El número de cubanos que intentan llegar a las costas de Florida en frágiles embarcaciones no deja de aumentar, y en los cinco meses del presente año fiscal la cifra es mayor que todo el período anterior, según cifras oficiales dadas a conocer a Efe.
La cifra refleja una tendencia en aumento, si bien son números inferiores a los intentos hechos por personas que salieron de República Dominicana (hacia Puerto Rico), 103 en lo que va del presente año fiscal, o de los propios cubanos antes de que se eliminara en 2017 la política «pies secos/pies mojados».
La puerta de entrada de cubanos a EE.UU. estuvo abierta hasta el 12 de enero de 2017, después de que el entonces presidente Barack Obama les retirara los beneficios migratorios al cancelar por orden ejecutiva esta política como parte del «deshielo» de las relaciones con Cuba.
El sábado pasado, agentes de la Guardia Costera rescataron a ocho migrantes cubanos, seis hombres y dos mujeres, cuya pequeña y precaria embarcación volcó frente a las costas del condado de St. Lucie, en Florida, tras 16 días en el mar.
Según un vídeo distribuido este lunes por la Oficina del Alguacil del vecino condado Martin, la embarcación volcó por el fuerte oleaje y sus ocupantes fueron lanzados al mar. Las dos mujeres estaban embarazadas, confirmaron las autoridades.
«Todos fueron localizados y llevados a la orilla. Los ocho fueron trasladados a hospitales locales y se encuentran en condición estable», indicó el comunicado del Alguacil del condado Martin, unos 159 kilómetros al norte de Miami.
«Cada interceptación es casi una operación de rescate», dijo a Efe Murray, quien desaconsejó estos «viajes ilegales» que en muchas ocasiones se hacen en embarcaciones que «ni siquiera son botes» y por lo mismo son «realmente muy peligrosos».
Este mes, agentes de la Guardia Costera rescataron a tres ciudadanos cubanos, dos hombres y una mujer, que estuvieron varados durante más de un mes en una isla deshabitada en Bahamas tras naufragar, y quienes sobrevivieron a base de comer cocos y ratas.
Los tres fueron llevados a un centro migratorio de Florida mientra se decide si se les permite permanecer o no en EE.UU.
«Viajes como estos nunca merecen el riesgo. Las aguas del Estrecho de Florida son impredecibles y el riesgo de pérdida de vidas es grande en embarcaciones como esta», señaló recientemente Mario Gil, oficial de enlace con Cuba de la Guardia Costera estadounidense.
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