Jamil Mahuad, el expresidente que dolarizó la economía en el Ecuador, advirtió que la estabilidad democrática de América dependerá de lo que pase en su país en las elecciones presidenciales del 15 de octubre.
Como se recordará se presentó una segunda vuelta porque los candidatos en contienda, la correísta Luisa González y el empresario Daniel Noboa, no alcanzaron a superar la votación de más de la mitad más uno de los sufragios.
Mahuad, quien está en Miami, resaltó que las elecciones del 15 de octubre en el Ecuador deberán marcar el asentamiento de la democracia en Suramérica.
“Ecuador en estos momentos es uno de los países más importantes y de mayor peso económico en el cono de América del Sur, dado su papel democrático y de desarrollo político y social”, afirmó.
Mahuad ganó prestigió y poder en el Ecuador ya que dolarizó la economía de este país después de que la población ecuatoriana en más de un 90% defendió al dólar como moneda nacional.
Jamil Mahuad, expresidente del Ecuador y profesor de la Kennedy School de Harvard, dijo que en 1998 y 1999 el Ecuador vivió una de las peores crisis económicas, sociales y políticas de su historia. “En este contexto, en el que la devaluación de la moneda y la hiperinflación casi llevan al país a convertirse en un estado fallido, sumado a una extrema liberalización financiera que condujo a la especulación y a una posterior crisis de entidades bancarias, en enero de 2000 yo tomé una de las decisiones más trascendentales en la historia económica del país: dolarizarlo”.
“Sabía que tener el dólar como moneda oficial tal vez era el deseo de varios países, por lo que decidí llevar a mi país a esta clase de economía”, expresó.
Desde hace 22 años, el Ecuador es el único país dolarizado de Sudamérica y 90% de sus habitantes defiende al dólar como moneda. Pero si bien hoy se puede hablar de la estabilidad y beneficios que trajo esta decisión, no se puede olvidar que fue traumática y dolorosa y que en el camino muchos sufrieron.
El expresidente Jamil Mahuad fue el artífice de proceso. Su gobierno, que apenas duró 17 meses, vio como única salida la dolarización ante una inmanejable situación económica.
Después de 22 años de que el país se dolarizó, ¿qué evaluación personal tiene de este proceso?
“La evaluación es muy positiva, por varias razones. Primero, porque lo que fue una decisión de política económica se ha transformado en una política pública estable y, tras 22 años de estar dolarizados, es una política de estado. En un país tan inestable como el Ecuador, tan variable, tan volátil… haber creado una política de Estado, como también lo es la paz con el Perú, fue algo excelente”.
“Segundo, por los resultados económicos. Ecuador tiene la inflación más baja de América Latina, la ha tenido por muchos años. Hoy tenemos la segunda inflación más baja después de la inflación de Bolivia. Tener una inflación de menos de un dígito cuando yo recibí un país con una inflación de 50%, y subiendo, es un logro”, agregó.
¿Qué fue lo que al final disparó el proceso? Porque todo empezó a pasar muy rápido y esa percepción de premura aún persiste…
En el caso del Ecuador caímos en la tormenta perfecta porque tuvimos problemas en la economía real; el Ecuador tenía más o menos el 80% de las exportaciones en cuatro productos: petróleo, camarón, banano y pesca y El Niño destruyó tres de ellas: el banano, el camarón y la pesca; quedamos dependiendo del petróleo y el petróleo cayó a US$ 7 por barril. En esos momentos, ¿qué hace un país para superarlos? Pide préstamo en el exterior. La deuda le permite hacer un puente, pero coincidió que en ese momento (1998-1999) tuvimos la crisis económica de Asia del Este que empezó en el tercer mundo y, como consecuencia de eso, se cerraron los mercados.
“Cuando yo entré a la Presidencia teníamos la deuda más alta en relación al PIB de América Latina, porque ya no éramos sujeto de crédito”, admitió.
“Tuvimos inclusive que caer en “default”, por todo eso la situación fue imposible de manejar y adicionalmente porque no tuvimos un solo dólar de apoyo de las instituciones internacionales, el Fondo Monetario postergó las decisiones, ponía más condicionamientos, fue totalmente inflexible”, recalcó.
¿El correísmo quiere volver al poder?
