Cuba y su participación en los primeros Juegos Olímpicos

Written by Alvaro J. Alvarez

14 de septiembre de 2022

Los Primeros Juegos Olímpicos se celebraron en Atenas, Grecia, entre el 6 y el 15 de abril de 1896. Participaron 241 atletas masculinos (no hubo participación femenina), de 14 países, hubo 43 competiciones de 9 deportes. El único país Latinoamericano participante fue Chile que llevó un solo atleta en campo y pista. Cuba no participó, por supuesto estaba en plena Guerra contra España. 

Los Juegos Olímpicos de París 1900, oficialmente Juegos de la II Olimpiada, tuvieron lugar en París, Francia, del 14 de mayo al 28 de octubre de 1900, en el marco de la Exposición Universal (o Feria). 

PICARD SE IMPUSO

Pierre de Coubertin, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), quería organizar los Juegos de la II Olimpiada, pero Alfred Picard, comisario general de la Exposición Universal quería organizar competiciones internacionales de ejercicio físico y deportes durante el Evento, en lugar de los Juegos de Coubertin quien finalmente se vio obligado a aceptar la propuesta de Picard y su USFSA.

Las competiciones de la Exposición se celebraron en lugar de los II Juegos Olímpicos y cuentan como equivalentes a la II Olimpiada. No hubo ceremonia de Apertura ni de Clausura.

Estos Eventos no se denominaron Juegos Olímpicos, en los documentos oficiales ni en los carteles promocionales, por lo que muchos atletas ignoraron, algunos hasta su muerte, que habían competido en los II Juegos Olímpicos. Según el COI, solo 997 atletas de 24 países, entre ellos 22 mujeres, compitieron en disciplinas que se consideraron olímpicas. Fue la primera vez que las mujeres participaron.

Cinco países Latinoamericanos participaron: Argentina con uno, Haití con uno, México con cuatro, Perú con uno y Cuba con uno.

EL ÚNICO CUBANO

El único atleta cubano fue Ramón Fonst Segundo y por supuesto fue el abanderado de Cuba.

Nació en La Habana, pero había estado muchos años practicando esgrima en Francia. 

La Esgrima tiene 3 modalidades: Espada, Florete y Sable. Fonst compitió en Espada solamente.

En Florete hubo dos eventos (Florete Individual y Florete Individual Profesional), en Sable dos eventos (Sable Individual y Sable Individual Profesional) y en Espada tres eventos (Espada Individual, Espada Individual Profesional y Espada Individual Profesional y Amateurs)

Las competiciones de Espada se celebraron al aire libre, en la Terraza de la Galería Nacional, en el Jardín de Las Tullerías, o bajo carpas en días de lluvia. 

En Espada participaron un total de 104 participantes de 11 países, en 15 grupos de 6 cada uno (90) y 2 grupos de 7 (14). Del total de espadachines, 91 eran franceses.

En la categoría de Espada compitieron 54 profesionales de 5 países. Por lo tanto, tenemos que asumir que los aficionados fueron 50, y Fonst entre ellos.

Comenzaron las competencias el 1º de junio y el 14 de junio fueron las Finales. Hay que aclarar que solamente en estos Juegos hubo esta mezcla entre los aficionados (amateurs) y los profesionales (llamados maestros). 

EN ESPADA

En la Primera Ronda de Espada, celebrada entre el 1º y el 6 de junio, Fonst estaba en el Grupo 4 y Louis Perrée en el Grupo 15. Los dos mejores de cada grupo pasaron a Cuartos de Finales.

Luego los Cuartos de Final, se efectuaron entre el 7 y el 9 de junio, con 6 grupos y 33 participantes de 7 países. Fonst en el grupo 4 y Perrée en el grupo 5. Los tres mejores de cada grupo avanzaron a Semifinales, por lo tanto, fueron 18 los que siguieron hacia las Semifinales.

En las Semifinales, el 10 de junio, hubo 3 grupos de 6 cada uno, o sea 18 participantes de 3 países (16 franceses, 1 argentino y 1 cubano) Fonst en el grupo 3 y Perrée en el grupo 2. Nueve fueron los que lograron llegar a la Final. El argentino Eduardo Camet, estaba en el grupo 2 junto con el francés Louis Perrée (1871-1924).

La Final de Espada Individual se efectuó el miércoles 13, eran nueve, los tres mejores esgrimistas de cada uno de los tres grupos de la Semifinal compitieron entre sí para resolver el torneo. Tuvieron cuatro o cinco combates, pero no hay datos de estos enfrentamientos. Solamente sabemos las posiciones finales. 

FONST Y PERRÉE

Ramón Fonst, con solamente 16 años terminó empatado con Louis Perrée (dos victorias cada uno), solo faltaba un punto, que se producía al tocar, al contrario, sin embargo, tres veces tuvo Fonst que tocar al francés Louis Perrée, para convertirse en el primer campeón olímpico de Cuba y Latinoamérica. El tercer lugar fue para el francés León Sée (1877-1960)

El argentino Francisco Carmelo Camet, conocido por Eduardo Camet (1876-1931) quedó en quinto lugar, con 2 victorias y tres derrotas.

