Cuba: Mambises nacidos en otras tierras

Written by Enrique Ros*

8 de diciembre de 2021

Una obra que reconoce la enorme contribución y el alto número de libertadores nacidos en otras geografías.

Los primeros extranjeros  luchando en Cuba (I de VII)

EXTRANJEROS EN EL EJÉRCITO LIBERTADOR

Serán aquéllos -López, Agüero, Armenteros, Pintó, Estrampes-, algunos de los precursores que nos llevarán al 68, donde a los cubanos Céspedes y Aguilera se le unirán los dominicanos Máximo Gómez, Modesto Díaz y los hermanos Marcano, y participarían otros también nacidos en tierras extrañas al suelo cubano entre ellos colombianos, peruanos, mexicanos, venezolanos y otros, y a la del 95, cuando junto a los Maceos vendrán los Marcos del Rosario, Miró Argenter, Charles Gordon, Gil de la Rosa y Frederick Funston.

Fueron centenares los hombres nacidos en otras tierras que lucharon junto a los nativos cubanos por la independencia de la isla. Desde simples soldados hasta mayores generales. El ejército liberador se vio honrado con la presencia de aquellos que aportaron su coraje y, muchos, su preparación militar para que la entonces isla esclava lograra su independencia. Once de aquellos grandes hombres alcanzaron la alta graduación de mayores generales; cuatro fueron generales de división; veinte de aquellos foráneos combatientes fueron generales de brigada.

De Colombia, tres alcanzaron el grado de general de brigada; de Venezuela, ocho ganaron el grado de generales. Uno de Chile; y seis de República Dominicana tuvieron en sus hombros las estrellas de generales y brigadieres; de Puerto Rico contamos con un mayor general. Con iguales grados tuvimos un mayor general y un brigadier de los Estados Unidos, y una decena nos llegó de España entre mayores generales, generales de división y brigadieres. Los tuvimos, también, de Canadá, de Francia, de Polonia, de Méjico. En estas páginas iremos recordando, para nuestra historia, el nombre y las acciones de todos y cada uno de estos hombres generosos.

Nos referiremos primero a los españoles que se distanciaron, en distintos momentos, de un régimen que le negaba a un pueblo reformas, representación en las cortes, autonomía y, se encontraba, más que dominado, sojuzgado por capitanes generales que le imponían limitaciones y disposiciones más severas y abusivas que las que regían en la península. Mencionaremos en estas páginas, con la justicia que ellos merecen, a los españoles Francisco Villamil, Manuel Suárez Delgado, Matías Vega Alemán, José Miró Argenter, Quirino Reyes, Valentín Menéndez, Jacinto y Faustino Hernández Vargas, José Fernández Mayato, Diego Dorado, Alvaro Cata Jardines, Eduardo Cordón, José Callejas, José Alvarez Pérez y tantos otros que se identificaron con la guerra que libraba una tierra que generosamente les dio abrigo y cuyos ideales de libertad compartían.

Nombres que repetiremos porque, con una lamentable excepción, sirvieron con coraje y honestidad a la causa de la libertad de la tierra que los acogió; muchos, fundaron familias y honraron la patria generosa que les dio abrigo. Repetiremos los nombres de Diego Dorado, Quirino Reyes Piedra, Valentín Menéndez, José Miró Argenter, José Alvarez Pérez, Alvaro Cata Jardines, Eduardo Cordón Ara-llona, José Fernández Mayato, Julián Santana tantas veces, con justicia, repetidos; así como los del valiente Francisco Villamil y el canario Matías Vega Alemán quienes, como tantos otros nacidos en la madre patria, se entregaron de lleno a defender la tierra que con tanto cariño los había acogido.

Muchos de los españoles que se incorporaron al Ejército Libertador en nuestras guerras emancipadoras ya estaban arraigados en ls isla y tenían estrechos vínculos familiares cubanos desde mucho antes de iniciarse la Guerra de los Diez Años. No era esto lo que sucedía con aquellos naturales de otras tierras que arribaban en las primeras expediciones (Galvanic, Perrit, El Salvador, Grapeshot, Upton) y llegaron a nuestras costas en esa etapa.

Hablemos de un canario, natural de Tenerife que, ya en tierra cubana, se había unido a los primeros esfuerzos libertarios prácticamente dos décadas antes de iniciarse la Guerra de los Diez Años.

JULIÁN SANTANA

Nacido el 9 de enero de 1830 en Tenerife, Islas Canarias, Julián Santana Santana habrá de combatir en las tres guerras de independencia de Cuba. Una de las pocas personas nacidas en Cuba o fuera de la isla que participaron en nuestras tres contiendas emancipadoras.

