Por Daniel Galilea.
Elon Musk, director ejecutivo (CEO) de Tesla y uno de los empresarios más ricos del mundo, efectuó una predicción audaz en 2017, al aventurar que en el futuro “todo será completamente eléctrico, excepto (irónicamente) los cohetes”, pronosticando que los barcos serán los siguientes medios de transporte más fáciles de electrificar después de los automóviles.
Seis años después su profecía sobre el transporte marítimo de aguas profundas está a punto de hacerse realidad con las pruebas en el mar, anunciadas para 2026, del primer buque de propulsión eléctrica que además será capaz de transportar a través de los océanos grandes cantidades de electricidad de origen renovable almacenada en contenedores-batería.
El buque cisterna Ark 100, desarrollado por la empresa japonesa de baterías eléctricas PowerX (https://power-x.jp/en), tendrá 140 metros de longitud y 18,6 metros de ancho, y estará equipado con 96 baterías en contenedores que transportarán 241 megavatios-hora de energía eléctrica por vía marítima en distancias cortas.
ALTA CAPACIDAD DE ALMACENAJE ELÉCTRICO
Estos buques cisterna, que transportarán electricidad en lugar de almacenar y trasladar grandes volúmenes de combustibles, gases o líquidos como los tanqueros convencionales, conectarán redes de suministro, islas y parques marinos eólicos (que generan electricidad mediante turbinas movidas por el viento en el mar y situadas sobre estructuras asentadas sobre el lecho marino).
El primer barco de este tipo se completará en 2025, comenzará a probarse en aguas japonesas e internacionales previstas en 2026, según adelantó Masahiro Ito, presidente y CEO de PowerX.
Paralelamente se establecerá una nueva compañía llamada ‘Ocean Power Grid’, destinada a operar las futuras flotas de buques-batería, que se encargarán de transportar la energía eléctrica de origen renovable a distintos puntos de destino, localizados en Japón y el extranjero, según Masahiro Ito.
En el buque Ark 100 se incorporarán avances tecnológicos desarrollados previamente por la compañía PowerX para almacenar y suministrar electricidad renovable de uso doméstico, industrial y marino.
BATERÍAS MARINAS CON TECNOLOGÍA LFP
PowerX ha desarrollado una gama de baterías recargables y alojadas en contenedores de gran tamaño (MegaPower) y destinadas a almacenar la electricidad generada por paneles solares y turbinas aerogeneradoras, con una nueva tecnología denominada LFP (fosfato de hierro y litio), que ofrece un bajo de riesgo sobrecalentamiento y una prolongada vida útil.
Se trata de las denominadas baterías LFP. La firma japonesa también ha desarrollado un sistema modular de recarga ultrarrápida para vehículos eléctricos “todo en uno”, denominado Hypercharger.
El Hypercharger funciona conectado a una batería de almacenamiento LFP, a un transformador y a un controlador de energía. Todo este sistema utiliza bajo voltaje (200 voltios o V) sin requerir una costosa infraestructura de alto voltaje, ni una construcción compleja, según Power X.
El primer buque Ark 100 alojará 96 baterías LFP, cada una de las cuales garantiza una vida útil de más de 6000 ciclos (carga y descarga completa de electricidad) y está alojada en un módulo o contenedor, lo que permite instalar baterías adicionales para crear embarcaciones más grandes y con mayor capacidad de almacenamiento y transporte de electricidad.
El barco incorporará un sistema de control de emisiones de gas y extinción de incendios, y de monitoreo en tiempo real de las baterías y los equipos de carga y conversión eléctrica, para garantizar la máxima seguridad, de acuerdo a Power X.
Los buque-cisterna, equipados con baterías LFP, transportarán la electricidad almacenada, hasta los puertos, y la entregarán en las estaciones de carga y descarga eléctricas situadas en su cercanía, las cuales estarán conectadas a la red de suministro eléctrico, áreas urbanas y regiones con alta demanda y consumo de energía.
Estos barcos también cargan en sus baterías la electricidad producida en zonas geográficas con alta capacidad o potencial de generar energía renovable mediante tecnología solar o eólica.
Por ejemplo, en Japón, un buque-batería podrá transportar electricidad desde regiones con alto potencial de suministro de energía renovable, como Kyushu y Hokkaido, hasta áreas de alta demanda situadas en Honshu o para llevar energía eléctrica de unas islas a otras, según Power X.
A medida que las baterías LFP se perfeccionen, aumentando su capacidad de almacenamiento de electricidad y reduciendo su costo, se prevé que los buques-cisterna podrán transportar electricidad renovable a mayores distancias, más allá de los 300 kilómetros de singladura prevista, que tendrá el primer prototipo.
Así, posibilitarán poner en marcha nuevos parques eólicos marinos en áreas geográficas donde resulta muy complejo desplegar y reparar cables submarinos y es muy costoso instalar infraestructuras de transformación y trasmisión eléctricas.
Estos problemas se superarán al transportar por vía marítima la electricidad que generen estas instalaciones aerogeneradoras.
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