CUANDO SE DESBORDÓ MAZORRA

Written by Esteban Fernández

16 de mayo de 2023

A partir de enero del 59 todo fue un «corre-corre”, una locura colectiva, sin saber a ciencias cierta adonde íbamos. Se acabó la tranquilidad y se dio riendas sueltas al desasosiego y a la improvisación.

Cuba se había convertido en un gigantesco manicomio de San Antonio a Maisí

No había un solo minuto de tranquilidad y paz en el país, mítines relámpagos que el único objetivo era mantener a la gente en jaque.

La televisión y la radio dejaron de ser remansos de entretenimiento y alegría para sumarse y promover el caos generalizado: Casino de la Alegría y Jueves de Partagás fueron sustituidos por el juicio a Jesús Sosa Blanco y discursos kilométricos de un arrebatado trastornado.

Dentro del mal llamado “Gobierno Revolucionario” era imposible encontrarse con un oficialista cuerdo, calmado, ecuánime y razonable, realizando una labor definida y organizada.

No se podía ir a un parque, ni a un cine, ni a una obra de teatro, ni a las escuelas, y mucho menos a una Iglesia sin que grupos de desalmados trataran de inculcarnos y meternos por las cabezas los descabellados «slogans» comunistas.

Imposible resultaba escapar al escándalo de altoparlantes lanzando discursos encendidos, violentos y groseros de un tipejo endemoniado.

La forma en que Fidel Castro le hablaba, regañaba y gritaba al pueblo cubano era como los chulos les guapeaban a sus prostitutas.

Consignas agresivas y gritadas en nuestras caras como “Cuba sí, Yanquis no” y “Si Fidel es comunista que me pongan en la lista”. Sin poder olvidar jamás los odiosos, amenazantes y denigrantes alaridos de «¡Paredón!»

En las esquinas del país se levantaban tribunas y oradores improvisados de barricada lanzaban ardientes arengas fidelistas. Tenebrosos juicios populares.

Cuando los primeros rusos llegaron a la Isla le reportaban al jefe supremo de la URSS la situación interna de Cuba le decían en su idioma y traducido al nuestro: “Compañero Nikita, con pena le informamos que los cubanos van a toda prisa creando un marxismo leninismo tropical ‘sui generis’ ligando paredón y sangre con ron, rumba, Cha cha chá, malecón y mambo”.

Pero bueno, Dios al final logró castigar al mayor de los causantes de nuestra tragedia parándole en seco “el corre-corre” con enfermedades graves, Alzheimer y la gloriosa caída  postrándolo en una silla de ruedas, sin poder hilvanar una sola frase y -con una horripilante compañera al lado y unos tarambanas hijos- terminando incinerado encerrado dentro de un infernal seboruco.

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