Cuba: Mambises nacidos en otras tierras

Written by Enrique Ros*

21 de noviembre de 2022

Visión española de la lucha (II de III)

Dos autores españoles calificaban a Weyler como «persona inteligente, trabajador sin límites que al llegar a Cuba, a sus 59 años, era un soldado conocedor del aspecto más brutal de la guerra y del salvaje poder de la violencia».

El Diario de Cádiz anticipaba el paso de la trocha por Quintín Banderas que la pasaría por la ciénaga de Majana, para ayudar a las fuerzas de José María Rodríguez, jefe del sector occidental.

«Por donde no estaban ni estarían nunca terminadas las obras, pues se contaba conque el terreno supliera las deficiencias de aquélla, puesto que en épocas de lluvia, era imposible el paso, y, en la de sequía muy peligroso».

Durante la etapa de Martínez Campos las columnas españolas peleaban sin coordinar sus esfuerzos. Weyler cambiaría esa estrategia y le dio amplios poderes a los jefes militares para aplicar las medidas más severas incluyendo la pena de muerte.

Weyler decidió impedirle a los mambises recibir ayuda de la población campesina. A ese efecto dio a conocer el 21 de octubre la primera orden de reconcentración: En el plazo de 8 días todos los campesinos de Pinar del Río tendrían que concentrarse en los pueblos con guarnición española y transcurrido ese plazo todo el que estuviese en los campos sería considerado como un insurgente. Para los españoles este era el único medio de lucha que podría ser efectivo pero con la reconcentración toda la población campesina se vio forzada a abandonar sus bohíos y permanecer, desamparados, en las ciudades.

A uno de los más integristas españoles que más ofendió y difamó a la revolución cubana, no le temblaba la mano cuando elogiaba el despótico régimen español:

«¿Y qué diremos de la acusación de tiranía, tan enfática y tan trágicamente se ha lanzado contra España?. Solamente la pasión más ciega puede atreverse a formular un cargo que es una falsedad insigne, y que todos los cubanos, amigos y adversarios, saben que es infundado».

Pero Weyler al tiempo que se ganaba la repugnancia en los cubanos, en los campos y en las ciudades, se enajenaba también la oposición de los políticos en la península Ibérica. Aquella oposición a Weyler creció en forma alarmante cuando se hicieron públicas sus críticas a la forma en que estaban organizados los servicios militares.

Antes, bajo Martínez Campos el servicio militar consistía en «defender poblados y fincas por medio de destacamentos». Ahora, bajo Weyler, se dejaban éstos bajo la custodia de los voluntarios para utilizar todas las tropas en perseguir a los rebeldes. El 26 de febrero del año 97 Weyler comunicaba a la capital española que las provincias de Pinar del Río, Habana y Matanzas estaban completamente pacificadas pero ignoraba que en San Juan de los Remedios Máximo Gómez se encontraba al frente de 3,000 hombres esperando las fuerzas de Calixto García que contaba con prácticamente el mismo número de soldados. No llegaban las fuerzas de Calixto por lo que Máximo avanzó hacia la Reforma con sus 3,000 hombres quienes no le daban descanso a los 50,000 de las fuerzas españolas.

Atacaba Quintín Banderas Batabanó el 13 de aquel mes, empezando a tomar parte de la Segunda Campaña de Pinar del Río. En los primeros meses del 97 se producen dos hechos que recogen las páginas de la prensa española. El primero de éstos fue el combate de Cabeza de Río Hondo el 28 de marzo de 1897 donde el puertorriqueño Rius Rivera había sido herido y quedado prisionero. El segundo, que en Oriente desembarcaba la expedición del polaco Carlos Roloff que permitía a los mambises atacar con mayor firmeza a las tropas de Weyler. Se agudizaba la crítica en la prensa española:

«Nadie se explicó como un poblado a media hora de La Habana había podido ser conquistado por los rebeldes y permanecer allí durante varias horas haciendo toda clase de fechorías, sin que llegase ningún tipo de fuerza española para expulsarlos».

(Continuará la semana próxima)

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