MATTHEWS: TONTO E “HP”

26 de agosto de 2025

Herbert Matthews le hizo más daño a la Isla de Cuba que 20 terremotos y 30 tsunamis.

Lo que sucedió fue que el régimen de Batista había oficialmente dado por muerto a Fidel Castro y habían declarado diezmados todos los expedicionarios.

Entonces el caudillo, herido en su egocentrismo y poniendo en práctica su delirio de grandeza y protagonismo, decide desmentir esa creencia.

Con ese propósito le ordena a uno de sus testaferros -llamado Faustino Pérez- que bajara al llano y le trajera a un periodista de alguno de los mayores rotativos del país.

Pero, Faustino se comunica de alguna forma con el “New York Times” y consigue que le den la encomienda a Matthews de partir para La Habana “donde va a participar de un acontecimiento histórico”.

Fue fácil convencer al afamado izquierdista y amante de las aventuras de que subiera a la Sierra Maestra a entrevistarse con un “triunfante guerrillero” que él lograría convertirlo en un héroe. Y para desgracia nuestra lo logró.

Se montan en un pisicorre “Willy” conducido por un tal capitán Felipe Guerra Matos (después del triunfo ocupa la dirigencia del INDER y otros cargos oficiales) dudando en que “este hombre, supuestamente enclenque, esté físicamente apto para la peligrosa travesía”.

Desde luego, lo de “riesgoso trayecto” era simplemente por lo abrupto del terreno, no por la agresividad de los soldados y guardias rurales quienes con sólo decirles que: “Este es un viejo millonario norteamericano que quiere hacer inversiones en Oriente” lo saludarían afectuosamente y le permitirían el paso. Total, hasta ellos se habían tragado el paquete de la muerte del líder de los invasores.

Al final, después de darle un montón de vueltas innecesarias, de mostrarle montones de inexistentes “combatientes” a su alrededor, de engañarlo enseñándole los mismos “cuatro gatos rebeldes” 20 veces, de hacerle creer que estaban rodeados de feroces batistianos y “Tigres de Masferrer” le presentaron al “monstruo de la laguna negra” el 17 de febrero de 1957.

Deslumbrado, el americano vio ante él “la viva estampa del sacrificio” …

Y después del intercambio de unas cuantas palabras con el monstruo- mal dichas y pronunciadas de ambas partes por desconocimiento de los idiomas- Matthews se convierte en su principal apologista.

Lo pinta ante el mundo y ante el pueblo cubano, como un libertador, como un nuevo “Robin Hood”, rodeado de cientos –quizás miles- de abnegados seguidores.

Y parte de la prensa cubana -a la cabeza la nefasta revista Bohemia y su plumífero director- se hizo eco del sacrificio de un grupo de “patriotas” dispuestos a llegar hasta la inmolación si era necesario. “Libertad o muerte” era la consigna. Y ¡Fidel está vivo!

Con lujos de detalles, mentiras, exageraciones y medias verdades le dijeron al mundo y a nosotros en particular que “Batista era un mentiroso y el desplome de su gobierno era inminente”.

Herbert Matthews, tras unas horas de escuchar a un facineroso, comunista y embaucador, se convirtió en su máximo vocero.

El New York Times, mediante este mequetrefe, logró convertir a un gangstercillo en una figura intercontinental. Y el raquítico “Movimiento 26 de Julio” se fortaleció.

Ni por un segundo se le ocurrió utilizar la neutralidad periodística, ni hurgar un poquito en el pasado del entrevistado antes de escribir sus halagüeñas impresiones.

Herbert Lionel Matthews hizo lucir como un “Robin Hood” a alguien que era la encarnación de Satanás en la Sierra.

¿El pago? A principios de 1959, Herbert Matthews se apareció “victorioso” en La Habana. Le dijeron que el “Comandante en Jefe estaba hospedado en el Havana-Hilton” y para allá se fue.

Lo tuvieron cuatro horas -haciendo antesala- esperando en el “lobby”. Al fin, salió Castro como un bólido, levemente le estrechó la mano sin efusión alguna, y siguió su camino dando los primeros pasos encaminados a esclavizar a Cuba.

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