DATOS CURIOSOS. En busca del oro de Paititi

Written by Libre Online

23 de enero de 2024

Por María C. Rodríguez

Paititi o Paitití o Gran Paitití es una ciudad legendaria de la cual se cree era una ciudad rica en oro. Su ubicación se estima al este de los Andes, escondida en alguna parte de la selva tropical del sureste del Perú, norte de Bolivia y suroeste de Brasil (especialmente en los Estados de Rondonia y Acre).

En el Perú la leyenda gira en torno al héroe cultural Inkarri, quien después de fundar Q’ero y Cusco se retiró hacia la selva de Pantiacolla, a vivir sus últimos días en la ciudad de su refugio, Paitití.

Otras versiones de la leyenda habla de Paitití como un refugio de los Incas en la zona fronteriza entre Bolivia y Brasil. En Bolivia, muchos exploradores españoles la buscaron, descubriendo pueblos indígenas que fueron evangelizados posteriormente por los misioneros. Llegaron a toparse con cantidades de oro, pero no era lo que se describía según la leyenda del Paitití.

El 4 de noviembre de 1780 se inicia el movimiento de José Gabriel Condorcanqui contra la dominación española, adoptando el nombre de Túpac Amaru II, en honor de su antepasado el último Inca de Vilcabamba. Túpac Amaru se declara Inca y además Señor del Amazonas con dominio en el Gran Paitití, y jura con el siguiente bando su coronación: 

“…Don José Primero, por la gracia de Dios, Inca rey del Perú, Santa Fe, Quito, Chile, Buenos Aires y Continentes de los Mares del Sur, Duque de la Superlativa, Señor de los Césares y Amazonas con dominio en el Gran Paitití, Comisario Distribuidor de la Piedad Divina, etc…”

En 2001, un importante arqueólogo italiano descubrió en los archivos de los Jesuitas en Roma un informe del misionario Andrea López. En este informe, cuyo origen data de alrededor del año 1600, López habla de una ciudad grande, rica en oro, plata y joyas, ubicada en medio de la selva tropical, cerca de una catarata llamada Paitití por los nativos. López informó al Papa de su descubrimiento, pero algunas teorías conspiracionistas cuentan que el lugar exacto de Paitití ha sido mantenido en secreto por el Vaticano.

Quienes suponen que el mito refleja una realidad concreta, sugieren que la ciudad del Paitití y sus riquezas se encuentran probablemente en las selvas montañosas del sureste peruano, en el departamento de Madre de Dios, en algunos de los valles actualmente incluidos dentro del Parque Nacional del Manú, al este del Cerro Atalaya, hacia los lugares llamados Pantiacolla en cuyas cercanías existen sugestivos montículos llamados “pirámides” de Paratoari, aunque estos llamativos montículos piramidales vistos desde el aire y recubiertos de densa yunga parecen ser formaciones geológicas naturales. (En 1996 alcanzado por el equipo de Gregory Deyermenjian y confirmado como formaciones naturales, de arenisca.)

Muchos exploradores y buscadores de tesoros han gastado todos los años de su vida al tratar de encontrar este lugar, sin embargo, en la insólita meseta se han reportado numerosas expediciones desaparecidas, perturbaciones electromagnéticas en los instrumentos, “apariciones” de inusitadas luces, ruidos extraordinarios que parecen surgir del suelo, y para añadirles el ingrediente final, los relatos de los machiguengas, quienes afirman – con total naturalidad – que al otro lado – con esto se refieren al Pongo de Mainiqui existe una civilización muy antigua que lo “sabe todo”.

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