En este libro se narra el increíble comportamiento y manejo de la situación
creada por la militarización soviética de Cuba que culminó con la instalación de los misiles de mediano alcance. El autor señala con el dedo acusador a los hermanos Kennedy y destruye el mito falsamente creado por los apologistas. Ros pone al desnudo ese mito y leyenda, para que se conozca la angustiosa y
sangrante realidad.
Actividades de algunas organizaciones. continúan las pugnas en otras (II)
COMIENZA A ACTUAR ALpHA 66 EN CUBA
En Cuba, Diego Medina funciona en contacto con otras organizaciones. Una de ellas, Rescate Revolucionario cuyo enlace es allá, Joaquín Banciella. Ya, antes, había participado en un plan de fuga para sacar a Humberto Sorí Marín que había sido herido la tarde que en Miramar habían detenido a Rogelio González Corzo, Rafael Díaz Hanscom y otros. Sorí Marín estaba ingresado en el piso superior del Hospital Militar Carlos J. Finlay, del que era médico Diego Medina. Diego y Humberto eran amigos, relación surgida en Zaza del Medio. De acuerdo al plan, Sorí Marín se quejaría de un dolor que le sería diagnosticado por el médico Diego Medina como cálculo que requeriría tomarle unas placas. Lo trasladarían al departamento de rayos X que se encontraba en el extremo opuesto del hospital cerca de una puerta de salida donde estaría un carro, manejado por un oficial del G-2 que estaba en la conspiración. Por aquí sacarían al enfermo. No se pudo llevar a cabo el plan porque la madre de Humberto Sorí Marín creyó en la palabra de Fidel Castro, que le había asegurado que su hijo no sería fusilado. La familia, en el último momento, no dio el consentimiento para efectuar el plan de fuga.
Diego se mantiene activo. Está en continua comunicación con Osvaldo Ramírez, el Congo Pacheco, Tomás San Gil, Adolfo Sargén (miembro de la organización), alzados todos en el Escambray. Están allí también Medardo Salas y Elio Balmaseda. Varios serán hechos prisioneros y fusilados.
La lucha se hace difícil. Había comenzado el año 62 con la descorazonadora noticia de que Margarito Lanza Flores, más conocido por “Thorndike”, había sido hecho prisionero en la zona de Quemado de Guiñes, en Las Villas, juzgado sumariamente y fusilado. El 16 de abril, también en la sierra de El Escambray, había caído Osvaldo Ramírez quien, por más de dos años, se mantenía alzado. Días después, en una operación separada, cae herido y muere, el Congo Pacheco. Caerá también Adolfo Sargén.
Alpha 66 en Cuba, como toda organización revolucionaria, es infiltrada en aquel momento. El doble agente, de acuerdo a la profusa información que posee Diego Medina, era Enrique Ojeda, cuyo nombre de guerra era Raúl.
En aquella etapa del clandestinaje, gran parte de la actividad que se realizaba era recoger “las armas enterradas”, que habían sido así escondidas por los teams de infiltración. Medina sabe, a través de fuentes fidedignas, la finca en que se encuentran -cerca de la Base de San Julián- apreciables cantidades de armas. Verifican a través de Marcelo Díaz, Capitán del Ejército Rebelde del Segundo Frente, y persona de absoluta confianza, la existencia y localización exacta de las armas. Como sacarlas y transportarlas al Escambray era el problema que ahora enfrentaba el joven dirigente de Alpha 66. Recomendado a través de otras personas confiables del movimiento, establece contacto con Enrique Ojeda, oficial del Ejército Rebelde que se compromete a organizar el traslado de las armas. Efectivamente, las mueve hacia La Habana.
