El Brigadier Ángel del Castillo Agramonte nació el 14 de agosto, 1834 en Puerto Príncipe, Cuba, hijo de una acaudalada familia cubana. Su educación primaria se llevó a cabo en Cuba y su educación final en 1853 en los Estados Unidos – en Syracuse, Nueva York, y Filadelfia, donde se gradúa de Doctor en Cirugía Dental.
En 1867 Ángel, junto con su hermano Nazario, forman la corporación: “Ángel y Nazario Castillo”. Cada hermano contribuye a un central azucarero: Ángel “Santa Isabel” y Nazario “La Unión”.
Cuando surge la primera Guerra de Independencia el 10 de octubre de 1868, Ángel, sus hermanos, su hermana (Ángela, Martín, Nazario y Francisco) y familia se unen a la Guerra contra España. El futuro Brigadier Ángel del Castillo Agramonte fue uno de los 76 camagüeyanos alzados en las márgenes del río Las Clavellinas, el 4 de noviembre de 1868. Posteriormente, les da la libertad a sus esclavos y los invita a reunirse a la revolución. Al estructurarse militarmente las fuerzas, quedó como ayudante del jefe del segundo pelotón Ignacio Mora. La primera acción militar de Ángel se lleva a cabo el 9 de noviembre de 1868 cuando ataca y captura el tren que viajaba de la costa norte de Camagüey a la ciudad de Puerto Príncipe. Ángel esperaba encontrar un cargamento de 1.500 rifles enviados de la Habana a la guarnición en Puerto Príncipe. Sin embargo, los rifles no estaban en el tren.
Días más tarde dirige una fuerza rebelde de 150 hombres que sostiene varias acciones contra una columna española de 1.500 hombres comandada por el Conde de Valmaseda, que avanzando de Puerto Príncipe compuesta de infantería y artillería se dirigía hacia la costa. En dos ocasiones trata de emboscar a la columna española, pero es derrotado y las fuerzas españolas cañonean y queman los dos centrales azucareros: “La Unión” el 29 de noviembre y el “Santa Isabel” el 30 de noviembre de 1868.
Mientras esto ocurría, otro hermano, Martín del Castillo, traía a Cuba desde Nassau en la goleta “Galvanic” la primera expedición con armas y equipo para la recién iniciada insurrección. La expedición desembarca el 27 de diciembre de 1868. Dicha expedición, financiada por la familia de Ángel, incluía a patriotas cubanos residentes en Nassau, entre ellos el General Manuel de Quesada, que sería más tarde jefe del Ejército Libertador, con un grupo llamado los Plateados del ejército mexicano que formaban su escolta. En la expedición del Galvanic también llegaron 2,540 rifles Enfield, 150 rifles Spencer, medio millón de cartuchos para los mismos, y un cañón junto con 300 balas. Otro hermano, Francisco del Castillo, esperaba la expedición con una fuerza rebelde para mover el cargamento tierra adentro donde el mismo fue distribuido entre fuerzas rebeldes.
Al reorganizarse el Ejército Libertador, después de la Asamblea de Guáimaro, Ángel fue nombrado jefe de la Segunda Brigada de la Primera División de Camagüey, con el grado de General de Brigada bajo las órdenes del Mayor General Ignacio Agramonte.
Durante la primera parte de 1869, Ángel al mando de la 2nda. Brigada de las fuerzas del Ejército Revolucionario Cubano, participa en los siguientes combates:
El Cercado, ingenio Santa Isabel, Bagá, El Salado y Belén, y en el ataque a San Miguel de Nuevitas. Apoyó al alijo de la expedición del vapor “Salvador”, desembarcado por la Guanaja en la costa norte de Camagüey el 14 de mayo de 1869. Posteriormente libró los combates de Monte del Horno, Quinta Canosa, La Caridad, Las Mercedes y Sabana Nueva. Su arrojo le mereció el apodo de “La Tempestad a Caballo”.
Fue designado para sustituir al General de Brigada Honorato del Castillo, muerto el 20 de Julio de 1869, en el cargo de Jefe de la División de Sancti Spíritus.
El combate de Pitajones en el cual se enfrentan el Brigadier General Ángel Castillo Agramonte con el Teniente Coronel español Ramón del Portal se llevó a cabo el 13 de agosto de 1869 el mismo hubo de tener lugar entre Ciego de Ávila y el estero de Júcaro. El coronel Portal, al mando de una columna española de aproximadamente 600 hombres, compuesta por infantería, artillería y caballería y una fuerza cubana compuesta por caballería e infantería al mando del Brigadier General Ángel del Castillo Agramonte se confrontan. La misión militar de la columna española era la de proteger un convoy militar. Los españoles son inicialmente emboscados por la infantería cubana, seguida de una carga de caballería que inflige cerca de 200 bajas a la columna española. El resultado es la captura del convoy, incluyendo un cañón, así como la rendición de Portal, el cual entrega su sable de caballería.
