Carlos Manuel de Céspedes: De Yara a San Lorenzo

Written by Enrique Ros*

9 de mayo de 2023

Esta obra aporta datos concretos sobre actos, algunos censurables; los más, admirables, de los hombres que participaron en aquella gloriosa gesta.

Cambios en los mandos militares

(VI de X)

Durante los frecuentes e intensos encuentros del mes de agosto, José de Jesús Pérez, Flor Crombet, Cintra, y Vega se mantienen estrechamente unidos asistiéndose los unos a los otros. Sus nombres aparecen en los partes de guerra que cada uno emite.

El 23 y el 24 de agosto ataca Gómez el Mijial, Pinalito y todos sus alrededores con tropas bajo el mando de Antonio Maceo. El 29, al amanecer, ataca el campamento enemigo situado en el ingenio «Songuito» produciéndoles 10 bajas a machete y ocupándoles armas y animales. Songuito de Wilson, ubicado a unos 12 kilómetros de Ti Arriba (donde hoy se encuentra Alto Songo) es atacado por las fuerzas de la División Cuba el 29 de agosto de 1870 comandadas por Máximo Gómez.

En todos estos encuentros (La Resolución, Giro, Mijial, Pinalito, Songuito, Cristal) que se suceden en los meses de agosto y septiembre participan las fuerzas de Gómez, Maceo, Jesús Pérez, Guillermón Moncada, Calixto García y Juan Cintra. Este último rechaza el 16 de agosto de 1870 el ataque a su campamento de Palma Soriano realizado por dos columnas españolas.

Máximo Gómez reconocía en estos ataques relámpagos el valor y la experiencia de Calixto García, de Maceo, de Moncada, de Jesús Pérez y de Cintra.

Pronto a Modesto Díaz, que por meses se ha mantenido combatiendo tesoneramente, lo sustituirá al mando de las fuerzas de Bayamo, Luis Figueredo.

Continúa Gómez con Pérez en la primera semana de septiembre hasta volver a Giro donde permanece hasta el día 12. Con 200 hombres de la brigada Cambute, marchan sobre la zona de los cafetales atacando el campamento del Cristal regresando al día siguiente nuevamente a Giro.

En el asalto de Arroyito el Brigadier Pérez y Francisco Ca-margo entran con Maceo. (Fuente: «Máximo Gómez: Tras las Huellas del Zanjón», Yoel Cordori N.). Luego, el primero de septiembre, 1870, dice Gómez: «me separé de las fuerzas de los tenientes coroneles Maceo y Pineda después de dejarles órdenes de instrucciones sobre operaciones. Y me reuní con la columna al mando del Coronel José de Jesús Pérez que operaba sobre aquella línea», y termina rindiéndole el mayor elogio a José de Jesús y a las fuerzas a su mando: «Estoy satisfecho del valor y arrojo de los jefes, oficiales y soldados de aquella columna».

Durante el mes de septiembre de 1870 prosigue la Brigada de Cambute participando en continuas acciones. «El 6, dice Gómez en su Diario de Campaña, continué mi marcha y el 7 rendí en «Giro» sin novedad; allí permanecí reunido con Pérez hasta el 12, que con 200 hombres de su brigada marché sobre la zona enemiga de los Cafetales y en la mañana del 13 ataqué el campamento enemigo del Cristal…». El 22 incendia el cafetal Fomento; el 23, es una guerrilla de Valmaseda quien lo ataca en «Arroyo Grande» sosteniendo la Brigada Cambute el ruego durante más de una hora y causándole al adversario unas 25 bajas.

El 26 de septiembre de 1870 combatió contra una columna española que atacó su campamento. A finales de 1870 libró la acción de Charco Azul y participó en el combate de la Socapa el 18 de diciembre. (Diccionario Enciclopédico).

En los últimos días de este mes Luis Figueredo, cuyas fuerzas acompañan al Presidente Céspedes, ataca Yara, y, junto a las de Modesto Díaz, combaten en La Escondida, el Palenque, Tunas de Guajacabo y Bocas de Gallegos.

