A mi paso por Berlín supe de dos diplomáticos norteamericanos radicados en Alemania que recibían tratamiento médico tras presentar los síntomas del misterioso padecimiento llamado “Síndrome de La Habana”, que incluyen náuseas, fuertes dolores de cabeza, dolor de oído, fatiga, insomnio y alucinaciones, descubiertos en diplomáticos norteamericanos establecidos en Cuba y posteriormente en Rusia y China, así como en Polonia, Taiwán, Georgia y en la misma capital de Washington, D. ., atribuidos a energía de frecuencias radiales y radiaciones de microondas manipuladas por el aparato comunista internacional.
La embajada norteamericana en Berlín lleva a cabo sus propias investigaciones sin reportar al gobierno alemán.
Todo esto es buena prueba de la audacia comunista castrista contra EE.UU.
Andrés Sánchez
New York
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