CUERVO Y SOBRINOS UNA JOYERÍA CON ALMA CUBANA Y MARCA SUIZA

Written by Alvaro J. Alvarez

3 de enero de 2023

Por Álvaro J. Álvarez. Exclusivo para LIBRE

Joyería y comercio de objetos de arte, porcelana y cristalerías más famosas y reconocidas de La Habana sobre todo durante su época de esplendor desde los 1940 hasta 1960. 

Situada en San Rafael # 215 esquina a la calle Águila. Con talleres propios, era una de las más antiguas e importantes del giro, representaba a los relojes Longines desde 1886 y a los cristales Laliques.

RAMÓN FERNÁNDEZ CUERVO

Ramón Fernández Cuervo, nació en la aldea de Quinzanas, municipio de Pravia, situado en la Costa Central de Asturias, 22 kms. al S.O. de Avilés y a 35 kms. al N.O. de Oviedo, su capital. 

(Recordar el jabón y la colonia Heno de Pravia). La revolución industrial llegó a esta región alrededor de 1830. La zona dependía en gran medida de la extracción de carbón y la producción de hierro. Sin embargo, muchos ciudadanos que soñaban con una nueva vida optaron por emigrar a las Américas, sobre todo a Argentina, Uruguay, Puerto Rico, México y en este caso a Cuba.

En 1862, Ramón, quien fuera maestro relojero, fundó en la calle Amistad una tienda dedicada inicialmente a la importación y almacén de joyas. 

En 1874, trasladó la tienda a la calle Teniente Rey #13, entre Oficios y Mercaderes (corre de Este a Oeste, paralela a Amargura y a Muralla, termina en el Capitolio, después de atravesar 13 calles. También se conoce como calle Brasil).

UN MAESTRO RELOJERO Y SEIS SOBRINOS

Muchos de los asturianos eran emprendedores y algunos volvieron a su hogar en España como personas adineradas (los llamados indianos). Sin embargo, Ramón se quedó en Cuba y cuando su negocio tenía la solidez suficiente, hizo venir a 6 sobrinos (hijos de un hermano suyo) aunque en fechas diferentes. 

En 1882 se incorporaron Baldomero (1854) y Teodomiro (1857) Fernández Río y Cuervo, que eran los hermanos mayores. 

Realmente fue en 1885 cuando la tienda comenzó a tomar un gran prestigio coincidiendo con el cambio para el nuevo nombre de Cuervo y Sobrinos, ampliando el negocio, no sólo como joyería-taller de lujo, dedicada a reparar joyas y relojes, sino que se convirtió también en importador exclusivo para Cuba de relojes de bolsillo de marcas reconocidas como Longines y Roskopf. 

En ese mismo año arribaron desde Quinzanas otros dos sobrinos, José María (1858) y Armando (1862) hasta finalmente completar más tarde con la llegada de Plácido (1869) y Lisardo Fernández Río Cuervo.

En 1897, como la tienda prosperaba, el negocio en crecimiento requería más espacio, se trasladaron para la calle Muralla #37.

Siempre favoreciendo a sus compatriotas, en 1904, inició sus servicios en la tienda otro asturiano, Ricardo A. Rivón Alonso, que nació en 1881 en el pueblo de Candamo (7 kms. al S.E. de Quinzanas). 

Aparentemente fue llamado por el sobrino Plácido Fernández Río y Cuervo.

En 1907 al fallecer el tío-fundador Ramón Fernández y Cuervo, le tocó tomar las riendas de la ya próspera joyería al sobrino Armando F. Fernández Río y Cuervo.

Una anécdota: La Joyería tenía en una pared el recuerdo de cuando en 1915, el famoso torero sevillano, Juan Belmonte (1892-1962), les compró un valioso collar de perlas como regalo para su novia.

En 1916 Ricardo Rivón entró como socio.

Tenemos que aclarar que a pesar de tener el apellido Fernández, utilizaron el apellido Cuervo, creo yo, como una cuestión de “marketing” o sea por conveniencia comercial. Además, la inicial A. de Ricardo no parece corresponder a un segundo nombre sino a su apellido paterno Álvarez, entonces debería ser: Ricardo Álvarez Rivón-Alonso.

En todas las literaturas a partir de 1917, se deja de hablar de los sobrinos: Baldomero, Teodomiro y José María, debe ser por haberse retirados de la firma Cuervo y Sobrinos, por haber regresado a España o por haber fallecido, recordemos la mal llamada influenza o gripe española de 1918, que tantas muertes causó.

Ricardo A. Rivón se casó en 1917 con la señorita Cándida Campa (nacida el 12 de marzo de 1897, en La Habana), hija de Víctor Campa Blanco, el dueño de la tienda por departamentos La Isla de Cuba, ubicada en Monte #55 y 57, esquina a Factoría desde 1866, era la más antigua de los negocios dedicados al giro de los tejidos. Campa comenzó a trabajar allí en 1876 y la compró en 1880. (En 1927 construyeron un nuevo edificio).

SIETE EMPLEADOS

El capital social de la empresa era de $400,000 y las ventas medias fueron de unos $360,000.

En dicho año, aparentemente, la tienda contaría con tres empleados calificados (más los cuatro miembros de la familia y tal vez un número indeterminado de «mozos»). 

Se trataba, pues, de un negocio importante, con siete personas, como mínimo, en plantilla. 

Los servicios eran de joyería y relojería y su slogan «Los Joyeros de Confianza». 

En 1918, se mudaron para su sede final en San Rafael #215 esquina a la calle Águila y allí todavía el gerente general seguía siéndolo Armando Nemesio Santos Victoriano Fernández Cuervo y González Río, el que fue bautizado en Quinzanas el 2 de noviembre de 1862.

