Carlos Manuel de Céspedes: De Yara a San Lorenzo

Written by Enrique Ros*

12 de marzo de 2024

La Lealtad y la perfidia. 

El brigadier de Cambute. El Médico de Jiguaní

1877: un año que mal comienza (I de III)

Comienza un nuevo año. En 1877 en el departamento de Oriente las fuerzas comandadas por Antonio Maceo, Modesto Díaz y Flor Crombet se mantenían disciplinadas y combatientes.

El primero de enero de 1877 marcha Maceo hacia Iyagua. El día 12 acampa en la boca del río Taguarní. El primero de febrero ordena que el coronel Guillermo Moncada con su regimiento Cuba ataque al poblado de Curial e incendie el mayor número de ingenios que les fuera posible. Entre el 10 y el 11 ataca las líneas militares de Yateras a Guantánamo.

Crombet era jefe en propiedad del regimiento Guaninao #7, (Cambute) que, junto al regimiento Baire #6, constituían la Brigada de Cuba de la Primera División. Crombet era, en este momento, jefe accidental de la Brigada de Cuba de la que era jefe en propiedad el mayor general Modesto Díaz.

En ese mes de enero (1877) parte hacia el exterior el General Sanguily y, a los pocos días, el 5 de febrero se reúnen Gómez y Vicente García en Becerra, a poca distancia de Las Tunas con el plan de enfrentarse a las tropas españolas que desde Maniabón se dirigían a aquella ciudad, encuentro que no se produce al variar su rumbo las tropas españolas.

Las fuerzas españolas aumentan la presión en aquella región. Una columna de Holguín se acercaba en marcha hacia Maniabón para continuar hacia Las Tunas. Vicente García se prepara para hacerle frente a esas fuerzas y marcha, con su caballería, hacia Las Tunas mientras otras de sus tropas se encuentran en Becerra donde, ya de regreso de aquella ciudad se reúne Vicente García con el gobierno. Al día siguiente, febrero 6, tratan Estrada Palma, Vicente García y Máximo Gómez, en su condición de Secretario de la Guerra, de la marcha de García a Las Villas que debe realizarla con unos 200 hombres.

INNATA REBELDÍA DE 

BRAVO SENTÍES

El regimiento Guaninao #7 (Cambute), del que José de Jesús fue fundador, mantenía su disciplina mientras el Dr. Bravo Sentíes estaba creando un serio desorden en el regimiento Baire, Número 6, y en el de Jiguaní. Para tratar de mantener cierto control sobre el inquieto médico, lo incorporan a las fuerzas comandadas por el brigadier José de Jesús Pérez.

Era José de Jesús el hombre indicado para esa misión.

El Brigadier es respetado por su coraje, su capacidad de organización y su don de mando. El Brigadier Aurrecoechea había dependido de él en julio de 1869 para impedir las deserciones que debilitaban las filas del bravo oficial venezolano; Gómez lo quiso a su lado cuando inició su avance hacia Guantánamo y en el espectacular ataque a la Socapa en diciembre de 1870.

MÁXIMO GÓMEZ: SECRETARIO DE GUERRA

El 14 de enero (1877) a Vicente García le llega una comunicación del gobierno anunciándole “el Presidente (Estrada Palma) en carta particular que ha resuelto ponerse al frente del Ejército nombrando al Gral. Gómez Secretario de Guerra”.

Vicente expresa en su Diario de Campaña su profundo disgusto y el de su tropa por esa decisión. “Me aseguran algunos jefes de Oriente, que se encuentran aquí, que en su departamento será completamente desaprobado ese pensamiento del Presidente”.

Jesús Pérez quiere distanciarse de estas luchas internas. Convence a Bravo Sentíes a continuar su marcha en busca del Gral. Modesto Díaz, aquel bravo dominicano que se ha batido, hombro con hombro, junto al Brigadier Pérez en Jiguaní, en el Cobre, en el Salado, en Ventas de Casanova y en tantos otros encuentros.

Modesto Díaz no es solo, para José de Jesús, su superior jerárquico; es, por encima de todo, su amigo. La amistad es para el recio combatiente una sagrada vinculación. Así lo probó toda su vida.

Al día siguiente marcha Vicente García con su Estado Mayor, el Teniente Coronel Juan Ramírez y unos sesenta o setenta hombres a practicar un reconocimiento por la costa del Cauto para “atacar el vapor que viaja de Manzanillo a Cauto Embarcadero”.

El 18 envía a Ramírez a buscar a los ciento cincuenta hombres que le había pedido al Coronel Varona.

Ante la conocida desunión de los combatientes cubanos las más altas figuras del gobierno colonial envían más tropas a la región oriental.

En marzo iniciaría Martínez Campos el avance desde Las Villas a Oriente. Así lo comunica en telegrama del 24 de marzo (1877) al Ministro de la Guerra:

“Colocados en sus puestos los 17 batallones, 15 escuadrones, 5 guerrillas y Guardia Civil que quedan en Las Villas y los 9 batallones y 10 piezas que guardan la trocha, empieza hoy el movimiento de avance al Príncipe y Oriente del resto de las fuerzas.

Al partir hacia Oriente deja al General Armiñán al mando de la Comandancia de Las Villas”.

Se hace sentir en Camagüey y Oriente la ofensiva española. En la vasta extensión del Departamento de Oriente sólo Antonio Maceo y Flor Crombet lograban mantener sus fuerzas en buen ánimo, disciplinadas y dispuestas al combate. Crombet, jefe en propiedad del regimiento Guáimaro número 7, (del que el Brigadier Pérez, su fundador, forma parte) que con el de Baire número 6, componían la Brigada de Cuba, era jefe accidental de esta brigada, a las órdenes del Mayor General Modesto Díaz.

En el otro regimiento, Baire, en unión de Jiguaní, Bravo Sentíes mantenía una posición de disidencia de la que trataba de persuadirlo su amigo y compañero el Brigadier José de Jesús Pérez. Incorporado Bravo Senties a la columna de José de Jesús, éste lo convenció de hablar con un común amigo y superior jerárquico, el General Modesto Díaz. Hacia allá marcha.

De haberse producido el encuentro con Díaz muy probablemente Bravo Sentíes hubiera abandonado su posición disidente.

El Mayor General Vicente García hace planteamientos políticos pero también, como pocos, combate. El 16 de febrero (1877) en El Rompe (Las Tunas) ataca a una fuerza española ocasionándole serias bajas y apoderándose de fusiles, cananas y municiones. En mayo es el Coronel Arcadio Leyte Vidal quien se enfrenta, en La Ayúa, jurisdicción de Jiguaní, donde opera también el Brigadier Pérez, a una columna enemiga impidiéndole avanzar a su objetivo y forzándola a retirarse hacia El Naranjo. Un poco más al sur, en el Aserradero, es el ya Coronel Flor Crombet quien, el 8 de mayo, ataca este fuerte español dividiendo sus fuerzas en dos columnas; la primera bajo el mando del Coronel Agustín Vilton y la otra comandada por su primo el Teniente Coronel Emiliano Crombet. Días después estará hostilizando El Cobre, aquel poblado en el que había combatido, 8 años antes, a las órdenes del jefe de la Brigada Cambute.

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