Directivos del Pen Club de Escritores Cubanos en el Éxilio honraron el pasado 12 de noviembre al genio de la palabra y de la poesía Ángel Cuadra, cuya memoria fue estampada en una placa labrada junto al Instituto de los Derechos Humanos, en Coral Way y la avenida 93.

El comisionado Javier Souto contribuyó a que esta placa fuese puesta allí en los entornos de la librería pública de West Dade Regional en Westchester, junto al parque de los Derechos Humanos, además, de réplicas puestas en una repisa sobre premios y publicaciones de Cuadra durante su vida.

José Albertini durante la ceremonia en la que se develó la placa de bronce que contiene escritas memorias de la vida de este ilustre cubano, resaltó la vida y obra de Cuadra, como un destacado poeta y escritor que dejó innumerables libros relacionados con la lucha por la libertad en la isla.

El director de esta organización de escritores del exilio, Luis de la Paz, dijo que en este acto se quiso reconocer los logros y sacrificios de Cuadra como un hombre que mantuvo muy arriba el orgullo de los cubanos residentes en Miami.

“Para los miembros de la organización es un honor que quien lograra una filial del PEN Internacional para los cubanos exiliados, tenga un memorial en la biblioteca de Westchester, donde gracias a sus propias gestiones, se realizan cada mes encuentros artísticos, literarios y patrióticos”.

Por su parte Abreu Felippe afirmó que “Cuadra fue profesor, periodista, conferencista y durante muchos años coordinador de los autores iberoamericanos en la Feria del Libro de Miami. El memorial que se ha erigido en su nombre es más que merecido”.

Albertini, igualmente, destacó que “Cuadra fue un hombre de paz que, siguiendo los pasos de José Martí, combinó la creación literaria con la lucha por la libertad y sus 16 años de prisión política y ruta de vida salvó a la intelectualidad cubana”.

“Cuadra, además, fue cofundador del PEN Club de Escritores Cubanos en el Exilio y uno de sus presidentes. Y tanto en Cuba como en el extranjero su obra poética obtuvo varios reconocimientos, siendo el primer hispanoamericano en obtener, en España, el prestigioso Premio Amantes de Teruel”.

Los escritores allí presentes en este acto resaltaron también la importancia de la obra de Cuadra representada en libros como El Peldaño (1959), Impromptus (1977), Esa tristeza que nos inunda (1985), Fantasía para el viernes (1985), Las señales y los sueños (1988) y Réquiem violento, entre otros.

“Hoy en los jardines emblemáticos de esta biblioteca estamos develando un memorial para inmortalizar la trayectoria de Ángel Cuadra Landrove, un hombre ejemplar que, por derecho propio, ha merecido un reconocimiento de esta magnitud y significación”, agregó De La Paz.

“De manera que un escritor cubano exiliado como Ángel Cuadra Landrove, un luchador por los derechos humanos, que pasó 15 años en prisión por sus ideas, es reconocido en el lugar donde se conectan literatura y lucha por la libertad, las dos fuentes de vida de este ilustre escritor, enfatizó.