AGRADECIMIENTO DE ESTE ESCRITOR

Written by Esteban Fernández

28 de julio de 2021

Si les dijera que: «El haber logrado escribir y ser leído durante mucho más de 50 años representa un éxito absolutamente mío» sería un mal agradecido. Y yo no soy así.

Gracias a mi prima María Mercedes Quintero Hernández quien siendo un jovencito me dio clases de mecanografía.

Para comenzar tengo que decir que al principio fui un desastre total, con una máquina de escribir que ni eléctrica era, y con un pomo de “White Out” corrigiendo un montonal de errores tipográficos.

Ahí, al primero que le tengo que agradecer es a un fallecido amigo -súper culto e inteligente- llamado Luis Beato Oteiza a quien yo le entregaba mis mal hilvanadas líneas y estoicamente él le dedicaba mucho tiempo a leerlas.

Al final siempre Luis se sonreía y me daba este veredicto: “Contra, Estebita, escribes bastante bien”. Y añadía: “Bueno, no te preocupes, yo las voy a pasar en limpio y se las llevó a Renán Romero el director de La Prensa de Los Ángeles” a quien también le estoy muy agradecido.

De ahí tengo que agradecerle mucho a Abel Pérez, director del periódico “20 de Mayo” donde escribí durante muchos años y jamás le puso un solo “pero” a mis escritos y se hizo de la vista gorda ante cualquier deficiencia mía al redactar mi columna llamada “La Nota Breve”.

Al fallecer Abel desapareció en California el “20 de Mayo”, y ahí tengo que agradecerle mucho a Demetrio Pérez que me dio espacio y albergue en las páginas del prestigioso semanario “Libre” de Miami.

Jamás podré agradecerle suficientemente a Agustín Tamargo quien en pocas palabras me dijo: “Esteban, aquí en Miami quizás haya mejores escritores que tú, pero ninguno acompaña sus escritos con tu sentido del humor, tu eres un costumbrista cubano, y no quedan muchos como tú”. Y semanalmente leía mis escritos humorísticos por Radio Mambí.

A Aldo Rosado-Tuero de Nuevo Acción, Pedro Pablo Arencibia de Baracutey Cubano y Alfredo Cepero les estoy súper agradecido por siempre darle cabida en sus Blogs a mis «ensayos periodísticos», o como les quieran llamar a lo que hago.

Encima de eso, una tarde me dice mi hija Ana Julia: “Papi, mira, mi amiga Anamary A. Otero-Méndez puso un escrito tuyo en Facebook y le dieron varios “likes,” yo creo que tú debes utilizar ese medio para dar riendas sueltas a tus ideas». Así lo hice.

Y, desde luego, el agradecimiento supremo es para usted y para todo aquel que se toma el tiempo de leerme, ¡muchas gracias!

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