Cuba está colapsada:  José Daniel Ferrer. ‘Lo único que hay que hacer ahora es derrocar al régimen’

Written by Germán Acero

21 de octubre de 2025

‘En Cuba ahora no hay nada. No hay agua, no hay luz, no hay alimentos. La gente está desesperada y no quiere aguantar más este comunismo. Cuba está colapsada. Lo único que hay que hacer ahora es derrocar al régimen’, afirmó el médico y líder opositor José Daniel Ferrer a su llegada a Miami.

En conversación con LIBRE, Ferrer resaltó que muchos cubanos sobreviven a duras penas en las inhumanas cárceles del país, entre ellos Luis Alcántara, sometido,  al igual que otros prisioneros políticos, a crueles torturas físicas y psicológicas.

“Es algo terrible, injustificable y arbitrario en todo sentido. La hambruna ha hecho colapsar a Cuba. Apenas funcionan algunos servicios médicos y muchas viviendas se han venido abajo por el abandono y la miseria”, declaró.

El opositor describió también la represión cotidiana que enfrenta la población: “Las presiones del régimen son muy duras y terribles contra el pueblo, y más aún contra los opositores. Quienes la ejercen son matones al servicio de la tiranía. Golpean a los presos políticos en las cárceles, les introducen palos en la boca, les tapan la nariz para que no protesten y, en muchos casos, intentan asfixiarlos”.

“Ahora estoy alegre por estar en tierras de libertad, pero también triste, porque nunca pensé salir de Cuba. He enfrentado a la tiranía desde que era un niño”, agregó Ferrer.

Recordó los días en que impulsaron el Proyecto Varela, cuando “las persecuciones contra la oposición se intensificaron totalmente. Cada día vivíamos el episodio de la muerte, porque no sabíamos si al otro día íbamos a amanecer vivos”.

“Los esbirros de la revolución comunista oprimen y esclavizan al pueblo cubano. Ese es el régimen. No es momento de lamentarse, sino de actuar. Los cubanos, dentro y fuera de la isla, claman por libertad y democracia”, subrayó.

Según Ferrer, “las condiciones están dadas para quienes queremos la libertad. Ojalá podamos sellarla pronto; no podemos esperar quince años más. Hay que regresar para darle un golpe final a la tiranía”.

Explicó que su llegada a Estados Unidos tiene como objetivo “seguir apoyando la búsqueda efectiva de la libertad”, ya que, dijo, “la policía política tiene como misión encarcelar a todo el que se oponga al régimen”.

“Tenemos que actuar pronto para liberar a los presos políticos y motivar a la comunidad internacional a que nos brinde su apoyo, porque lo necesitamos para lograr la democracia total”, insistió.

“No se puede admitir que, en pleno siglo XXI, siga existiendo un sistema comunista que golpea a un pueblo indefenso y cansado de tanta opresión”, recalcó.

En relación con otros países, Ferrer advirtió: “Si en Venezuela hay una dictadura, hay que apoyar su caída. Existe porque la de Cuba la respaldó. Lo mismo ocurre en Nicaragua, que cuenta con el apoyo de los dictadores de la isla. Todos ellos son enemigos de la democracia. Pero solos no podemos lograrla: se necesita un fuerte apoyo internacional del mundo libre”.

“Necesitamos ese respaldo de los Estados Unidos. Esta es una guerra necesaria. La esclavitud ha doblegado al pueblo cubano, y la Unión Europea también debe involucrarse en esta causa de liberación”, enfatizó.

Ferrer describió además las duras condiciones carcelarias que vivió en Cuba, marcadas por la violencia y el hostigamiento. “Los alimentos y productos de aseo son robados por órdenes de los funcionarios, y las amenazas contra nuestras familias se intensifican desde el interior de las prisiones, con el apoyo de carceleros corruptos”, relató.

Aunque reconoce que su salida del país representa, en parte, una derrota personal, aclara que no implica rendición: “De Cuba solo salgo con mi dignidad y honor en alto, y no por mucho tiempo”, aseguró, evocando el ejemplo de Martí y Maceo.

En tono ligero, comentó que regresará a la isla “por mar, con una rosa blanca y un teléfono satelital para no ser localizado”, porque, según dijo,  “desde aquí puedo ser más efectivo que desde una prisión. Esta etapa es preparatoria para el retorno. Estaré en Cuba antes del momento final de la dictadura, tratando de acelerar su caída desde dentro”.

Por su parte, la doctora Nelva Ismarays Ortega Tamayo, esposa de Ferrer, manifestó su tristeza por dejar en Cuba a numerosas personas necesitadas, a quienes brindaba alimento y atención médica en su propio hogar.

Visiblemente emocionada, Ortega, médica de profesión, confesó que su partida fue “una situación sumamente difícil”. “Uno puede pensar en salir algún día a conocer, pero no de esta manera. Sin embargo, estamos felices por estar en libertad”, expresó entre lágrimas.

“Duele muchísimo ver cómo un régimen disfruta ver a su pueblo en la más absoluta miseria. Duele el trabajo que pasan tantas madres al tener a sus hijos sin alimentos”, lamentó.

“Pero no es solo la falta de comida: también es la atención médica, es todo. Es cero, es nulo. Y ellos disfrutan con eso”, añadió la doctora, sumida en la tristeza.

“Es muy duro dejar familia, amistades, dejar todo. Pero, como dice mi esposo, volveremos, volveremos muy pronto”, concluyó.

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