El director de la Casa del Preso en Miami, Luis González Infante, advirtió que uno de los objetivos políticos más urgentes es “derribar la tiranía comunista en Cuba y, de inmediato, poner en libertad a todos los presos políticos”.
“Es una situación que esperamos con ansias, y confiamos en que el presidente Donald Trump nos apoye en este propósito político, luego de haber aplicado mano dura contra el tirano Díaz-Canel, con severas sanciones que le impiden entrar a él o a su familia a los Estados Unidos”, comentó González.
“También es necesario arremeter contra el dictador Raúl Castro, quien sigue moviendo los hilos desde las sombras y tomando decisiones sobre lo que se debe o no hacer en Cuba”, insistió González Infante.
“Estamos moderadamente optimistas porque la administración Trump ha enfilado sus baterías contra todos aquellos enchufados del régimen que se han camuflado aprovechando beneficios migratorios para entrar a Estados Unidos, pero que ahora han sido detectados y están siendo devueltos a la isla”, recordó.
“Por eso, ha sido bien recibida la noticia de que Jorge Javier Rodríguez Cabrera, un cubano vinculado con la cúpula del régimen de La Habana, fue arrestado en Las Vegas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos”, añadió González.
“Existe gran esperanza en la política de Donald Trump, ya que dicho individuo, muy cercano a un familiar de Raúl Castro, ha sido colocado en un proceso de ‘deportación expedita’, lo que podría derivar en su inminente regreso a la isla”, destacó.
“Y lo más relevante de todos estos operativos es que otro alto dirigente comunista, Misael Enamorado Dager, miembro del Partido Comunista, fue deportado a Cuba luego de camuflarse en la residencia de uno de sus hijos en Houston”, reveló González.
“Esta deportación y arresto fueron meticulosamente diseñados y ejecutados, ya que Enamorado Dager fue primer secretario del Comité Provincial del Partido en Las Tunas, y logró burlar a las autoridades migratorias al obtener un parole humanitario para ingresar a Estados Unidos”, explicó.
“A raíz de todo esto, esperamos que la administración Trump refuerce aún más los mecanismos migratorios y sus leyes para impedir que la tiranía siga enviando a los Estados Unidos a represores del pueblo y violadores de los derechos humanos en Cuba”, sintetizó.
“Si se logra remover del poder a esa figura política que es el tirano Díaz-Canel, entonces creo que se despejará aún más el camino para que en Cuba, más temprano que tarde, vuelvan la democracia y la libertad, como lo anhelan el exilio y el pueblo”, acotó.
“Ahora bien, si eso sucede, habrá que observar cuál será la reacción del pueblo tras la salida de Díaz-Canel, ya que no se puede olvidar que Raúl Castro aún subsiste y conserva cierto poder político en la isla”, agregó González.
“Todo esto es un buen augurio de que la operación migratoria está avanzando, pero hay que tener en cuenta que aún no se han identificado a todos los ‘enchufados’ del régimen comunista que han ingresado a Estados Unidos mediante paroles humanitarios”, resaltó.
“El primer paso debe ser derribar la tiranía comunista y luego liberar a todos los presos políticos. Pero no debe repetirse lo que sucede en Venezuela, donde liberan a algunos y arrestan inmediatamente a otros”, aseguró.
“Los regímenes dictatoriales de Venezuela, Cuba y Nicaragua siempre mantienen grupos de presos políticos en prisión, porque esta es la forma en que logran negociar a corto plazo, como ha sucedido en el pasado y sigue ocurriendo en el presente”, denunció.
“Hay que derribar la tiranía en Cuba a cualquier precio, porque es la única vía para recuperar la democracia y la plena libertad en la isla”, sostuvo González.
“Y también debemos evaluar qué tipo de ayuda podría recibir el exilio en caso de que ocurra una nueva situación como la del 11 de julio en Cuba, con el objetivo de iniciar aquí en Miami los procesos necesarios, tanto políticos como logísticos, para desmontar esa tiranía”, concluyó.
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