“Si alguien practicó linchamiento mediático fue el gobierno de Rafael Correa: manipularon a los jueces, me han mantenido fuera de mi país por 22 años, no he podido defenderme como se debía porque no he podido estar allá. Es muy fácil hacer leña de un árbol caído y yo lo sufrí en carne propia”.
“Correa se quejaba todos los días de la dolarización; sin embargo, no la cambió. Cambio la Constitución, cambió la Corte Suprema, tomó todas las decisiones que le dio la gana, ¿pero por qué no la cambió? Porque el dólar era más popular que él, tal vez en el Ecuador era lo único más popular que él y sabía que si lo tocaba iba a tener un revés político impresionante”.
¿Qué puede pasar con la dolarización? ¿Se puede mantener a pesar de los gobiernos?
“Hay siempre un riesgo. La dolarización es como un ser vivo que puede morir por falta de oxígeno, falta de comida y por falta de movimiento. El oxígeno de la dolarización son los dólares, si usted no exporta y no tiene dólares, ¿cómo vive? Segundo, necesita tener un sistema legislativo que le permita moverse, pero todo el esquema de control estatal limita el movimiento del sector privado, y tercero, si usted coge el dinero para el gobierno, para pagar sueldos, en lugar de invertir más en el sector privado, entonces hay más riesgos”.
“Hay que volver sobre Correa porque estuvo 10 años en el poder. Es muy fácil tomar créditos a cualquier tasa de interés, con cualquier proveedor si el petróleo está alto, pero toca pagar esas deudas a gobiernos que tienen el petróleo bajo y ese es uno de los crímenes del populismo en América Latina y en todo el mundo”.
La dolarización a pesar de los políticos de turno se puede mantener. ¿Lo hará el que resulte ganador el 15 de octubre?
“Yo creo que el mejor escudo de la dolarización es que a la dolarización la cuida la gente. Ya pasó en la última campaña electoral, cuando el candidato de Correa (Andrés Arauz) dijo que iba a desdolarizar el país y se cayó tanto en las encuestas, tan rápidamente, que enseguida cambió el discurso. La gente la está defendiendo y eso es lo mejor que puede ocurrir”.
“Ahora, obviamente, un país sin conducción política o con una conducción política terriblemente contradictoria, puede parecerse mucho a un pedazo de balsa en el océano y eso no es lo que un país necesita, un país necesita norte, rumbo, capacidad para que el Estado y el país avancen en ese rumbo trazado”.
¿Qué pasó en su gobierno?, ¿Por qué se cayó?, ¿Podría repetirse en el futuro otro golpe?
“Debí ser más cuidadoso con todas las conspiraciones que se juntaron en el país para armar el golpe de estado que terminó con mi presidencia, yo pensé que el sentido democrático estaba más enraizado en el Ecuador”.
“Ha habido, como ahora, situaciones sociales muy complicadas y muchas personas pescaron a río revuelto en el pasado. Un día, un profesor de Harvard me dijo: “Cuando yo pregunto a gente del Ecuador cuál es la decisión de política internacional más importante de los últimos 50 años, me dicen que haber firmado la paz con el Perú; cuando pregunto cuál es la decisión de política económica más importante de los últimos 50 años, me dicen que la dolarización de la economía. Y cuando pregunto cuál es la decisión de política social más importante de los últimos 50 años, me dicen que es haber creado el bono solidario. No entiendo que ha pasado en todo este tiempo en Ecuador. Pero ahora veo situaciones difíciles y complicadas como el crecimiento de la violencia”
Si usted tuviera que volver a tomar la decisión de dolarizar al país, ¿lo haría?
Sin lugar a dudas, más aún con todos los buenos resultados que ha dado, sin lugar a dudas. La economía del Ecuador ya no daba más. Ya no podía arreglarse ajustando un poco la tasa de interés, ajustando un poco la devaluación, porque todo eso se había hecho y nada de eso estaba funcionando y entonces, por eso, se puso el dólar como moneda nacional”.
“Yo digo que sí. Yo puedo explicar lo que hice, puedo explicar las razones por las cuales lo hice, muchas personas me creerán, muchas no me creerán. Gracias a Dios el balance ha sido y seguirá siendo favorable”.
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