De la misma manera que no me llama la atención atacar a Miguel Díaz Canel porque no es mas que un títere, un señuelo donde la tiranía quiere que le tiremos los huevos cluecos y los dardos envenenados, me parece que tengo ganas de hacer lo mismo con el socarrón Joe Biden.
Este vejestorio, decrépito, no tiene ni la menor idea de lo que está hablando, de lo que malamente está leyendo, de lo que le dictan, de lo que le mandan a decir. Vaya, hace maravillosamente bien el papel de come fana. Tanto es así que yo creo que lo es.
Es una marioneta, un viejo verde, que de antemano le habían leído la cartilla y él tontamente (o maquiavélicamente) aceptó. Le dijeron: “Tú no le ganas unas elecciones ni a Charles Manson si resucita, nosotros con todo tipo de artimañas te vamos a elegir, pero acto seguido tienes que seguir nuestras órdenes”.
Y él está ahí, turulato, haciendo el ridículo, admitiendo todo lo que le presentan por delante, y permitiendo que un grupo de H.P. comunicen el país a través suyo.
Créanme que si no fuera porque a él todavía le queda una pisca de picardía e hizo un pacto con el diablo rojo llevado por su ambición extrema -desde que tiene uso de razón- de ser presidente, le cogía hasta lástima.
Porque su actuación es bochornosa, da hasta pena, hace lucir bien hasta al bobalicón de Jimmy Carter. Les aseguro que Ronald Reagan con extremo alzheimer estaba mil veces más claro que él.
Y lo más duro es predecir que después que le saquen el jugo y del juego, después que dañen este país hasta la médula, después de pasar cientos de leyes y enmiendas comunistoides, entonces esa misma prensa que hoy le tapa todas sus barrabasadas, que no le hace una sola pregunta contestaria, que le ríe las gracias, les virará los cañones…
Entonces lo chotearán, y será destituido por la mil veces peor, más siniestra, izquierdista y solapada Kamala Harris…
Por lo tanto, igual que en nuestra patria debemos obviar a Díaz Canel y enfilar todos nuestros ataques en Alejando Castro Espín y en Luis Alberto López Callejas, aquí el grave peligro son los que están detrás de Joe Biden, y la más que mala Kamala.
Estos son los que en Cuba y aquí recibirán mis críticas y mi enemistad absoluta.
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