Por María C. Rodríguez
Octubre de Karaí
En el calendario gregoriano, octubre es el décimo y antepenúltimo mes del año y tiene 31 días. Su nombre deriva de haber sido el octavo mes del calendario romano. Según la Real Academia, octubre es la forma preferida en el uso culto, mientras que otubre está en desuso, aunque no se considera incorrecto. La palabra octubre proviene del latín, idioma en el que significa ocho meses. A pesar de ser el décimo mes en la actualidad gracias a la aportación del calendario juliano, es el octavo mes en el calendario romano, puesto que se consideraba que marzo era el primer mes del año y diciembre, el último.
Alejando al Karaí Octubre
Para la mitología guaraní, el Karaí Octubre (Señor Octubre) es una figura baja de estatura y barbuda, de rasgos duros, que usa un sombrero de paja y lleva un látigo en sus manos; y sale del monte para llegar a los hogares al inicio del décimo mes para castigar a quienes no han sido previsores.
De acuerdo a la leyenda, la abundancia de la comida alejará al duende y con él se irán la escasez y la pobreza, por eso, no debe faltar en la mesa del mediodía del 1 de octubre un suculento plato de jopara (mezcla o combinación en guaraní) plato que lleva carne y porotos, con la intención de conjurarlo, ya que este duende no se queda en los lugares donde hay abundancia.
Según la tradición, octubre es el mes en que escaseaban los alimentos: la mandioca, el maíz y otros vegetales que son más difíciles de conseguir en el campo. Algunas de las costumbres de antaño de los abuelos, bisabuelos, en otras épocas era, por ejemplo, levantarse bien temprano con un látigo o un cinto en mano y pegar en todos los rincones de las habitaciones diciendo “para que se retire el Karaí Octubre de esta casa”, o bien dejar un plato de comida en la puerta de la vivienda para que el que pasara por allí se la llevara o invitar a los vecinos ese día con un plato preferentemente de guiso.
Otra antigua costumbre de los abuelos y bisabuelos guaraníes era soplar con energía en tres rincones de una habitación de la vivienda, preferentemente con un silbato o corneta, dejando un espacio libre donde estuviera una abertura puerta o ventana para que por allí se escape, huya atemorizada la miseria y no regrese jamás a los hogares.
Si bien la leyenda del Karaí Octubre tiene orígenes antiguos, las costumbres asociadas a esta celebración se han adaptado a los tiempos modernos. Por ejemplo, en lugar de solo preparar yopará, se incorporan otros platos típicos y se organizan alimentos más elaborados; y es que, más que un mito o expresión de cultura popular, la tradición del Karaí Octubre es una celebración de la vida y de la esperanza en un futuro próspero.
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