DATOS CURIOSOS

Written by Libre Online

26 de julio de 2023

Por María C. Rodriguez



Aspasia, inspiración de Atenas

De la apasionante historia griega resaltan las biografías de muchos hombres que le dieron, sin duda, el sello de “Grande” al enigmático mundo griego. Pero hubo una mujer que adquirió una notoriedad muy superior al resto de las mujeres atenienses; una mujer que cautivó no solo por su belleza, pues gracias a su inteligencia y espíritu vivaz, fue amada y admirada por la mayoría; y se movió en un círculo de poder que le permitió influir en la vida social y política de la Grecia de entonces.

Aspasia de Mileto (470 a. C. – 400 a. C.), procedía de una familia adinerada.  Aspasia viajó en barco hasta Atenas y llegó a la capital griega con apenas veinte años. Atenas estaba viviendo su momento de máximo esplendor, pues su líder político, Pericles, estaba reformando la vida de los atenienses con sus numerosas obras públicas y mejorando la calidad de vida de los ciudadanos, promocionando también la cultura. 

Aspasia era hetera (cortesana). Debido a la excelente educación que había recibido (algo fuera de lo común para las mujeres de la época), tenía los cabellos rubios y una agradable voz melodiosa que deleitaba a hombres de todas las edades y oficios y, sin dudas, usó todo su ingenio para codearse con algunos de los hombres tan ilustres e influyentes tales como Anaxágoras, Eurípides y Sócrates. Con este último mantuvo una gran amistad y, de hecho, gracias a su habilidad retórica, llegó a convertirse en su maestra.

El encanto mágico de Aspasia fue tal que cautivó al líder político ateniense Pericles. 

Nada más verla, Pericles se quedó prendado de su belleza y de su extraordinaria habilidad retórica. Ella, por su parte, debió sentir fascinación por aquel hombre que estaba alzando Atenas a la gloria. Se cree que el primer encuentro entre ambos pudo haber tenido lugar en el 447 a.C. en la casa del líder ateniense. 

Al principio fueron amantes, (Pericles tenía esposa e hijos), y los ciudadanos de Atenas no vieron con buenos ojos que su principal político tuviese encuentros con una cortesana que, además, era extranjera. 

Pero Aspasia se convirtió en esposa del político. Ambos vivieron juntos y tuvieron un hijo, Pericles el Joven, quien probablemente nació a mediados del 440 a.C. Como excepción a la ley promulgada por su padre, que prohibía la ciudadanía a los hijos de madres extranjeras, Pericles el Joven fue reconocido como ciudadano ateniense. Sin embargo, fueron muchos quienes consideraron a aquel niño un bastardo.

Gracias a sus amplios conocimientos, Aspasia enseñó retórica a Pericles y fue tal su influencia que incluso se dice que le ayudaba a elaborar sus discursos. Algunos autores y pensadores como Platón le atribuyen la redacción de la célebre Oración Fúnebre, cuyo final estaba dedicado a las mujeres de los caídos.

Aspasia fue maestro de Sócrates.

Sí, Aspasia fue maestra de Sócrates, el gran sabio griego. Aspasia era maestra de la elocuencia. Sócrates acudía frecuentemente a verla, a veces acompañado de sus amigos, para mantener diálogos con ella y recibir clases de retórica. 

Dicen que cuando alguien cuestionaba a Sócrates por: ¿cómo puede ser instruida una mujer? ¿O, cómo dejas que te instruya una mujer?, su respuesta es tajante: “Te presentaré a Aspasia, porque ella sabe mucho más que yo del asunto”.

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