Sinónimo de lujo y sofisticación, la firma del dominicano Óscar de la Renta cumple 10 años sin su emblemático diseñador, y lo hace convertida en un emblema de estilo atemporal que ha evolucionado con la industria sin perder su mayor enfoque: resaltar la belleza de la mujer.
Por María Muñoz Rivera
De Jacqueline Kennedy y Sarah Jessica Parker hasta Taylor Swift, Selena Gomez o Penélope Cruz, la firma Óscar de la Renta es una de las favoritas de las celebridades. Desde la muerte de su fundador el 20 de octubre de 2014, la andadura de la marca sigue expandiéndose como un referente en costura y lujo para la industria de la moda.
De Balenciaga y Lanvin a su
propia firma
Óscar de la Renta (Santo Domingo, 1932) mostró desde joven un gran interés por el arte y la moda, lo que lo llevó a estudiar pintura en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid.
Durante su estadía en España, empezó a trabajar como aprendiz en la casa de moda de Cristóbal Balenciaga, uno de los diseñadores más influyentes de la época. Un primer acercamiento a la moda que le permitió adquirir una formación sólida en el diseño y lo introdujo a un mundo que pronto lo cautivaría.
Lanvin bajo la dirección de Antonio Castillo en París y Nueva York con Elizabeth Arden fueron la antesala de la creación de su propia firma en 1965, con el objetivo de mostrar la opulencia europea de forma deseable para la mujer estadounidense, una estrategia de éxito que encumbraría al diseñador como uno de los más relevantes.
Uno de sus mayores hitos fue vestir a primeras damas estadounidenses como Jacqueline Kennedy y Nancy Reagan, consolidándose como un diseñador favorito en la Casa Blanca. Su relación con la política y la alta sociedad le dio una notoriedad especial, y pronto se convirtió en el modisto de confianza para figuras de alto perfil.
En los años ochenta, la firma se expandió a nivel internacional, ofreciendo nuevas líneas de productos que incluían perfumes, accesorios y ropa para el hogar. Uno de los hitos más destacados de la firma fue el lanzamiento de su fragancia ‘Oscar’, en 1977, que se convirtió en un éxito comercial instantáneo.
La expansión de la firma también incluyó la introducción de una línea de moda nupcial en 2006, que rápidamente ganó popularidad entre las novias de todo el mundo. Óscar de la Renta se distinguió por sus diseños de alta costura, vestidos de noche y de cóctel, caracterizados por telas lujosas y detalles exquisitos.
La firma continuó prosperando durante las décadas de 1990 y 2000, y Óscar de la Renta consolidó su posición como uno de los diseñadores más importantes del mundo. Su estilo único y su habilidad para captar la esencia de la moda estadounidense le valieron numerosos premios y reconocimientos.
En 2000, fue galardonado con el Lifetime Achievement Award del Consejo de Diseñadores de Moda de América (CFDA), un honor que reconoce la contribución significativa de un diseñador a la industria de la moda.
Laura Kim y Fernando García, tras el legado del creador
Después de la muerte de Óscar de la Renta en 2014, la firma continuó operando con éxito y mantuvo su enfoque en la alta moda y el diseño exclusivo. Tras el fallecimiento del diseñador, Peter Copping estuvo al frente dos años, previo a la entrada de Laura Kim y Fernando García, quienes trabajaron previamente con De la Renta.
Laura Kim y Fernando García han jugado un papel crucial en la revitalización de la firma, adaptando su estilo a los gustos modernos sin perder la esencia que Óscar de la Renta inculcó en la marca, equilibrando la herencia clásica con un toque contemporáneo enfocado a una audiencia más joven.
Este enfoque ha llevado a la firma a ser más inclusiva y accesible, manteniéndose a la vez fiel a sus valores de sofisticación y elegancia. De la Renta ha ampliado su presencia en el mercado digital, adoptando estrategias de marketing en redes sociales y colaboraciones con influenciadores de moda.
Además, han apostado por introducir diseños que exploran la inclusión de detalles más informales y colores vivos en sus colecciones. Esta modernización de la marca ha permitido que permanezca relevante en un mercado competitivo, atrayendo a una generación de clientes jóvenes sin perder su atractivo entre los seguidores de larga data.
La firma Óscar de la Renta continúa ofreciendo una amplia gama de productos de lujo que incluyen prendas de alta costura, “prêt-à-porter”, vestidos de novia, accesorios y fragancias, aunque las colecciones de ropa de noche siguen siendo uno de los aspectos más emblemáticos de la marca.
En la línea de accesorios, la firma ofrece una variedad de opciones que incluyen bolsos, zapatos, joyas y otros complementos. Los diseños de estas piezas son caracterizados por su elegancia, calidad y atención al detalle, lo que los convierte en complementos perfectos para los estilos más sofisticados.
Uno de los mayores logros recientes de la firma es su incursión en el mercado de moda sostenible, un compromiso que ha tomado relevancia en las colecciones actuales. Los directores creativos han implementado prácticas que buscan reducir el impacto ambiental de la marca, utilizando materiales sostenibles.
En busca de comprador
Aunque la pandemia fue una etapa convulsa para las casas de lujo, según cifras públicas la firma superó los 120 millones de dólares en facturación el año pasado, aunque su ausencia en la semana de la moda de Nueva York señala hacia un momento complejo para la firma, con una caída del lujo los últimos años.
Según fuentes recogidas por la plataforma WWD, la firma, propiedad de la familia del diseñador desde su fallecimiento, busca comprador, al tratarse de una gran firma familiar que compite con grandes corporaciones del sector como Dior, Chanel o Valentino.
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