Manuscribo estas líneas desde un restaurant de Miami
Por Luis Conte Agüero
El hijo del dueño y condueño me saluda. Su mano afectuosa, se suma a los múltiples saludos de este restaurante amigo donde además de
millares de turistas organizados, comercial y sentimentalmente
millares de cubanos exiliados se juntan diariamente para consumir, conversar, satisfacer el buen gusto y evocar la patria que no olvidan y que late todavía en el corazón esperanzado.
La multitud viene y va, recuerda, permanece, espera.
Este restaurante, además de serlo en grado mayor y magno es como templo de recuerdos y esperanzas. Y mientras escribo, en un pasillo pleno de clientes en multitud, no se cansan ni descansan palabras claves como Dios, democracia,
libertad.
Y un niñito bebé que responde a mi saludo con su pie derecho en la cuna y su mano izquierda en movimiento.
Yo manuscribo estas líneas, los dedos comienzan a cansarse, pero cariños y amistades no descansan en expresiones de afecto y reconocimiento. Confieso que me enorgullece ser querido y acaso contribuye al reconocimiento y distinción una guayabera tremendamente roja que esta tarde estreno.
Es tanta la cubanía que me enorgullece comprobar que mis 98 años cumplidos y las semanas del año 99 permanecen y testifican al confirmar. Algunos no recuerdan mi nombre y no vacilan al preguntarme. Cuando digo el Conte Agüero confirman el apretón de manos en saludo y la sonrisa en afecto y un contagio de patria: patriotismo.
Me llamo Jorge Correa, dice un saludo que llega a este pasillo conmovido de afectos ¡increíble!. Pienso, no lo digo, no quiero lucir mi sonar fatuo, pero en verdad qué hermosa tarde de encuentros en cariño y saludo confieso que rejuvenece tanto afecto. Y es que, al ocupar una silla y una mesita en el pasillo, entusiasta y contento, un renacimiento contento se confirma y esparce. Creo haber saludado 100 veces en la tarde de Conte contento y Agüero feliz.
Conste que este Conte no exagera y que estas líneas manuscritas son interrumpidas frecuentemente por los mismos saludos que las inspiran. La geografía de las instalaciones permite y hasta propicia la abundancia de saludos en cariño. Y no escribo el nombre del restaurante para que no se piense en un
comercial. Pues pagado no es. Sin embargo, no puedo ni debo renunciar a la emoción del sentir y escribir, orgulloso y veraz.
Con verdades vivo y para ellas, y millares y millares de nacidos en Cuba o hijos y descendientes de nacidos en nuestra isla todavía prisionera no renunciamos a la esperanza ni al esfuerzo por una Cuba libre, democrática, cristiana y de Dios.
Jamás renunciaré a la esperanza y a el esfuerzo que la busque en conquista y derecho al hecho que la realice. Muchos pueden renunciar. ¡Para mí a la libertad no se renuncia, se insiste en buscarla, y conquistarla o reconquistarla como sol humano!
Y hay medios Demetrio, como el tuyo, como LIBRE, y acentuando como confirmación.
Hoy se habla más de protestas en Cuba, la definición de conquistar la libertad o de recuperar la voluntad de conquistar es definición axiomática irrenunciable, como posesiva.
¡Y cómo renunciar a ideal tan hermoso y enaltecedor!
Aunque el cúmulo de años secuestra y estorba. ¡No impide la insistencia en el anhelo! Y muy orgulloso, me siento por no renunciar a una esperanza activa que con las 50 estrellas mantiene encendida la estrella original que inspiró esta pasión por la libertad, la democracia y Dios.
El camino y el destino es continuar sin cansancio y sin descanso. La cubanía es una nombredad, una voluntad de patria y fe irrenunciable y honrosa, que enorgullece e impulsa.
Acaso ya los músculos no alcancen, pero la convicción confirma y ordena continuar.
Duele que los Estados Unidos de hoy no sean aquellos cuya bandera juramos; bandera que amamos más que antes porque quienes ahora las representan no aplican sus estrellas a la isla donde nací.
Esta pena no me invita al abandono, hay quienes ven imposibilidades y renuncian, y son muchos los felices por la nueva patria. Hay otros como yo, que juran sinceramente por las 50 estrellas y que precisamente por ese juramento no renuncian al amor a la estrella original. Precisamente ese amor inspiró y fundamenta el amor por las otras. ¡Es la misma luz, la misma fe, el mismo credo!
Y cómo duele y lastima que hoy los Estados Unidos de América, quienes deben representarlo en poderes y Gobierno financien y asistan a quienes en la isla tiranizan matan, encarcelan, persiguen, lastiman.
El Presidente de los Estados Unidos financiando los comunistas de la isla, apoyando a quienes reprimen estimulando su permanencia en el mando donde desmandan ¡Desmandan! ¡¡Palabra extraña, no recuerdo haberle escrito antes!!
El desmando abusivo y cruel.
Se comprende que periodos de cuatro años de gobierno no garantizan la democracia como sistema, pero la complicidad con la tiranía y comunista repugna y asquea. Y este periodo continúa al anterior iniciador de la complicidad totalitaria.
Los Estados Unidos ya no son capitanes de la libertad en América y el mundo. Su actual Presidente y Obama apoyan al castrato asesino. Lo protegen y lo ayudan financieramente. Yo mismo tuve años de honor y riesgo, tanto que unas 20 cuadras de Miami tienen mi nombre, ¡Gran honor y mandamiento! eran otros tiempos que urge recuperar para caminos y destinos de total nobleza.
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