De Girón a la Crisis de los Cohetes: La segunda derrota Negociaciones públicas y ocultas (III)

Written by Enrique Ros

13 de mayo de 2025

TRISTE EPÍLOGO DE LA OPERACIÓN MONGOOSE

El Gral. Lansdale se siente marginado. Realmente lo está. Había solicitado autorización para utilizar submarinos para infiltrar en la isla a 50 cubanos. Se aprueba su petición pero “aunque los planes detallados se mantienen, no pueden considerarse firmes hasta que no estén disponibles los comandantes de los submarinos”. Se le dice que la operación es de recolección de inteligencia sobre los emplazamientos de los MRBM e IRBM, pero, sin que él lo conozca, ya se ha decidido que “si vamos a tener operaciones militares en Cuba, y aún en esta etapa de planeación para esas operaciones, la directa coordinación de la CIA y el Pentágono es necesaria. Ya ha pasado el momento de operaciones tipo Mongoose”.

Se suceden las reuniones. El 26 se convoca a todos los miembros del Consejo Nacional de Seguridad, incluyendo al Presidente. El Director de la CIA vuelve a plantear la solicitud de submarinos para ir a Cuba a “recoger información sobre los emplazamientos de cohetes y otros puntos de interés”. Pero ya, ese viernes 26, sin que los allí reunidos lo supieran, el Presidente había puesto en marcha su plan de “llegar a un acuerdo” con el Premier Soviético. Hay que detener las acciones de infiltración para dar tiempo a que cristalicen las conversaciones entre Dobrynin y su hermano Bob.

Como aún no debe decirlo abiertamente, toma un camino sinuoso. Decide en esa importante reunión que la organización de Lansdale debe ser usada pero debía servir como un Subcomité del Comité Ejecutivo del Consejo Nacional de Seguridad. Un simple movimiento burocrático para quitar del camino una operación clandestina que, ahora, le resulta riesgosa a sus planes de apaciguamiento.

Mientras, continúan las negociaciones entre Washington y Moscú. Robert Kennedy está exhausto. Cada conversación con Dobrynin representa una nueva concesión.

El lunes 29 de octubre todo estaba transado, negociado. La CIA transmite a sus mandos las instrucciones emanadas de la Casa Blanca. Se suspenderá la infiltración de agentes hasta que la Secretaría de Defensa determine qué información militar es deseada.

En las Minas de Matahambre, abandonados a su suerte, quedarán Miguel Orozco y Pedro Vera infiltrados por la Agencia varios días atrás.

El nada heroico final de la Crisis de los Cohetes se convirtió en el triste epílogo de la Operación Mongoose. El 30 de octubre el Comité Ejecutivo canceló “todas las operaciones de sabotaje durante las negociaciones con los soviéticos”. La Operación Mongoose y el Grupo Especial Aumentado (SGA) fueron abolidos. Harvey fue enviado de Jefe de Estación de la CIA a Roma. Al   siguiente año Lansdale se retiró. Fue una operación que “no trabajó nada bien”.

TODO MENOS UNA 

CONFRONTACIÓN. NO INVADIR CUBA. GARANTIZAR LA 

ESTABILIDAD DE CASTRO

Pero ya el presidente, a espaldas aún de íntimos colaboradores, ha urdido un plan. Todo, menos una confrontación. Kennedy había enviado nuevamente a su hermano a ver al Embajador Dobrynin. Consideraba posible “un acuerdo privado” (que se había discutido con Dobrynin días antes) con Kruschev para intercambiar calladamente los cohetes Júpiter (que estaban en Turquía) por los proyectiles en Cuba y ofrecer públicamente garantía de que Cuba no estaría sujeta a una invasión Americana. Formalmente debía haber un compromiso de “no invasión” para retirar los cohetes. Secretamente, había un trueque: los Estados Unidos eliminarían los cohetes de Turquía e Italia, si los soviéticos retiraban los proyectiles de Cuba. Si Kruschev rechazaba la oferta el Presidente estaba dispuesto a seguir adelante con el ofrecimiento de un trueque público.

Pero no informa a sus colaboradores de la claudicación planteada por su hermano. Al contrario, les informa que él “está inclinándose a una solución militar: si mañana se le dispara a nuestros aviones de reconocimiento… sacaremos por la fuerza los emplazamientos de cohetes en Cuba”. Bravatas con los íntimos. Negociaciones con el adversario.

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