Una persona de confianza, Abelardo Castro, cuñado del Dr. Jiménez Malgrat, verifica que las armas se encuentran ya en una casa en un reparto de La Habana. Pero Raúl, antes de entregarlas, quiere reunirse con varios miembros de la organización a quienes cita para, nada menos, la casa de Humbolt 7. Se produce una tersa conversación y una nueva cita ya que, desconfiado, Diego sólo lleva a esa reunión en Humbolt 7 a los miembros de la organización que ya Raúl conoce. No lleva a nadie nuevo. Días después, el doble agente es desenmascarado ante los miembros de Alpha 66. Diego Medina se asila, junto con Abelardo Castro, en la Embajada del Ecuador, de cuyo embajador el Dr. Jiménez Malgrat era amigo y médico. Al llegar, encontrará allí, ya asiladas más de 200 personas. Para poner algún orden estaban organizados en “cooperativas”.
Continúa en contacto con sus antiguos compañeros que habían venido a los Estados Unidos. No todos los 13 miembros del Segundo Frente que habían estado en MacAllen se integran en Alpha 66. Algunos prefieren mantenerse como Segundo Frente; otros pasan a distintas organizaciones. No se produce entre ellos una total desvinculación. No existe, en modo alguno, una escisión; es sólo una posición que se asume, momentáneamente, desde un punto de vista estratégico. Lázaro Asencio, a invitación de Jesús Fernández y Orlando Rodríguez comienza a trabajar con el director de prensa del Consejo Revolucionario, Ramiro Boza. Tiene a su cargo un programa radial en la WMIE, que después se llama WQBA, junto a otro villareño, Salvador Lew. Mantiene durante unos seis meses programas radiales con Gabriel Casanova y Mario Porta, dirigidos hacia Cuba.
ALphA 66. CAMPAMENTOS EN LAS BAHAMAS. LA ORGANIZACIÓN EN CUBA
Al no pedir ni recibir respaldo oficial era necesaria para el Segundo Frente del Escambray la tarea de recaudación de fondos que se hacía ardua en la etapa de desaliento que siguió a la derrota de Girón. Pero que hacía aún más difícil la imagen de “fidelismo sin Fidel” que proyectaba el movimiento. La realización de esta situación condujo a sus dirigentes a crear una nueva organización que, en lo exterior, no tuviese vinculación alguna con el organismo en que habían militado.
Fue Antonio Veciana quien propuso el nombre y la idea. Se constituye aquí en Miami pero se da a conocer, públicamente, en Puerto Rico. Se organiza de inmediato la primera acción: un ataque a un campamento ruso en Isabela de Sagua. Luego, casi de inmediato, otro a un cuartel del ejército castrista también en la Isabela. Luego vendrá un ataque a Tarará, con un breve desembarco.
Aunque el abastecimiento provenía de los Estados Unidos, ningún comando partió de este país. Mantuvo Alpha dos campamentos en Las Bahamas, como precaución, para proteger mejor las armas que ya adquiría en cierta abundancia con los fondos que obtenía, ahora con más facilidad, por el prestigio que la nueva organización iba adquiriendo con sus ataques comandos. Se le da continuidad a las operaciones. Se atacan barcos rusos anclados en puertos. La denuncia llega a las Naciones Unidas, presentada por el delegado soviético. Se produce otra acción en la playa Juan Francisco, que llaman Juan Fanguito, entre Caibarién y Sagua.
SE CONGESTIONAN LAS EMBAJADAS
Continúan actividades, de muy distinta naturaleza, en distintos frentes. En Cuba, Guillermo Ara en marzo es condenado a 20 años de cárcel por intentar salir del país en una lancha. David Salvador recibe una condena de 30 años, con la amenaza de ser juzgado, después, por otros delitos. Las condenas no impiden el éxodo masivo. Los cubanos se siguen escapando en pequeños botes.
Otros salen por vía del asilo político. En abril parten de la Embajada de Ecuador José Leandro Cembal, que había sido armero del grupo lidereado por el Comandante Paneque; Héctor Gallardo del MRP; Pura Amador Rodríguez, hermana de Juan Amador Rodríguez; Ernesto Alanió, Auditor del Ejército Rebelde, que sale con su hijo; Pedro Beltrán Valdés quien, por haber estado antes asilado en la Embajada de Venezuela, ingresó en la del Ecuador bajo el nombre de Manuel Fidalgo Álvarez; Armando Alanis; Vilma Escobar y su hijo; Esteban Cueto Naranjo, César Barba y otros.
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