Cuba: Mambises nacidos en otras tierras

Written by Enrique Ros*

21 de septiembre de 2022

Las expediciones después del Zanjón ( II de VIII)

Fracasa el Plan de Fernandina al denunciar el Ministro de España en Washington ante las autoridades norteamericanas la presencia armada del vapor Lagonda. En aquel momento el Amadís se encontraba en alta mar, pero el Baracoa permanecía cercano al Lagonda. Alguien había cometido una indiscreción. Para Martí éste había sido el Coronel Fernando López de Queralta.

Así describe un brillante ensayista los últimos minutos de aquel plan cubano.

«En la espera ansiosa, Martí perfila un plan hasta el último detalle. Tan pronto como llegue la orden de Gómez, tres barcos, el «Amadís», el «Lagonda» y el «Baracoa», saldrán del Puerto de Fernandina en la Florida, donde lo tiene ya todo hábilmente combinado con un traficante local en madera, Michelle Borden. A sus propios muelles, y en vagones contratados exclusivamente, irán las armas, disimuladas como instrumentos agrícolas. Todo está listo. Trémulo, aguarda Martí, como un director de escena, a que se levante el telón.

»Y, de repente, ¡la catástrofe!.

»El día 10 de enero Martí queda fulminado por un aviso telegráfico de que los tres vapores, con toda su carga, han sido confiscados por el Gobierno de Washington… es el fracaso súbito, inconcebible aún, de tres años de acción viril…todo se ha perdido…! sólo Queralta lo sabía!.

“Fue el triste final de aquella que hubiera sido la primera expedición de la Guerra de Independencia. Un fracaso producto de una traición».

Pero siguen nuevos esfuerzos. Para abril ya comienzan con cierta regularidad las primeras expediciones hacia Cuba. El primero de aquel mes desembarcaba en Duaba, Baracoa, la goleta Honor, de 18 toneladas de capacidad con 23 expedicionarios, entre ellos los generales Antonio y José Maceo y Flor Crombet y los coroneles Agustín Cebreco y el colombiano Adolfo Peña, así como el dominicano José M. Arzeno, el teniente coronel Flor Silverio Sánchez Figueras, Patricio Corona, Acid Duvergel, José Palaciones y Alberto Boyd.

DESEMBARCAN MARTÍ, 

GÓMEZ Y OTROS

Diez días después, con 6 expedicionarios desembarcaban José Martí y los generales Máximo Gómez, Francisco Borrero y Ángel Guerra y Marcos del Rosario junto a César Salas. Habían zarpado de Montecristi, en Santo Domingo, el primero de abril del año 95 en la goleta Brothers pasando, en Haití, al vapor Nordstrant, desembarcando en Playitas cerca de Cajobabo en Baracoa el 11 de abril. Los esperaba un grupo de campesinos que llevaban al frente al comandante Félix Ruenes que pronto se unieron a las tropas comandadas por el General José Maceo.

Con el dinero suministrado, en forma personal, por Ulisis He-raux, Lili, el dictador dominicano, pudieron adquirir Martí y Máximo Gómez la goleta inglesa Brothers que inscrita con ese nombre en las Islas Turcas, la inscribieron en Montecristi con el nombre de Libertad.

Vendrán en la pequeña goletilla aquellos cinco hombres: Máximo Gómez, Martí, Paquito Borrego, Ángel Guerra, César Salas y el dominicano Marcos del Rosario; zarpan en la noche del primero de abril rumbo a Inagua a donde llegan en la noche del 3 de abril. Al otro día, descubren lo que llamó Gómez «el gran engaño»: La tripulación de la goleta, menos el cocinero, desertan junto con el capitán, un tal Bastín, traidor o asustado. «El incansable Martí se va a tierra, sudando coraje e indignación» Bastín decidió, a todo trance, cumplir, ahora, su compromiso de llevarlos a Cuba.

Encuentran la asistencia de otro hombre, el cónsul de Haití, M. Sarber, que les ofrece protección y, recuperado los $450 dólares que había cobrado Bastín por el viaje a Cuba, llega a Inagua el vapor de carga alemán Norstrand que hará escalas en Haití y Jamaica y en el que podrán escapar del islote Inagua, tan fácil de descubrir. El capitán exige dinero, $1,000 pesos, para, en el pequeño bote que los expedicionarios habían comprado en Iguana, dejarlos cerca de Cuba.

