La Calle Ocho es una zona privilegiada en cuanto al turismo mundial. Todos los días los buses dejan cientos de turistas en esta área ávidos de conocer todas las historias y entretenimiento artístico que se brindan allí.

Los bares y los restaurantes permanecen atestados de clientes. Pero lo más increíble es que no hay empleados para que trabajen allí. Y ya comenzaron a aparecer avisos gigantescos invitando a que la gente aplique para laborar allí en esos sitios  tanto de comidas como de bebidas.

La pandemia, a la larga, no causó mayores estragos en la Calle Ocho, aunque muchos negocios sobrevivieron, obligando a los turistas a que guardaran la distancia social y entraran a estos lugares con sus respetivos tapabocas.

Ahora que el gobierno local ha abierto todos los lugares masivos, como restaurantes y bares y galerías, el turismo nuevamente ha ido en aumento, a pesar de que no hay empleados para atender estos negocios,  dado los avisos que han puesto algunos en las vitrinas. Otros han cerrado sus puertas.

La seguridad, afortunadamente, la mantiene la policía, en algunos casos, apoyada por el  famoso caballo y jinete, que para muchos, es una especie de alerta de que allí se deben respetar todas las normas porque, de lo contrario, quienes las infrinjan serán arrestados o multados.

Este sitio de la Calle Ocho, poco a poco, está recobrando su ambiente de  normalidad ya que, al menos, no se observan tantos inconvenientes para los turistas que frecuentaban los restaurantes, teniéndose que someter a reglas como comer o beber en toldas montadas en las zonas de los andenes.

Esto, obviamente, dificultaba el tránsito por estos sitios de los peatones y turistas, que iban y venían visitando galerías, bares o restaurantes, además de sitios de venta de artesa-nías, lo mismo, que de pinturas de artistas famosos cubanos.

Otros, por el contrario, se deleitaban bailando al son de algunos conjuntos musicales, que suelen allí tocar aires populares de la Habana Vieja, además de música folclórica latina, que es la ideal en este sitio de la famosa Calle Ocho.