De Girón a la Crisis de los Cohetes: La segunda derrota

Written by Enrique Ros*

14 de mayo de 2024

En este libro se narra el increíble comportamiento y manejo de la situación 

creada por la militarización soviética de Cuba que culminó con la instalación de los misiles de mediano alcance. El autor señala con el dedo acusador a los hermanos Kennedy y destruye el mito falsamente creado por los apologistas. Ros pone al desnudo ese mito y leyenda, para que se conozca la angustiosa y 

sangrante realidad.

LAs organizaciones revolucionarias 

(I de XI)

Luego del desastre de Girón, y a pesar del ambiente de frustración y desengaño que reinaba, los cubanos en el exilio se fueron lentamente, reintegrando a la lucha. Unos, los menos, a través de las organizaciones revolucionarias a las que pertenecían. Otros, los más, trabajando directamente con la Agencia Central de Inteligencia. Un tercer grupo buscando, y en algunos casos aportando, sus propios recursos para la adquisición de armas, pertrechos y transporte. Todos, con la misma dedicación. Con el mismo propósito y la misma voluntad de esforzarse al máximo para contribuir a la pronta liberación de Cuba.

MOVIMIENTO 30 DE NOVIEMBRE

El 15 de diciembre de 1960 llega a Miami, en un pequeño bote, luego de estar perdido en alta mar por nueve días, Jesús Fernández dirigente nacional de la Federación de Trabajadores Eléctricos de Cuba. Había participado Jesús Fernández la semana anterior en un espectacular acto de sabotaje que había dejado a oscuras gran parte de la ciudad de La Habana el 30 de Noviembre, fecha de gran simbolismo para el gobierno revolucionario.

Ya se encontraba en Miami otro dirigente de la vigorosa organización sindical revolucionaria. Orlando Rodríguez Pérez había llegado meses atrás y, poco antes, César Gómez; en octubre había arribado, junto con otros oficiales del Ejército Rebelde, el Capitán Napoleón Bécquer.

El 3 de marzo de 1961 llega otra sobresaliente figura de esa organización, Carlos Rodríguez Quesada que era el Organizador Nacional del Movimiento que dirigía David Salvador, en esos momentos preso en Cuba. Rodríguez Quesada, como antes Jesús Fernández, había salido en un pequeño barco. Llega Rodríguez Quesada junto a Luis Moreno, José Ramón Sotolongo, del movimiento campesino, y el abogado Roberto Armán.

El Movimiento 30 de Noviembre que para fines de 1960 había vertebrado una sólida organización en Cuba, de procedencia principalmente proletaria, muestra ya en el exilio una apreciable fortaleza. Se hará sentir la vigorosa presencia de esta organización en la sorda lucha de distintas fuerzas por gozar del favor oficial.

Desde los primeros días de febrero de 1961 el Frente Revolucionario Democrático estaba paralizado, víctima de la más severa de las muchas crisis a que había estado sometido desde su creación en mayo del pasado año. Para romper esta inercia, Manuel Antonio de Varona entra en conversaciones con distintos grupos, algunos afines, como organismos colaterales del FRD (el Directorio Revolucionario Estudiantil, el Frente Obrero Revolucionario Democrático), y otros que no habían tenido vinculación previa con ese organismo. Entre estos últimos se encontraba el Movimiento 30 de Noviembre. El 15 de marzo distintas personalidades y organizaciones ingresarán en el Frente Revolucionario Democrático. Tuvo una muy efímera existencia esta ampliación del Frente.

El 21 de marzo de 1961, a menos de una semana de ampliado, el FRD se une al MRP, dirigido por Manolo Ray, para constituir el Consejo Revolucionario Cubano bajo la presidencia del Dr. José Miró Cardona. Pronto, tras el descalabro del 17 de abril, se harán visibles las tensiones y diferencias en las distintas organizaciones que forman el Consejo Revolucionario. El Movimiento 30 de Noviembre no será una excepción.

Ya, desde antes del 17 de abril, habían surgido las más serias diferencias entre sus principales dirigentes. Algunos, como Carlos Rodríguez Quesada, habían expresado su preocupación por el distanciamiento que observaba entre la dirigencia política del Consejo y los hombres que se encontraban en los campamentos. Otros, entre los que se encontraban Luis Moreno y los hermanos Pinero, optaron por pasar a los campos de entrenamiento. Un tercer grupo, como Orlando Rodríguez y Jesús Fernández, decidieron ir a Guatemala pero fueron conminados por Miró a regresar cuando -a pocos días de la invasión- la situación del Presidente del Consejo se hizo crítica por la manifiesta inconformidad expresada, en las discusiones internas de la organización, por algunas de las personalidades que la componían. La “atmósfera enfebrecida de Miami” había llegado al Hotel Lexington de Nueva York.

Según manifiesta Rodríguez Quesada en extensa conversación con Enrique Ros, “en el Hotel Lexington había una atmósfera de disgusto. Miró no quería ir con nadie a las reuniones con los norteamericanos, y Tony Varona y los demás resentían esto”. La noticia de la invasión, el aislamiento de los dirigentes del Consejo, la angustia de las 48 ó 72 horas siguientes y la realización de la derrota sufrida, sencillamente pospusieron la crisis de esta organización. 

SEGUNDO FRENTE NACIONAL DEL 

ESCAMBRAY. ALPHA 66

Alpha 66 no había tenido vinculación previa ni al Frente Revolucionario Democrático (FRD) ni al Consejo Revolucionario. La mayor parte de los que iban a formar esta novel organización procedían de las filas del Ejército Rebelde. Habían sido, en su gran mayoría, integrantes del Segundo Frente Nacional del Escambray.

En Cuba, a fines de 1960 muchos de los miembros del Segundo Frente del Escambray están conspirando contra el régimen de Castro. Son Aurelio (Yeyo) Nazario Sargén, en la parte organizativa, y Eloy Gutiérrez Menoyo, en lo militar, quienes dirigen el movimiento. La investigación y el proceso a que son sometidos William Morgan y Jesús Carreras, en cuya conspiración participan muchos de los dirigentes del Segundo Frente del Escambray, precipita la salida de los conspiradores.

El 19 de enero de 1961 salen, por Cojímar, dos embarcaciones: el Consuelo, de 18 pies de eslora y el Quien, de 19 pies de eslora. 

En el Consuelo vendrán Armando Fleites, Andrés Nazario Sargén, Lázaro Asencio, Eusebio Ojeda, Angel Ruiz de Zarate, Jesús de la Rosa y dos pescadores. 

En el Quien vendrán los demás. El viaje lo había organizado el Capitán Eusebio Ojeda con la colaboración de Pedro Manuel Díaz, el padre del revolucionario y poeta Ernesto Díaz Rodríguez (quien, aunque muy joven, ya colaboraba con la organización). Quedan en Cuba Aurelio Nazario Sargén y Diego Medina.

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