Tenían un rango de productos para todos los gustos. Cualquier habanero podía portar un reloj de bolsillo con la inscripción Cuervo y Sobrinos, desde el chofer de la guagua, hasta el ministro de agricultura. Su eslogan más famoso: 

“No importa las cifras que alcance su presupuesto. Un presente para cada posibilidad económica y un objeto para cada gusto. Además… su regalo llevará impreso el tradicional prestigio de la firma”.

DE LA HABANA A ALEMANIA, FRANCIA…

Como el negocio les iba de maravillas, para facilitar las compras de Europa, decidieron en 1920 abrir una sucursal en la ciudad alemana de Pforzheim, situada a 160 kms. al Sur de Franfurt y a 290 kms. al Norte de Zurich, Suiza. Es conocida también como ciudad del oro debido a que fue durante mucho tiempo el centro de la industria de joyas y relojes en Alemania. 

Armando, estableció en Pforzheim una oficina, para funcionar como comprador y proyectó otra en Rue Meslay en París, donde se crean las más prestigiosas piezas de joyería.

Las importaciones ya no sólo se limitaban a relojes, sino a porcelana alemana, piedras preciosas talladas en Francia y cristalería, convirtiéndose en una de las entidades mercantiles más sólidas de Cuba.

Durante muchos años Armando y Plácido Fernández-Río Cuervo estuvieron de gerentes del negocio.

El gran tenor italiano Enrico Caruso durante su visita artística a Cuba en 1920, fue un asiduo cliente de la joyería.

Armando que también había sido el vicepresidente del Casino Español, falleció en 1925, aparentemente sin descendencia. Plácido, parece haber tenido un hijo de nombre Justo.

PRESTIGIO Y CRECIMIENTO

Es en 1930 que finalmente, logró La Casa instalarse en la meca de las manufacturas suizas, la ciudad de La Chaux de Fonds.

En 1932 a medida que el negocio siguió creciendo, el estado legal de la empresa cambió de una Sociedad de Responsabilidad Limitada a una Sociedad Anónima. Siendo Plácido su presidente y Ricardo A. Rivón-Alonso, el tesorero.

Este cambio ayudó a perpetuar el crecimiento y atraer nuevos talentos de fuera de la familia Cuervo.

En 1937 Rivón-Alonso pasó a presidente. La familia fundadora se fue extinguiendo poco a poco, hasta que Lisardo, el último de los sobrinos, falleció en 1946.

Durante la década de 1940, la estimada reputación de la firma se difundió y la marca de la empresa se convirtió en una de las más conocidas en el continente americano.

En esos años de la postguerra, La Habana era la ciudad más lujosa del Caribe y uno de los lugares más modernos y enérgicos del continente americano. 

La joyería Cuervo y Sobrinos se convirtió en un destino obligado para algunos de los asiduos clientes más ilustres de La Habana, como Winston Churchill, Albert Einstein, Clark Gable, María Félix, Ernest Hemingway, Édit Piafh, Minín Bujones, Stravinsky y Neruda fueron solo algunos de los ilustres visitantes de la joyería Cuervo y Sobrinos. Cuervo y Sobrinos se consolidó como una firma de relojes de lujo en todo el mundo.

FINOS RELOJES COMERCIALIZADOS EN CUERVO Y SOBRINOS

Fueron solamente estos tres tipos de relojes comercializados por Cuervo y Sobrinos:

Modelos Clásicos: Relojes equipados con mecanismos de las casas Felsa, AS, ETA y Landeron, entre otros, que cubrían la gama baja o introductoria.  Cronógrafos, sólo hora, calendarios sencillos, calendarios triples. Esferas marcadas Cuervo y Sobrinos Habana, como única inscripción. 

Modelos Tradition: Relojes equipados con mecanismos de las casas Felsa y AS, entre otras, con complicaciones sencillas y que cubrían la gama media/alta de la oferta de la casa. Esferas marcadas con la inscripción Cuervo y Sobrinos Habana Tradition y el escudo de la joyería.

Modelos Doble Marca:  Se trataba de relojes importados y posteriormente personalizados por el establecimiento habanero. Longines y Roskopf fueron las marcas importadas en exclusiva, de ahí el marcaje “Únicos Importadores” que aparece  en algunos de los relojes de estas marcas. 

Debido al prestigio de Cuervo y Sobrinos, otros de los principales fabricantes de relojes de la época, como Rolex, Patek Philippe, produjeron relojes de doble marca con “Cuervo y Sobrinos” grabado en la esfera.

En 1952 en la calle San Rafael había 11 joyerías, pero en 1957 habían aumentado a 13. 

Ricardo A. Rivón Alonso fue su último presidente, quien también tenía intereses en La Unión, el Fénix de Cuba y Compañía Nacional de Seguros. Su hijo Ricardo Rivón Campa era el vicepresidente y su hermano Fernando A. Rivón Alonso era el tesorero.

Entre 1938 y 1941 Ricardo Rivón fue presidente de la Asociación de Comerciantes de las calles Galiano y San Rafael.

Ricardo Rivón aparece viviendo en 94 #514 en Marianao y José Ricardo Rivón en la calle 23 #664, en El Vedado.

Después de ser robada por Fidel Castro, el dueño de Cuervo y Sobrinos, Ricardo Rivón y su familia abandonaron La Isla y nunca más se dedicó al negocio de joyería. Falleció en Madrid el 5 de mayo de 1974.

No he podido encontrar dato alguno sobre el final de los seis sobrinos, ni la fecha exacta de cuando fue incautada por Castro la famosa joyería Cuervo y Sobrinos.

Bibliografía: Las Empresas de Cuba. Ediciones Universal. 

Datos e historias encontradas online.

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