El 22 de octubre (1870) una columna enemiga en Bijagual avanza sobre el campamento de Jesús Pérez; los exploradores de Guaninao la han visto pasar y la han seguido de Bijagual a la Ceiba, donde la dejan vigilada por los exploradores. Están allí, también, las tropas de Flor Crombet.

Al día siguiente se produce el encuentro de Ti Arriba, centro defendido por 300 hombres protegidos por trincheras. Participarán en el combate los batallones de Antonio Maceo y Policarpo Pineda donde es herido Guillermo Moncada. Días antes, el cinco de octubre es Antonio Maceo quien, en Majaguabo, resulta herido.

No dan tregua los mambises. No han pasado 24 horas cuando las fuerzas del Mayor General Máximo Gómez se enfrentan en Santa María, situado a unos 35 kilómetros de Santiago de Cuba, a una columna española que pierde a cinco de sus hombres y cuyo jefe, un capitán, cae prisionero.

Durante aquellos días de octubre han batallado en distintos puntos de la región oriental las fuerzas comandadas por muchos de los más prestigiosos combatientes: Máximo Gómez, Antonio Maceo, Luis Figueredo, José de Jesús Pérez, Modesto Díaz y Guillermón Moncada.

POLICARPO PINEDA 

«RUSTÁN»

Se repiten meses de continuo batallar en Jiguaní. El Coronel Policarpo Pineda había quedado gravemente herido en las inmediaciones de su campamento de Bruñí en el mes de octubre (1870). Cuando Máximo Gómez se puso al frente de la jefatura de la División Cuba, a la muerte de Donato Mármol, chocó con el carácter violento de Policarpo Pineda (Rustán).

Pineda había servido a las órdenes de Mármol. Al salir éste de la zona de Sagua de Tánamo y Guantánamo en agosto de 1869 dejó a Rustán -«nativo de estos parajes, en los que se había alzado desde 1863- con instrucciones de actuar sobre Guantánamo y Baracoa». El 27 de agosto Pineda tomó el Cuartel del Ramón y dos días después rechaza el ataque de tropas españolas a su campamento en la finca Sidonia.

Sobre el carácter y el valor de Policarpo Pineda se conocen múltiples anécdotas.

A Rustán, -dice Ramón Infiesta- «que es un bruto valiente, Gómez lo conquista con una valentía intencionalmente brutal. Le ordena tomar una trinchera, entregándole tres cartuchos a cada soldado. Rustán se niega. «¡Con tres tiros por hombre no se lleva a nadie al matadero!». Es un pretexto. Muchas veces los suyos han peleado con machetes no más y, él mismo, hasta con las manos. Lo que pretende es no obedecer. Gómez, que lo sabe, se limita a quitar un cartucho a cada soldado y, dejándolos con dos, ataca, él a su cabeza, la trinchera. Rustán se hubiera dejado matar antes que ceder, pero no resiste la tacha de cobarde y, arrancándose la camisa, carga detrás del general, tomando junto con él la posición».

Abundan los testimonios sobre el carácter rebelde, con frecuencia insolente, de Rustán.

«…hombre de tanta autoridad como Gómez tenía que tropezar algún día con subalterno tan arrogante y díscolo como Rustán. Por no sé que motivos chocaron al fin. Rustán, que ya era Coronel, insultó a Gómez. Sometido a consejo de guerra… (éste) tuvo que condenarlo y lo condenó a degradación… Por entonces, baldado de las piernas de resultas de algunas heridas, le trasladaban de un punto a otro en su hamaca, a hombros de su escolta. Cuando supo la sentencia parecía una fiera; apenas era un hombre ya y aún metía miedo la intensidad de su cólera brutal, insultando, amenazando, desafiando con insolencia indecible al general Gómez. Cinco días después murió, extenuado, quizás de un buche de bilis» (Manuel Sanguily, Rectificaciones históricas: Policarpo Pineda, en Hojas Literarias, año I, t. I, agosto 31 de 1893, p. 37). (Citado por Infiesta).

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