POR GERMÁN ACERO E.
Exclusiva para LIBRE
De la noche a la mañana los dictadores y los narcotraficantes se convirtieron en las mayores amenazas para la estabilidad de las grandes democracias de América Latina siendo las más golpeadas, en la actualidad, las de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
Orlando López, de la organización hondureña Francisco Morazán, resaltó que su país se encuentra a la deriva porque el pueblo no sabe por quién va a votar en las elecciones del 30 de noviembre para asentar o desestabilizar la democracia.
López aseguró que la actual mandataria de esta nación, Xiomara Castro, podría estar apoyando un gobierno futuro de tipo socialista, teniendo en cuenta que su esposo es Manuel Zelaya, quien mantiene vínculos con organizaciones criminales.
Hace días Zelaya convocó a las bases a nivel nacional a una concentración en Tegucigalpa, “sin retorno”, en apoyo a la candidata socialista Rixi Moncada, como “un mensaje contundente a la oposición y grupos externos”.
López recordó también que tanto la presidente como otras autoridades allegadas a su mandato dieron su respaldo total a Nicolás Maduro luego de que éste en unas elecciones ilegales tomó posesión del mandato en este país suramericano.
“Y lo peor es que Maduro está financiado por grupos de narcotraficantes, guerrilleros, paramilitares y criminales de toda especie, tal y como lo ha denunciado Estados Unidos, siendo la peor amenaza para la democracia venezolana”, agregó.
“Todo en América Latina está un tanto difícil y controvertido luego de la elección de Inácio Lula da Silva en Brasil y el sorpresivo certamen electoral en Chile donde la aspirante socialista, Jeannette Jara, disputara en segunda vuelta el poder con el derechista Kast.
Y otro hecho ocurrió en Ecuador donde el pueblo le dijo NO a la enmienda de la constitución propuesta por el actual presidente de esa nación, Daniel Novoa.
“Bolivia volvió, afortunadamente, a recuperar paso a paso su lugar en el escenario internacional”, celebrando tras 20 años en lo que se cree que este país perdió “geopolítica y geoeconómicamente”.
“Por fortuna allí ganó Rodrigo Paz Pereira, el presidente electo en una histórica segunda vuelta que se realizó por primera vez en Bolivia, donde la democracia quedó salvada”, sostuvo López.
“Pero el poder de los narcos, para a apoyar a candidatos de regímenes comunistas, sigue en pie tal y como se ha perfilado el mandato de Gustavo Petro en Colombia, luego de que EE.UU. lo acusó de colaborar con traficantes de drogas de Nicolás Maduro”, recalcó.
“La crisis política en Perú es un período de inestabilidad que se ha caracterizado por constantes cambios presidenciales, confrontaciones entre poderes (Ejecutivo y Legislativo) y acusaciones de corrupción”, opinó.
“Ha involucrado la destitución de varios presidentes, como Pedro Castillo y Dina Boluarte, y se ha exacerbado por la falta de consenso político y el deterioro de las instituciones”, denunció.
“Como resultado, ha aumentado la inseguridad pública, la corrupción y la desconfianza en la clase política. Y se especula en que de pronto el narcotráfico está metiendo la mano también en la política de esta nación”, aseguró.








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