Siguen para Cabo Haitiano. Salen el día 9 de Haití, hacia Jamaica y tarde en la noche del 11 ya el Norstrand está junto a las costas de Cuba y toman el pequeño bote y, sufriendo los embates de las olas, y, en un momento en que se calma el mar tocan la arena de la playa: era Playitas y avanzan, a oscuras, hacia un pequeño caserío que no conocen, el Cajobal. En un humilde hogar de campesinos dan noticias de donde se encuentran: en la jurisdicción de Baracoa, de las que el jefe cubano es Félix Ruenes y, a través de una persona amiga, que les sirve de guía, llegan a Vega Batea donde encuentran a las primeras fuerzas del Ejército Libertador. Por la misma zona, tres días antes, los hermanos Maceo junto con Flor Crombet habían desembarcado. Se encontraba ya el dominicano Marcos del Rosario Mendoza en plena manigua cubana.

MARCOS DEL ROSARIO MENDOZA

Un dominicano se identifica, como pocos, en nuestras luchas independentistas. Es Marcos del Rosario Mendoza, nacido en el Viso, cerca de Santo Domingo en 1864.

En su tierra natal, ha establecido Marcos del Rosario muy estrechas relaciones con José Martí y con el Mayor General Máximo Gómez. Junto a ellos desembarcará en Cuba el 11 de abril de 1895 por Playitas en la costa sur de Oriente. Le correspondió un altísimo honor: fue el primero de todos en pisar tierra cubana. Este bien conocido dominicano formará parte de las fuerzas del Ejército Libertador que participan en lo que se llamó Campaña Circular en Camagüey, y en la invasión a occidente en la que sufre graves heridas en el combate de Coliseo (diciembre 23, 1895) cuando, luego de una temporal separación, se unen nuevamente en aquel pequeño pueblo matancero las tropas de Maceo y de Máximo Gómez.

Las fuerzas insurrectas toman y queman la pequeña población a cuyo rescate se acercan fuerzas españolas compuestas de cuatro compañías de un Regimiento de Navarra, otros del Regimiento del Rey y un tercer batallón del Regimiento de Asturias. Dirigirá las fuerzas ibéricas el propio Capitán General de la isla Arsenio Martínez Campos. Tomará acción importante en la Batalla de Coliseo la escolta del Mayor General Serafín Sánchez que está dirigida por el Comandante Loynaz del Castillo.

A la batalla de Coliseo nos hemos referido en otras secciones destacando que Coliseo fue, en lo personal, una derrota para el Capitán General de la isla. Ya Marcos del Rosario se ha recuperado de su grave herida y el 4 de marzo del 96 se ha reincorporado al Cuartel General y participa en el combate de Lugones (4 de noviembre, 1896), en Camagüey, donde fuerzas dirigidas por el General en Jefe Máximo Gómez atacan una columna que lleva al frente al General Adolfo Jiménez Castellanos cerca de Cascorro.

No era una pequeña fuerza a la que los insurrectos cubanos se enfrentaban ya que Jiménez Castellanos comandaba a más de 4,000 hombres que habían salido de Minas en auxilio de los sitiados en Cascorro cuyo cerco dirigió el Brigadier José Manuel Capote. Sobresalen en el ataque una docena de jóvenes norteamericanos dirigidos por Frederick Funston, aquel que llegó a Cuba en la primera expedición del Dauntless.

Llegarán después antes de terminar el año 1895 la primera expedición de Francisco Carrillo en el vapor Delaware; Emilio Núñez, Carlos Manuel de Céspedes y Quesada en la primera incursión del vapor Laurada; y el segundo viaje de Francisco Carrillo, junto con José María Aguirre que arribará el 7 de noviembre en el vapor Horsa.

Va terminando el año y vuelve Mariano Torres, junto con los tenientes coroneles Vicente Pijales Puentes y Juan Ferrera Coello- (Baracoa) y Luis Yero Miniet en un pequeño bote el 19 de noviembre. Piensa desembarcar por la ensenada de Mora en Pilón, en la costa sur de Oriente se incorporan a las fuerzas del comandante Roitor y será bajo las órdenes de Gervasio Savio, financiada por la delegación de cubanos en Jamaica que parte en el pequeño barco Eureka que saliendo desde Jamaica llegará a la costa sur de Oriente en lo que resultaría la última expedición del año 95.

(Continuará la semana próxima)

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