Carlos Manuel de Céspedes: De Yara a San Lorenzo

Written by Enrique Ros*

26 de diciembre de 2023

La Lealtad y la perfidia. 

El brigadier de Cambute. El Médico de Jiguaní

Presidencia de Cisneros

(III de VIII)

CISNEROS BETANCOURT: ¿PODER MODERADOR O 

INSTRUMENTO 

UTILIZABLE?

Depuesto Céspedes (27 de octubre de 1873), la Cámara proclama presidente interino de la república a Salvador Cisneros Betancourt.

El nuevo presidente integra así su gabinete: “Secretario de Estado Dr. Francisco Maceo Osorio, Subsecretario: Antonio Hurtado del Valle; Secretario de Hacienda y de la Guerra: el General Vicente García; Subsecretario: Dr. Félix Figueredo y Díaz; Canciller y Secretario del Consejo: Federico Betancourt. El gabinete, quedaba compuesto por un abogado, un literato, un militar, un médico y un estudiante”. “Hasta ese día el Dr. Félix Figueredo había sido, tan sólo, Jefe de Sanidad del Departamento Oriental”.

La tarea principal a la que se dedica el Dr. Félix Figueredo como Secretario de la Guerra interino fue la de crear una nueva Ley de Organización Militar derogando la que se había dictado el 9 de julio de 1869.

Por la nueva ley se divide la isla en dos Departamentos Militares (la anterior la dividía en tres Departamentos); el de Oriente, que comprendía desde la Punta de Maisí al Río Jobabo en Camagüey; y el de Occidente, desde el Río Jobabo hasta Occidente incluyendo a Las Villas y Camagüey.

Estaba creando Félix Figueredo un problema, un motivo de fricción, porque en esa fecha existían cuatro mayores generales: Máximo Gómez, Calixto García, Vicente García y Modesto Díaz, y algunos quedarían sin mando. Así fue.

Había sembrado la semilla de la discordia que germinaría en Lagunas de Varona.

Fricciones y malestar originan los cambios en los mandos militares. La Cámara crea el Instituto de Inspección del Ejército, propuesta por el Presidente Cisneros, y para el que se nombra a Modesto Díaz, y se ratifica a Vicente García como Secretario de Guerra. Eran Modesto Díaz y Vicente García los altos oficiales más antiguos en el escalafón de los mayores generales. Los dos quedaban sin fuerzas a sus mandos. El disgusto de Vicente García no fue el único.

Por la Ley de Organización Militar redactada por el médico Figueredo se nombraba al Mayor General Calixto García Jefe del Departamento de Oriente, y al Mayor General Máximo Gómez Jefe del Departamento de Occidente; el Mayor General Vicente García, que había sido nombrado con anterioridad Secretario de la Guerra y Hacienda, quedaba sin mando efectivo de tropas, y el otro Mayor General, Modesto Díaz, se vio sin asignación a departamento alguno, por lo que se le creó la inocua posición de Inspector General del Ejército. Disgustados quedaban estos dos altos oficiales y el Brigadier José de Jesús Pérez que fue relevado del mando de la División de Jiguaní.

FRANCISCO ESTRADA

CÉSPEDES

A los pocos días de asumir Cisneros Bctancourt el 28 de octubre de 1873 la presidencia ordena que el teniene coronel Francisco Estrada Céspedes, sobrino del expresidente, pasase a las órdenes del Gral. Manuel Calvar.

Calvar es designado, poco después, jefe en comisión del primer Cuerpo del Ejército lo que le enajena la buena voluntad del Gral. Vicente García.

El General Francisco Javier de Céspedes, hermano del destituido Presidente, fue relevado de la jefatura de la División Jiguaní-Bayamo, y sustituido por el general venezolano José Miguel Barre-to, a cuyas órdenes pasó. Los oficiales del Estado Mayor y la escol-ta de Céspedes fueron trasladados a diversas unidades militares.

El presidente Cisneros hace otros cambios en los mandos. Dispone que Miguel Bravo Sentíes, -que había ocupado la Secretaría de Relaciones Exteriores pero que se había ido distanciando del nuevo presidente, convirtiéndose en un opositor de su gobierno-, pase hacia Camagüey como Jefe de Sanidad Militar. Bravo, exponiendo distintas razones se mantuvo en la zona de Bayamo. De la jurisdicción de Bayamo pretendía Cisneros alejar a Leonardo Mármol ordenando que el Brigadier Juan Ruz y el Coronel Mármol permutaran sus cargos. El propósito era deponer o reemplazar a los altos oficiales que habían mostrado lealtad hacia Carlos Manuel de Céspedes.

El próximo en ser sustituido fue el Brigadier José de Jesús Pérez, quien durante un largo período de tiempo estuvo al frente de la Brigada de Cuba de la División de Jiguaní. Pérez (primeramente reemplazado en la custodia del ex-presidente por el coronel Ramírez, enemigo de Céspedes), fue relevado por el Coronel Emilio Nogueras en la jefatura de la Brigada. Transcurrían ya las últimas semanas de noviembre y diciembre cuando Máximo Gómez cruzaba la Trocha y entraba en Las Villas.

La invasión villareña, llevada a efecto por el General Gómez, en contradicción de la orden expresa del Gobierno, planteó al presidente Cisneros Betancourt una serie de nuevos importantes problemas.

Era necesario ofrecerle refuerzos al General Gómez antes de que los españoles concentraran sobre él todo su poderío militar. No le iba a resultar fácil al presidente Cisneros ofrecerle la urgente y necesaria ayuda. Poco antes se había designado como jefe del Distrito Oriental al General Vicente García que había, reiteradamente, expresado su oposición a la invasión a Las Villas a la que también se oponía el General Calixto García.

Mientras Gómez inicia en los primeros días de enero de 1875 la invasión de Las Villas, el Brigadier José de Jesús Pérez intensifica sus acciones al frente, nuevamente, de la combativa Brigada de Cuba.

Había Gómez emprendido la marcha hacia la provincia central el 4 de enero con 314 jinetes de la caballería camagüeyanay 150 de la caballería de Las Villas. Quedaban en Camagüey 400 hombres de infantería a las órdenes del General Julio Sanguily y de los brigadieres Manuel Suárez y Henry Reeve. El 7 de enero atravesaba Gómez la trocha por el sur de la provincia al tiempo que el Teniente Coronel Cecilio González, al frente de una brigada de infantería, lo hacía por el norte.

Ya, para entonces, el Gobierno -es decir, la Cámara- había tomado dos lamentables decisiones: reducir a dos, los tres departamentos militares en que estaba dividido el territorio de la República en Armas, y trasladar a las figuras que habían respaldado la administración de Céspedes.

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