Luego vino la Final de Espada Individual Profesional, resultaron ganadores tres franceses, con Albert Ayat en el Primer Lugar. Ayat fue el maestro de Fonst y era campeón mundial de Espada.

ESPADA INDIVIDUAL

El jueves 14 de junio fue la Final de Espada Individual Profesional y Amateurs, se enfrentaron los cuatro mejores aficionados (amateurs) y los cuatro mejores profesionales (maestros). Ganó Albert Ayat, con el cubanito Ramón Fonst en el Segundo Lugar y el francés León Sés con su segundo Tercer Lugar en dos días. Ayat recibió 3,000 francos por su hazaña.

Refiriéndose al combate de Fonst-Perrée, un periodista entendido en el tema años después relató: “los jueces no querrían creer lo que estaba pasando sobre la pista en la final de París. Un jovencito de 16 años estaba conquistando la gloria olímpica por delante de numerosas figuras establecidas, era el nacimiento de una leyenda”

CAMPEÓN CON 16 AÑOS

El gran zurdo cubano recordaría: «Fui campeón olímpico en 1900 con apenas 16 años y lo gané a pesar de la abierta hostilidad del jurado por mi condición de extranjero. Me vieron como un intruso latinoamericano, que había venido a desafiar y derrotar a estrellas confirmadas».

Resumiendo, Fonst ganó una Medalla de Oro y otra de Plata, con 16 años, en París 1900.

Ramón Fonst Segundo, nació en La Habana, el 31 de agosto de 1883, hijo del habanero Filiberto Fonst Branly, de ascendencia catalana y muy buena posición económica, gracias a sus propiedades. Su madre, la bella Juana Segundo Pérez, era descendiente de vascos.

A los seis años se distinguía por poseer unas piernas muy largas, que le hacían aparentar más edad. Desde muy niño desarrolló su amor a la esgrima, gracias a observar las faenas de su padre, principalmente en la sala de entrenamiento de Esgrima, ubicada en el Paseo del Prado #86.

Cuando en la década de 1890 la familia viajó a Francia, su padre quiso que perfeccionara la esgrima, con el francés Albert Jean Louis Ayat, campeón mundial en Espada y el italiano Antonio Conte (1867-1953) quien finalmente terminó campeón de Sable en París 1900. No hubo casualidad en la selección, Filiberto escogió a dos de los dos mejores del mundo.

En 1893 y con solo 10 años quedó campeón en el Torneo de Florete 

realizado en el Liceo de Janson de Sailly, en París, una de las ciudades de mayor desarrollo en ese deporte. También ganó en otro celebrado en un exclusivo colegio de Montecarlo. Por lo tanto, al llegar a los II Juegos de París 1900, no era un desconocido, ya era temido y considerado el mejor espadachín aficionado del mundo.

LOS RETOS DE FONST

No obstante, para poder participar, su padre le puso como meta, competir contra los mejores maestros de La Habana, a quienes derrotó. Luego tuvo que competir contra su propio padre a quién también le ganó después de competir durante 55 minutos.

Fonts era un atleta de condiciones excepcionales: “Zurdo, muy alto, gran alcance de brazos, fuerza y resistencia extraordinarias, que vivió la infancia, la adolescencia y buena parte de la juventud en Francia, donde tuvo descollantes profesores de esgrima. También sobresalió en otros deportes como tirador, practicó el ciclismo, especialmente el de carretera y el boxeo (donde se utilizaban los pies y puños), realmente fue una leyenda”.

Ramón Fonst nunca se le ocurrió competir por Francia, pese a que su formación educativa y deportiva era totalmente gala. Sentía el orgullo de ser cubano de estirpe y toda la gloria se la dio a Cuba.

Otro dato muy conocido sobre el maestro espadachín cubano, que su apellido materno era Segundo, pero él nunca “fue segundo en nada”.

Aquellos II Juegos 1900, Sin Ceremonias Ni Medallas

Nadie pronunció las históricas palabras: «Proclamo abiertos los II Juegos Olímpicos de la Era Moderna». Simplemente porque no hubo ceremonia de Apertura, como tampoco hubo una de Clausura. Las medallas no existieron. En su lugar había premios a escoger. 

Al vencedor le correspondía un objeto de arte, cuyo valor no debía superar los 2,000 francos. Pero, a la hora de la verdad, ni eso se cumplió. En general se ofrecían boquillas, juegos de pipa, billeteras y otras pertenencias personales aportadas por particulares. Algo verdaderamente ridículo en la historia olímpica y que muchos triunfadores se negaron a aceptar.

LOS III JUEGOS OLÍMPICOS

Los III Juegos Olímpicos se efectuaron en la ciudad de San Luis, Misuri.

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