Don Shula, distancia y categoría

Written by Libre Online

9 de enero de 2024

Por José “Chamby” Campos

Este próximo fin de semana comienzan los playoffs de football americano y Los Miami Dolphins han calificado por segundo año consecutivo. Esta fecha ha estado ausente muy frecuente en los últimos tiempos.

Por muchos años la franquicia fue el símbolo deportivo de Miami. Motivo de orgullo para toda la comunidad, aunque parte de ella no conocía o no le interesaba el football.

Una organización que nació apenas en el 1965 y fue la envidia de las otras empresas. Su dueño, el más pobre de toda la liga, era el único que generaba el sustento de su familia a través del equipo. 

Joe Robbie invirtió todo el capital familiar y junto a su amigo el actor Danny Thomas pagaron 7.5 millones de dólares por el conjunto. A pesar de que Thomas le vendió su parte casi inmediatamente, su nombre artístico le proveía una buena publicidad. Dentro del grupo también se encontraba Anthony Abraham quien era un conocido empresario automovilístico que ya estaba establecido y avalaba la parte financiera. Los tres caballeros eran católicos descendientes de libaneses. 

Como todo comienzo las primeras cuatro temporadas fueron bien difíciles, sin embargo, los esfuerzos no fueron en vano, ya que por primera vez en su historia Miami era representada por una franquicia profesional al nivel más alto. Los Dolphins era el primer equipo de verdaderas Grandes Ligas, en este caso la Liga de Football Nacional, la NFL.

La presencia de una escuadra profesional en el sur de la Florida y un majestuoso estadio como el Orange Bowl, ayudó a que el valioso juego de campeonato que se le llamó Súper Bowl se llevara a cabo aquí. La ciudad fue anfitriona de 2 de los 3 primeros eventos.

Concluida la campaña 1969-1970 Robbie prometió que contrataría al mejor dirigente de football de EE.UU. Su selección fue el legendario Paul “Bear” Bryant que en ese momento era el mejor de todos a nivel universitario.

Después de visitar las oficinas y los centros de entrenamiento del equipo y prometer que iba a aceptar la oferta realizada, decidió regresar a la Universidad de Alabama. En ese momento el abogado de Minnesota le ofreció la posición al dirigente de Los Colts de Baltimore Don Shula. De esa manera cumplió con su promesa de que Miami iba a conseguir el mejor coach de football de la nación ya que así era como Shula estaba considerado.

Cuando el joven coach de 40 años se instaló con su familia al norte del condado, nadie se imaginó el impacto que tendría no solo en los terrenos de juego, si no también en la comunidad completa. 

De descendencia húngara Donald Francis Shula nació en la ciudad de Grand River, Ohio, en 1930, dentro del seno de una familia católica que le inculcó la fe que vivió y que fue parte integral de su vida.

En el estado norteño creció y cursó todos sus estudios desde la escuela elemental hasta su graduación universitaria en el año 1951. Jugó football profesional durante 7 temporadas e inmediatamente que se retiró, comenzó su carrera de coach asistente. 

Reconocido como un gran estratega del deporte Los Colts de Baltimore le dieron su primera oportunidad como dirigente de un equipo; ahí estuvo hasta que hizo su compromiso con nuestra ciudad.

La familia Shula, su esposa Dorothy y tres hijos, hizo residencia en la ciudad de Miami Lakes, que al igual que los Dolphins era bastante joven y con pocos residentes. Con el tiempo esta comunidad se convirtió en una de las áreas más codiciadas del condado y una de las razones más influyentes era su presencia allí. Todavía después de tantos años la relación “Shula-Miami Lakes” perdura.

Su primera temporada, 1970, al mando del equipo le trajo una gran esperanza a la fanaticada y demostró el talento del húngaro-americano. Los peces concluyeron la campaña regular en segundo lugar de la división con una marca de 10 victorias y 4 derrotas; después de haber terminado en el sótano el año anterior con solamente 3 juegos ganados. Este esfuerzo les recompensó un lugar en la postemporada donde perdieron su primer encuentro 21 a 14 frente a Los Raiders de Oakland.

El 27 de diciembre de 1971 Miami encontró un nuevo líder, Don Shula.

La primera generación cubana, nuestros padres y abuelos, comenzó a interesarse por el nuevo deporte que sus hijos ya disfrutaban. Para satisfacción del nuevo exilio, incluyendo quien suscribe, se respiraba un aire de triunfo. Los partidos se jugaban en “Nuestra Pequeña Habana”, en “Nuestro Orange Bowl”. El resto de Miami tenía que visitar la comunidad exiliada y esta a su vez reciprocaba la gentileza que venía de parte de los visitantes.

Al año siguiente con récord de 10 triunfos 3 reveses y un empate, los locales sobrepasaron los resultados ya establecidos y la contienda fue más exitosa. Se llevaron el banderín de la división Este y fueron los campeones de la conferencia americana. Con solo seis años de existencia participaron en el Súper Bowl siendo derrotados por Los Cowboys de Dallas.

Para esa época el dirigente era el hombre más reconocido y buscado de toda la ciudad. Todas las grandes corporaciones le pedían que se uniera a sus juntas directivas y las organizaciones benéficas recurrían a su persona cuando necesitaban algún tipo de ayuda. El American Cancer Society y la Iglesia Católica fueron sus grandes causas.

1972 fue un año bien revuelto en la nación estadounidense. La guerra en Vietnam continuaba, la economía se desplomó y las protestas en las universidades continuaban. Al mismo tiempo Miami Beach hospedó las convenciones demócrata y republicana; lo que significó que nuestra área estuvo expuesta a todo el mal contento reinante. También el hecho que el presidente Richard Nixon veraneara en Key Biscayne era motivo para envidiar y criticar a nuestro condado.

Sin embargo, por encima de este torbellino de problemas surgía la figura del gran coach, la cual generaba positivismo y esperanza. Los medios deportivos, prensa escrita, radial y televisiva no cesaron de halagar a la organización de Los Dolphins y su figura principal.

Ese 17 de septiembre Los Dolphins vencieron a Los Chiefs de Kansas City 20 a 10 iniciando así una jornada inolvidable. A través de la contienda los muchachos de uniforme color agua enfrentaron enormes retos. El primero fue la lesión al quarterback Bob Griese en el 5 partido. Earl Morrall lo sustituyó por el resto de la campaña regular más el primer juego de playoff. En el encuentro por el título de la conferencia, frente a Los Steelers de Pittsburgh, Griese regresó magistralmente guiándolos a su segundo Súper Bowl consecutivo.

Finalmente, el domingo 14 de enero de 1973 en la ciudad de Los Ángeles versus Los Redskins de Washington; Los Miami Dolphins se coronaron campeones con una victoria de 14 a 7. 

Ese triunfo completó la única temporada perfecta en la historia de los deportes profesionales al tiempo que inmortalizó a Los Miami Dolphins. 

Al frente de esta hazaña está cementado el nombre de la persona más importante en los anales deportivos de Miami, el genial Don Shula.

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