Carlos Manuel de Céspedes: De Yara a San Lorenzo

Written by Enrique Ros*

16 de enero de 2024

La Lealtad y la perfidia. 

El brigadier de Cambute. El Médico de Jiguaní

Presidencia de Cisneros

(VI de VIII)

El 14 de febrero (1874) aceptaba Vicente García, a instancias del gobierno, la Secretaría de la Guerra pidiendo “algunos días de plazo para tomar posesión ya por tener varios asuntos particulares que arreglar, ya porque tratándose del despacho de la expedición a Las Villas era conveniente que el actual secretario la concluyese de expeditar sin los inconvenientes que al momento me traería a mí la falta de antecedentes en el asunto”.

El Gabinete influye para que las fuerzas armadas marcharan a realizar averiguaciones sobre la muerte del Comandante Pedro Ignacio Castellanos y sobre el conato de sedición que, decían, éste intentaba, dándole a Vicente amplias facultades para proceder como representante del ejecutivo. Pero algo sucedió repentinamente porque las instrucciones y las amplias atribuciones le fueron inmediatamente reducidas.

El día 13 recién había jurado Vicente García, en horas de la mañana como Secretario de la Guerra, cuando recibía el oficio del gobierno modificándole las instrucciones y facultades conferidas el día anterior. Se le manifestaba expresa en su diario el día 13-que no era posible facilitarle toda la fuerza armada que se había acordado en el Consejo de Gabinete reduciéndola a “una pequeña escolta para sólo resguardo de mi persona, por limitarse mi cometido a una simple inspección”.

El mismo día responde expresándole al gobierno su extrañeza por tales innovaciones considerando que hacían innecesario su viaje, pero que estaba dispuesto a cumplir las órdenes del Presidente de la República si así se lo ordenaba.

Ha aceptado el Mayor General Vicente García -con serias dudas- la Secretaría de la Guerra (febrero 1874) cuando se ha decidido, en enero, con la oposición del general tunero, la invasión a Las Villas que realizaran Gómez y Calixto García. Pronto se cambian los planes. Calixto debe regresar a Oriente.

En febrero (1874), -aplazada su invasión a Las Villa- derrota Gómez en El Naranjo y, luego en Mojacasabe, en Camagüey, a los cinco batallones del Brigadier Báscones; el 15 de marzo ataca con éxito en Las Guásimas al Brigadier Armiñana que comanda los batallones León, Rayo, Cortés, Aragón y Lealtad (Benigno Souza).

REBELIÓN DE 

PAYITO LEÓN

Otro hecho se produjo simultáneamente. En aquella fecha más de 60 hombres del batallón CaBaníguán habían desertado y se encontraban por Santa Ana de Llevo en franca rebeldía contra el General Calixto García.

Marchaba Calixto García hacia Tunas cuando supo que el teniente coronel de aquella jurisdicción, José Sacramento León, reunía sus tropas para exhortarlas a que no reconociesen la jefatura de Calixto. Se le creaba un nuevo y muy serio problema al presidente Cisneros Betancourt, quien, de inmediato, solicitó del general Vicente García – jefe militar y amigo de Payito León – que obligase a las tropas de éste a acatar la jefatura del holguinero Calixto. Era el tunero Vicente García, Secretario de la Guerra en el gabinete de Cisneros.

Es el 30 de marzo que, según anota en su Diario, conoce Vicente García de la deserción del mes anterior del Teniente Coronel Sacramento (Payito) León y 17 hombres. Un mes antes, el 27 de febrero, había perdido su vida el Padre de la Patria.

Con fecha 27 de marzo (1874) escribe Vicente García a su subalterno Payito León, desde Jimaguayú, y al conocer que su amigo se hallaba en abierta desobediencia ante las órdenes del jefe superior de ese departamento lo exhorta a que «volviendo a la razón al deber… abandone el camino de perdición al que se ha lanzado y no den ustedes, por más tiempo, el espectáculo triste de permanecer alejados de sus compañeros mientras éstos combaten a los enemigos de la patria. Espero tener pronta noticia de que, oyendo mis fraternales consejos, hayan pensado ustedes en su deplorable desobediencia».

La deserción de Payito se va conociendo por todas las fuerzas insurrectas. Todos saben de su rebelión y de las fuerzas de la jefatura que se niegan a obedecer al General Calixto García. Este le mandó a Vicente órdenes enérgicas para que los sometiese a la obediencia o indicase a León a venir con sus compañeros a la residencia del gobierno. Aparentemente nada de esto se hizo.

Acusa Calixto García a Payito León del grave delito de sedición e insubordinación y marcha hacia Camagüey para presentar, personalmente, la grave acusación; pero antes de que llegase Calixto a la sede del gobierno había Cisneros recibido a una comisión encabezada por el propio Sacramento León solicitando la separación del mayor general Calixto García del mando en Tunas por “el asesinato de Castellanos y de Acosta”.

No hubo enjuiciamiento, no hubo sanción. Cisneros se limitó a decretar una amplia amnistía por los delitos imputados por ambos bandos.

SE CANCELA LA 

INVASIÓN A LAS VILLAS

Ante las dificultades encontradas para llevar a cabo la proyectada expedición a Las Villas el Consejo de Gabinete decidió, el 2 de mayo, no realizarla y que el Campamento de Oriente volviera a su territorio.

Con posterioridad a esta decisión se presentó al gobierno el Teniente Coronel León con 50 hombres de las fuerzas de Las Tunas manifestando que “no lo había hecho antes por haber tratado de recoger las fuerzas y de practicar algunas operaciones contra el enemigo” y manifestando no haberse separado nunca de la obediencia al gobierno. Afirmaba el Coronel León -sigue exponiendo Vicente García en su Diario- que la única causa de su separación y la de todas las fuerzas de Las Tunas, para no aceptar la obediencia al General Calixto García eran los “desórdenes y abusos de éste”.

Regresan las tropas de Calixto. Casasús, su biógrafo, afirma en su libro que Calixto recibió “con entusiasmo indescriptible, a sus hombres que regresaban después de haber actuado en los lances más gloriosos e importantes de la guerra”.

Superadas estas diferencias se reincorporan Payito León y sus hombres a las fuerzas del Mayor General Vicente García distinguiéndose, meses después, en el asalto y toma de Victoria de Las Tunas.

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