedieron desde los primeros instantes grandes espacios a las noticias del movimiento insurreccional hasta que apagados los focos separatistas de Occidente una semana después de los diferentes “gritos” habidos languidecieron sus informaciones. Se habían retirado a “Los Negros” los alzados en Baire; Periquito Pérez, Guillermón,  Banderas y Masó sostenían la enseña del patriotismo en Oriente: pero las noticias escaseaban. El gobierno ofrecía partes oficiales y alambicados. Pretendió quitarle fuerza a un movimiento que, para sus adentros, y tenía la certeza que era formidable.

Los otros tres órganos de opinión eran: “El Diario de la Marina”. “La Unión Constitucional” y “El País”. Los dos primeros representaban a los españoles, divididos en “reformistas” y “constitucionales”, siendo estos últimos conservadores a marcha martillo. Los de la Junta Central del Partido Autonomista tenían su tribuna en las columnas del último de estos tres periódicos mencionados.

Acerca del movimiento decía “La Lucha” que era bastante raro que los alzados no diesen gritos y tampoco tremolaron bandera alguna. ¿Olvidaba acaso este periódico que el grito de independencia lo había dado 27 años antes Céspedes en “La Demajagua”? En cuanto a la bandera nadie ignoraba que esta era la insurrecta del general Narciso López. No era pues, necesario, nuevos gritos, ni bandera nueva.

El 23 de febrero “La Lucha” informa a sus lectores que en el gobierno general se habían recibido noticias alarmantes, y comunicada por el gobernador regional de Santiago de Cuba,  señor Capriles y también que existía inquietud en la provincia de Matanzas. El propio periódico agregaba: Toda la isla está vibrando al impulso del mismo esfuerzo. ¿por qué? Esta es la cuestión. 

Nuestro ilustre Jefe de Policía Pagliery no se da punto de reposo. Su agitación no tiene ejemplo….  El domingo, día 24,  no apareció dicho diario. En su edición del 25, expresaba: “Con estupefacción se enteró allá en La Habana en las primeras horas del día que se acababa de promulgar la Ley de Orden Público de 23 de abril de 1870 en todo el territorio de la isla. (El bando del general Calleja tenía fecha 23 de febrero de 1895”).

“El País”,  expresaba el día 25 la penosa sorpresa que le causó (a los autonomistas) el bando del gobernador general y decía seguidamente: “El Partido Autonomista” cumplirá su deber hoy como siempre. Entendemos que los conspiradores de Nueva York y de la Florida, usurpando la representación del pueblo cubano, escasos, hasta la indigencia, de recursos materiales,  y de secuaces, al lograrse que no lo lograrán, porque el país no lo quiere, traernos una insurrección importada del exterior, solo trabajarían para la ruina general y el desastre vergonzoso de sus proyectos seguido de inevitable retroceso político y económico.

“No sentíase menos contrariado “el reformista” Diario de la Marina, al decir de la edición de la tarde del propio día 25 lo siguiente: “Cuando este país ansioso de paz y sediento de justicia esperaba días mejores en estos críticos momentos algunos espíritus levantiscos, agitadores por temperamento y por carácter, mal avenidos tal vez con la idea de que al plantearse las reformas en medio del general contento… Han osado lanzarse a perturbar el orden.

 “La Discusión” también el día 25 se unió al coro: “El movimiento, decía, no es importante ni podrá hacerlo, dado el estado de ánimo al país, cada día más alejado de la tendencia revolucionaria y más resuelto  a conseguir el progreso por la libertad. El organizar dos o tres partidas y mantenerlos en el campo largos meses no es en Cuba empresa difícil… Lo difícil, lo imposible es arrastrar al pueblo cubano, en masa,  con todos su elementos valerosos a una lucha contra España; porque sin el sistema de gobierno y en la mala situación económica hay grandes motivos de disgusto, hay desesperación. Hoy una revolución no tiene excusas… Ni siquiera explicación. Pero se han sublevado los separatistas cuando los conservadores se liberalizan y cuando los liberales están más cerca que nunca de los poderes públicos”. Terminaba exhortando al general Calleja hacer ecuánime, porque un celo real entendido podía convertir en insurrectos a los hombres pacíficos. 

El 25 del mismo mes “La Unión Constitucional”, órgano de los españoles y cubanos más conservadores dirigiéndose a su colega “Diario de la Marina” exponía:  “Decir en estos momentos que la idea separatista ha muerto en Cuba; alegar para probarlo el testimonio del señor Moret es de preocupación tan grande que de ella seguramente han de reírse todos los que la lean comenzando por el general Calleja. En general Calleja no ha obrado con la ligereza que acusaría el hecho de adoptar tan extrema resolución (la suspensión de las garantías constitucionales) que fuera de Cuba ha de tener mayor resonancia, si creyere, o como el diario afirma que la idea separatista ha muerto. El general Calleja cree bien que los elementos que anhelan la independencia, por causas que el patriotismo nos ordena silenciar en estos momentos,  se mueven y se agitan como no la han hecho desde los tiempos de la guerra. Reiteramos nuestro incondicional apoyo a la autoridad para sostener la causa de España”.

Proclama autonomista

En Baire, en vez de la bandera de la patria se tremola la bandera de España con el agregado de dos listas blancas,  y en forma de X o de la Cruz de San Andrés, de esquina a esquina de sus ángulos junto en ese momento están el coronel Saturnino Lora,  el comandante Florencio Salcedo, el capitán Damián Caballero, el alférez y Ivonet y otros cubanos. Tres días después se le incorpora el coronel de la guerra del 68,   Jesús Rabí. Luego el grupo acampa en un lugar conocido por “Los  Negros” y fija en los  establecimiento y casas un cartel con la siguiente inscripción:

Aviso al público

El Jefe del Movimiento participa al público que al ¿Quién vive? de sus avanzadas,  se contestará ¡España! Y al ¿Qué gente?   ¡La Autonomía! 

Lo que se hace público para general conocimiento.

Baire, 3 de marzo de 1895.  Por el coronel Jesús Rabí, el coronel Saturnino Lora.