Llegó Santana a Cuba a los 21 años el 27 de enero de 1851 y de inmediato se incorporó al movimiento que Joaquín Agüero iniciara en junio de ese año por lo que quedó detenido aunque posteriormente liberado.

Unos años antes, en 1842, Agüero había mostrado sus ideas abolicionistas al darle la libertad a los 8 esclavos que recién había adquirido por herencia familiar y a quienes les impartía personalmente instrucción primaria. Al conocer Agüero el desembarco de Narciso López se levantó en armas junto con 60 hombres en un lugar conocido como el Palenque o el Farallón, en la provincia camagüeyana, donde organizó un campamento de alzados contra la dominación española.

Precisamente a los pocos meses de haber llegado Julián Santana a Cuba, Agüero había pasado junto con sus seguidores el 4 de julio de 1851 a San Francisco de Jucaral, donde acudieron hombres de diferentes partes de aquella provincia. Allí, mediante acta, proclamaron la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud. Fue en una de estas reuniones cuando Julián Santana fue detenido por haber mostrado su respaldo al protomártir Joaquín Agüero. Enterado, Julián Santana entró en contacto con otros hombres que conspiraban para la liberación de la isla y al iniciarse la guerra se incorporó de inmediato el incansable Santana a las fuerzas del Mayor General Vicente García19 en la finca el Hormiguero.

Ya el 19 de abril de 1869 Julián Santana se destacaba en el combate de Río Blanco al producirse un encuentro entre las fuerzas del ejército libertador que estaba al mando del Mayor General Vicente García y una columna que después de haber sido atacada en Diego Felipe, trató de hacerse fuerte en las casas de Río Blanco pero la columna española fue derrotada y el comandante Troyano, jefe de la columna, capituló. Todos fueron hechos prisioneros apoderándose los insurrectos de gran cantidad de pertrechos.

LA ANEXIÓN A EE.UU.

Por el arrojo demostrado en el combate recibió Santana el grado de teniente. Continuaría su lucha. En mayo 15 de 1869 volvió a destacarse en Guanal de la Cana y en el fuerte La Zanja, en la zona de Jobabo donde los cubanos se apoderaron de un valioso botín consistente en 76 fusiles, 200 mil cartuchos, abundantes armas blancas, ropas, víveres y otros efectos.

Como hemos visto ha habido varias gestiones para separar -o, al menos- distanciar a la colonia de su distante metrópoli. Algunos abogan por la anexión a los Estados Unido; otros por legislación que equipararía a la isla a las provincias españolas. Los más osados, por la total independencia.

En 1852 se inicia y fracasa la anexionista Junta Cubana presidida por Gaspar Betancourt Cisneros. En 1867 la Junta de Información le pone fin a sus propósitos de obtener concesiones a través de los más altos niveles de la corte. Sólo quedaba el camino de la total independencia.

NUEVO MOVIMIENTO

Se crea un movimiento conspirativo (febrero 14, 1866) que preside Francisco Vicente Aguilera, junto con Francisco Maceo Osorio y Perucho Figueredo. Aguilera será el jefe del movimiento conspirativo. En Santa Gertrudis se acuerda la fecha del levantamiento. Se suceden las reuniones. En la de El Rosario -ausente Aguilera- se decide adelantar la fecha del levantamiento y se nombra a Céspedes General en Jefe del Ejército Libertador. Informado, Aguilera -el más generoso de todos los cubanos- acepta el acuerdo tomado.

Así señala Manuel Sanguily la riqueza que dejaba atrás Francisco Vicente Aguilera cuando se entrega, enteramente, a servir a la patria:

«Francisco Vicente Aguilera fue un propietario cubano dueño de comarcas mayores que algunos principados alemanes: eran suyos tres ingenios importantes, sus haciendas apenas se podían contar. Quizás ignoraba el número de sus ganados y disponía con los derechos el señor de grandes dotaciones de esclavos que poblaban sus fincas de crianza. Todo esto lo abandonó en un instante, sin vacilación, para servir a la causa de la libertad de su tierra».

LA DEMAJAGUA

El 10 de Octubre en la Demajagua y en Yara y el Hormiguero, en Jiguaní y otros sitios comienza la acción con las pocas armas conque cuentan.

Se hace imperativo traer, del exterior, armas y pertrechos. Es la primera responsabilidad de quienes dirigen la revolución que recién se ha iniciado. Llegarán en el Galvanic, en el Perrit y en otras embarcaciones.

Hablemos del Galvanic y el Perrit.

(Continuará la semana próxima)

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