Con lujo de detalles y muy bien documentados Carmen Valdivia, quien hizo parte del éxodo infantil cubano, que protagonizaron 14,048 niños, preparó una brillante exposición como homenaje al 60 aniversario de la Operación Pedro Pan en el Museo Americano de la Diáspora Cubana.
La exposición «Operación Pedro Pan: 60 aniversario del éxodo de los niños cubanos», con objetos personales y documentos de viaje de algunos de los 14,048 niños que entre 1960 y 1962 fueron llevados a Estados Unidos sin sus padres, abrió ya sus puertas al público.
Valdivia, directora del Museo Americano de la Diáspora Cubana, con sede en Miami, relató que “noventa y cinco agencias de bienestar social gestionaron esta relocalización», para presentar la más importante exhibición de todo lo que enmarcó esta increíble odisea humanitaria.
Sostuvo que de los 14,048 menores de edad que salieron solos de Cuba, en esos 23 meses, 6,584 se ubicaron con amistades de la familia o parientes ya establecidos en EE. UU. y otros 7,464 quedaron bajo la protección del Programa de Niños Cubanos del Buró Católico.
Lo más sorprendente es que en este museo con mapas se han registrado todos los nombres de los niños que viajaron sin sus padres durante la operación que ya es catalogada como la más importante que se ha hecho entre Estados Unidos y Cuba.
Pero también hay que destacar, según Valdivia, que aquí se muestran otros objetos que pertenecieron a los niños, como objetos personales, además de otras pertenencias que hicieron parte de los utensilios personales de los chiquillos que estuvieron en campamentos y en iglesias.
“Hemos logrado recopilar importantes documentos, como videos y fotos, de todo lo que aconteció durante los vuelos que trajeron a los niños a los Estados Unidos, los cuales constituyen la más importante historia sobre la Operación Pedro Pan jamás mostrada en Miami”, reveló.
De acuerdo con Valdivia, no se le ha dado toda la importancia que merece este éxodo de más de 14,000 niños. «Se conoce poco, en parte porque al principio fue algo secreto», pero lo cierto es que los estudiantes, sobre todo, se han interesado en Miami por apreciar esta exposición.
“Estamos haciendo honor de nuestros padres por el gran sacrificio que hicieron con nosotros y, por eso, hemos podido ahora vivir en libertad, junto con nuestras familias, lo cual es un regalo para tenerlo muy en cuenta, así como el gesto dado por los Estados Unidos para acogernos en su territorio”, expresó Valdivia.
“Nosotros veníamos como refugiados porque pensábamos que el problema político se iba a solucionar pronto en Cuba, y entonces, nos regresaríamos lo más rápido posible, pero eso no ocurrió y nos tocó quedarnos definitivamente aquí”, insistió.
“Con nosotros Estados Unidos se ha portado divinamente, pese a que perdimos a nuestra patria, pero acogimos en cambio la oportunidad de llegar al país más poderoso del mundo, donde sembramos raíces y logramos oportunidades personales y profesionales”, aceptó.
“Nuestra fe y nuestra educación fue lo único que pudimos traer de Cuba. Lo bueno de este país, así lo comprendimos, es que todo el mundo puede lograr lo que está dispuesto a lograr, como hacer dinero, o vivir una vida tranquila o estudiar y capacitarse profesionalmente, recalcó Valdivia quien es arquitecta.
Admitió finalmente que los niños, en el fondo, traían una gran capacidad educativa ya que la mayoría había estudiado en los más prestigiosos colegios privados que había en ese entonces en Cuba, de gran renombre, lo cual les permitió acoplarse fácilmente en los claustros norteamericanos.
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