Dos gritos deben repetirse ahora: los del pueblo de Cuba y los del Exilio de Miami

Written by Germán Acero

6 de octubre de 2021

Cary Gonzalo Knapp, quien estuvo luchando en el exilio al lado de Luis Posada Carriles, comentó que el 10 de octubre de 1868  se gestó una verdadera y necesaria revolución del pueblo cubano  acerca de buscar una plena y soberana  apertura hacia la plena independencia de la isla.

Gonzalo Knapp, quien ha venido por esta fecha organizando conferencias en recintos de Miami para explicar el significado de esta importante fecha para los ideales cubanos, recalcó que  allí  en la finca Demajagua de Carlos Manuel de Céspedes se inició la guerra por la independencia de Cuba.

Pero, se preguntó Cary ¿qué significó para nuestro pueblo el 10 de Octubre de 1868?, simplemente, “que ese movimiento continúa después de más de  150 años de ese gran acontecimiento tomando fuerza la lucha del pueblo  para sellar en pleno siglo XXI la libertad de Cuba”.

“Porque allí se demostró que algunos meses después de haberse iniciado la lucha por la liberación de Cuba del dominio colonial español,  el entonces joven José Martí,  señaló en un soneto que elaboró en 1869 que el simbolismo de esta fecha era convertir un sueño en realidad”.

“Pero, a la larga, no fue simplemente un sueño, sino  una sola  verdad: grito de guerra. Un grito que lanzó el pueblo cubano  enfurecido. El pueblo que tres siglos ha sufrido cuando se presentó la opresión, especialmente, contra los negros, vio allí rugir el cañón y las bélicas estampidas de gloria”.

“Se luchó contra el  bárbaro opresor, estremecido. Gimió la solloza  y tímida estampida. Los campos mostraron su grandeza. Y Cuba ,por fin, rompió soga  que la oprimía. Y altiva con la cabeza en alto lanzó el grito de Yara”, agregó.

“¿Cómo fue posible que, en Cuba, bajo el dominio colonial español a través de varias centurias, se pudiera dar inicio a una guerra que tuviera por objetivo alcanzar la independencia?, se preguntó Gonzalo Knapp en su intervención ante un selecto público.

“Porque durante la primera mitad del siglo XIX la clase esclavista de los terratenientes cubanos, trató de resolver sus problemas económicos, políticos y sociales a través de diferentes vías”, apuntó Cary recordando tan significativa fecha para los ideales cubanos.

“ Y, allí se ideó la lucha fuerte, porque no se quería para el pueblo cubano ciertos tipos de corrientes políticas como  la de  una posible anexión de Cuba al territorio estadounidense y también la de lograr reformas por parte de España”, explicó.

“Pero también hubo manifestaciones independentistas, cuyo máximo exponente fue el presbítero Félix Varela. Ya que en la segunda mitad de la década de los años sesenta en el siglo XIX Cuba se encontraba ante una crisis sin solución bajo la dominación española”, recordó.

“No obstante, todavía en algunos sectores se albergaba la esperanza de que, ante esta realidad, España concediera algunas reformas, y así le fueron solicitadas ante la Junta de Información en 1867. Pero esas gestiones fracasaron”, expresó.

“Ello hizo más evidente la necesidad que había de desencadenar la guerra por la independencia. Aunque en  el año 1868 ya existía un movimiento conspirativo que se desarrollaba en diversas zonas de la región oriental”, agregó.

“Pero aun así se presentaban contradicciones y había quienes abogaban por el inicio de la lucha en forma inmediata mientras que otros alegaban que era necesario primero contar con los recursos necesarios y en tal sentido alegaban que la guerra no se desencadenara hasta mediados de 1869, una vez concluida la zafra azucarera”, sostuvo abiertamente.

“Carlos Manuel de Céspedes, atendiendo a la situación existente en el territorio cubano, y a otras cuestiones de carácter internacional, era un ferviente partidario de no esperar más y acrecentaba su actividad conspirativa, lo cual provocó que las autoridades españolas decretaran su detención”, resaltó Gonzalo Knapp.

“Enterado de ello, Céspedes reaccionó sin pérdida de tiempo. Convocó a un grupo de patriotas a su finca y al amanecer del diez de octubre llamó a sus esclavos, les concede la libertad y los insta a que lo secundasen en el empeño de luchar por alcanzar la independencia de Cuba”, afirmó.

“Se inició también un homenaje de cubanos al Padre de la Patria. Se dio lectura  a un mensaje enterrado hace  28 años, después de ser depositado en la tumba de Juan Fajardo Vega, en el cual se destacaba que éste fue  el último combatiente de nuestras guerras por la independencia contra el colonialismo español”, apuntó.

“En el mensaje se reiteraba la confianza en nuestra moral y en nuestras fuerzas, todo por defender el honor de la Patria. «Recuérdennos como hemos sido: imperfectos pero leales», decía el texto, según lo leyó después Cary.

“Por eso, ahora más que nunca, necesitamos que hayan dos gritos:   Los del pueblo cubano y los del Exilio de Miami”, concluyó Cary, quien guarda la memoria patriótica de Luis Posada Carriles en su lucha desde el exterior por la libertad de Cuba.

“Posada fue como Juan Fajardo Vega, un hombre sin intereses comunes, únicamente los que tenían que ver con la libertad y la independencia de Cuba de los dominios o dictaduras o gobiernos foráneos que siempre quisieron dominar  la isla”, sintetizó.

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