Portal es juzgado por un tribunal militar acusado de haber causado la muerte del General Honorato del Castillo. Es encontrado culpable y ejecutado. Los otros prisioneros españoles son liberados.
A continuación de la batalla de “Pitajones” varias unidades del ejército español iniciaron la persecución de las fuerzas cubanas. La victoria cubana en Pitajones causó fuerte impresión en la metrópoli pues se derrotaba a una columna española; fue el éxito libertador más importante de ese período de la guerra. Mientras que se retiraba, la brigada de Ángel es atacada por el cólera y tanto oficiales como soldados comenzaron a morir debido a la enfermedad. Más de 100 miembros de sus fuerzas fallecen. Entre los fallecidos está su hermano Nazario.
Ángel ordena que las fuerzas que quedan, unos 400 miembros, se dispersen en grupos más pequeños bajo el mando de un oficial, y si el cólera continuase en el grupo, volver a dividirse en subgrupos adicionales. Posteriormente la fuerza hubo de volverse a reunir.
En septiembre 8 ataca y captura el pueblo de “Jicotea.”. Allí recibe informes que el fuerte español “Lázaro López” estaba defendido por solamente 50 hombres. Desafortunadamente la guarnición del fuerte es reforzada esa noche con tropas adicionales.
Las fuerzas del General Ángel Castillo hubieron de reunirse el 8 de septiembre en una finca llamada Cangalito para prepararse para el ataque al fuerte Lázaro López. Esa noche según un testigo que posteriormente testificó ante la comisión de veteranos en el año 1922 que investigó la muerte de Ángel, dijo que llovió torrencialmente.
El ataque de septiembre 9 al fuerte “Lázaro López” empezó de madrugada y duró varias horas. Un número de veces la infantería atacante pudo subir el glacis del fuerte pero siempre fue detenida en el tope de este donde estaban situadas las trincheras del fuerte. Según el oficial español al mando del fuerte informó que unos 19 cuerpos de atacantes fueron encontrados en el glacis del fuerte. Una cantidad adicional de cuerpos y caballos muertos fueron encontrados en el perímetro.
Aquellos cubanos que sobrevivieron el intento de la toma de “Lázaro López” recuerdan que en el momento que Ángel hizo su carga final se dirigió a sus hombres y les gritó: “Síganme y vean como pelea un General Cubano”.
Una vez que Ángel cae herido de muerte su oficial ejecutivo trató de recuperar su cuerpo y también fue muerto en el intento.
La primera guerra de Independencia conocida como la “Guerra de los Diez Años” fue perdida por los cubanos.
La segunda guerra, conocida como “La Guerra de Independencia”, se inicia en 1895 y concluye en 1898 con la “Guerra Hispano Americana”. Esta última llevó a la independencia de Cuba en 1902. Dos hijos de Ángel pelearon en la Guerra de Independencia: Ángel del Castillo Quesada y Jorge Castillo Quesada. Ambos terminaron la guerra con el rango de Coronel y Comandante respectivamente.
Al final de la Guerra Hispano Americana, el coronel Ángel del Castillo entró en la ciudad de Puerto Príncipe el 30 de noviembre de 1898 al frente del Regimiento Camagüey.
El 4 de junio de 1899 ambos hijos de Ángel izaron la bandera cubana en las ruinas que quedaban de dos centrales azucareros: “Santa Isabel” y “La Unión”.
Finalmente, los restos del Brigadier General Ángel del Castillo Agramonte fueron hallados en 1922 por un niño llamado Francisco Álvarez en una finca llamada Las Delicias en un lugar cerca del fuerte “Lázaro López”. Los mismos fueron identificados por las dos estrellas de oro y el sable de caballería encontrados en la improvisada sepultura. Según el informe de la Comisión de Veteranos los restos fueron transferidos al cementerio de Ciego de Ávila con los apropiados honores militares suministrados por el Ejército Cubano y enterrados en el Panteón de Veteranos.
El destino del cañón capturado en la batalla de Pitajones por los cubanos: el mismo fue entregado al gobierno cubano en armas, el cual lo nombró “El Ángel”. Estaba forjado en bronce y fue usado por distintas fuerzas cubanas durante la Guerra de los 10 Años. El cañón fue recuperado por las fuerzas españolas en Santa Cruz del Sur, recibido con lágrimas en los ojos por los miembros del cuerpo de Tarragona a quienes les fuera arrebatado por “La tempestad a caballo”.
Dr. Leonardo Rodríguez del Castillo
Miami, Fl.
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