El Funky se atrevió el pasado lunes a denunciar ante poderosos congresistas norteamericanos lo que habrá en Cuba, un estallido social, debido a la crisis en que se encuentra la isla en lo económico, en lo social y en lo político.
El opositor, quien fue ayudado en la traducción al inglés de lo que denunció por parte de la congresista María Elvira Salazar, reiteró que más de 800 personas fueron arrestadas por los esbirros de la policía política en su mayoría jóvenes.
Insistió en que nunca, en la historia de Cuba, se había visto tanta represión, hasta el punto de que muchos de los arrestados, fueron luego injustamente condenados en juicios sin ninguna garantía jurídica.
“Las protestas del 11J fueron un grito desesperado por el cambio en el país. El 11 de julio de 2021, miles de personas cubanas salieron espontáneamente a las calles, en decenas de ciudades, para protestar, en números no vistos desde hace décadas por la falta de libertad”, sostuvo.
“El 11 de julio de 2021 comenzó una serie de protestas contra el gobierno cubano y el Partido Comunista de Cuba, desencadenadas por la escasez de alimentos y medicamentos y la respuesta del gobierno al resurgimiento de la pandemia de COVID-19 en Cuba”, agregó.
La dictadura cubana, respondió a las protestas, en su mayoría pacíficas, con represión y censura. Se calcula que más de mil quinientas personas fueron detenidas y privadas de libertad tras el 11J.
“297 personas que participaron en las inusuales protestas antigubernamentales en Cuba el 11 de julio de 2021 han sido sentenciadas a prisión, entre los que se incluyen 36 condenados a penas de entre 5 y 25 años, por el delito de sedición”, denunció.
“Las protestas del 11 de julio, donde miles de cubanos participaron cantando por la “libertad”, fueron un hito en un país donde las manifestaciones contra el poder son poco habituales”, opinó.
Denunciaron además que los juicios no son justos y las sentencias desproporcionadas. La organización defensora de los Derechos Humanos Justicia 11J aseguraba que los sentenciados habían recibido penas de prisión que van de los 4 a los 30 años.
Junto a cientos de ciudadanos anónimos que salieron a pedir “libertad” y gritaron “abajo la dictadura”, varias de las principales figuras de la oposición cubana fueron detenidas al calor de las manifestaciones del pasado 11 de julio.
Entre ellas se encuentran el artista Luis Manuel Otero Alcántara, líder del Movimiento San Isidro (MSI); Félix Navarro, de la Mesa de Unidad de Acción Democrática (Muad), y José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (Unpacu), nuevas tecnologías, además, de que cuentan con menos ataduras ideológicas y perciben que no deben nada a los barbudos de la Sierra Maestra”, agregó.
La fiscalía general de la tiranía comunista informó que había 790 personas procesadas, de las cuales 488 han sido condenadas, principalmente por sedición, actos de vandalismo, robo con violencia y alteración del orden público.
Los artistas Luis Manuel Otero Alcántara y Maikel Castillo Pérez, dos de los más conocidos activistas privados de libertad, fueron recientemente condenados a 5 y 9 años de prisión, respectivamente, por desacato, difamación de instituciones y símbolos gubernamentales y desorden público, entre otros cargos.
Tras las protestas de julio de 2021, el espacio para la sociedad civil y el discurso público ha seguido reduciéndose en Cuba.
Los habitantes de Cuba han compartido múltiples relatos sobre el aumento de la vigilancia de los activistas, muchos de los cuales siguen llevando a cabo su trabajo con más discreción por miedo a las represalias.
Antes de que se cumpla dos años desde el 11J siguen existiendo muchos desafíos. Se han dictado sentencias desproporcionadas e injustas contra los manifestantes en medio de la preocupación por las violaciones del debido proceso y la falta de transparencia por parte de la tiranía cubana.
La represión de las críticas y la continua violación del derecho a la libertad de expresión y de reunión pacífica no han cesado.
Nada ha cambiado además del COVID, han surgido otros problemas; la economía ha empeorado considerablemente y también el bienestar de la familia cubana, la población intenta entender y resistir, pero hay un descontento generalizado y no se avizora ningún plan real de contingencia que sea objetivo.
El 11J destapó una serie de “problemas” que se fueron acumulando con el tiempo que se iban tapando con situaciones como el bloqueo, período especial. Por tanto, el 11J fue necesario para decir “hasta cuándo”.
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