Por María C. Rodríguez

MENUDA FRASE DE CONFUCIO: “Saber que se sabe lo que se sabe, y que no se sabe lo que no se sabe; en eso consiste la verdadera sabiduría.”

MULTIOFICIO CON VALIOSOS TÍTULOS: Alrededor de 1500 años antes de Cristo, existió en Egipto un extraordinario hombre llamado Senenmut.  Llegó a convertirse en el brazo derecho de uno de los faraones más fascinantes de la historia del antiguo Egipto: Hatshepsut, la reina que llegó a gobernar el País de las Dos Tierras.  

Los funcionarios al servicio de la Corona egipcia eran muy dados a coleccionar títulos y Senenmut no fue ajeno a ello, con más de una treintena de títulos llevó las riendas del país al lado de Hatshepsut.  Algunos de sus títulos eran: “Supervisor de los jardines de Amón”, “Administrador de los asuntos de Amón”, “Supervisor de las obras reales”, “Tutor de los herederos reales”, “Supervisor jefe de los almacenes de Amón”, “Favorito del Rey”, “Supervisor del ganado de Amón”, “Vocero de Maat”, “Amo del palacio real”, “Compañero único del Rey”, “Jefe de los profetas de Montu”, etc.  Pero de todos los títulos que ostentó Senenmut, el más audaz fue el de “Ejecutor de todas las cosas que pasen por la mente de Su Majestad”.

MODERNIDADES DE LOS EGIPCIOS ANTIGUOS: Un cirujano de la universidad de Brigham Young, estaba realizando una prueba de ADN de rutina a una momia egipcia de 3.000 años de antigüedad, cuando descubrió un tornillo ortopédico de hierro de unos 23 centímetros en una de sus rodillas, lo que demuestra que en la medicina del Antiguo Egipto estaba mucho más desarrollada de lo que pensábamos. El tornillo ortopédico había sido fijado al hueso a través de resina orgánica, un componente muy semejante al cemento óseo (resina acrílica) que se utiliza en la actualidad. 

Los investigadores decidieron perforar el hueso para poder insertar una cámara artroscópica y observar lo que había en su interior. De esta manera, constaron que se trataba de una cirugía moderna que destaca por su precisión y que se llevó a cabo hace 3.000 años.

LOS EGIPCIOS USABAN LA MORINGA: Ya los egipcios conocían la moringa, y algunas de sus benéficas propiedades. Por muchos siglos se pensó que la costumbre de las egipcias de frotar con las semillas de esta planta el interior de las tinajas de barro para purificar el agua era eso, una leyenda. Pero recientes estudios de un grupo de investigadores de la Universidad de Pensilvania demostraron que los antiguos egipcios tenían razón.

Las semillas de moringa contienen una proteína positiva (MPF) que tiene el poder de matar bacterias y aglutinarlas. La cuestión es que, a pesar de esto, los egipcios no sabían que el beneficio purificador de las semillas es temporal, ya que a medida que la materia orgánica de la moringa permanece en el agua, se va convirtiendo también en alimento para las bacterias. En resumidas cuentas, que el agua no permanece limpia cuando se almacena por largo tiempo. 

El mismo equipo de investigadores demostró también que una combinación de arena y semillas de moringa se puede utilizar como filtro para purificar el vital líquido.