El Inmenso Merito

Written by Libre Online

26 de septiembre de 2023

Por José “Chamby” Campos

Existe una figura en el béisbol cubano que cubrió muchas facetas dentro del deporte; desde pelotero, manager, propietario de equipo hasta presidente de liga profesional. Durante su carrera llevó una conducta intachable siempre con el propósito de incorporar a Cuba y sus atletas en el Béisbol Organizado de EE.UU. En adición fue un gran empresario cuando concluyó su carrera como pelotero. Entre sus obras está la construcción del canódromo de Marianao. También fue político y diplomático. Al final falleció combatiendo la dictadura sangrienta que ha oprimido a Cuba por 65 años.

Si menciono el nombre de Baldomero Pedro Acosta Fernández probablemente no exista idea a quien me refiero, pero si digo Merito Acosta ya todo cambia.

Merito vio su primera luz en la ciudad de Bauta, provincia Habana, dentro de un hogar militar. Su padre había participado en la guerra de independencia retirándose como un oficial de alto rango. 

El joven Acosta a pesar de su pequeña constitución física, 5 pies 7 pulgadas con 140 libras, a los 16 años ya patrullaba los jardines de Los Rojos de La Habana en la Liga Invernal Cubana y era considerando uno de los grandes prospectos de la isla.

Cuando debutó el 5 de junio del 1913 con los Senadores de Washington se convirtió en el cuarto pelotero cubano en llegar a las Grandes Ligas; detrás solamente de Estaban Bellán, Armando Marsans y Rafael Almeida. Tiene la distinción de ser el compatriota más joven en llegar al Gran Circuito, lográndolo con solo 17 primaveras.

Fue firmado por Clark Griffith quien había sido manager de Marsans y Almeida en Los Rojos de Cincinnati y había descubierto el talento de los cubanos. De esa firma crecería una relación de muchos años que al final no favoreció a Merito.

Su carrera fue bastante corta en las Mayores; en parte por su precipitada llegada sin haberse preparado en las Menores, más la cantidad de lesiones que sufrió. Después de 5 años con la organización de los Senadores otro legendario timonel se lo llevó para su equipo. En 1918 Connie Mack lo empleó como outfielder con Los Atléticos de Filadelfia de la Liga Americana. Al final de la campaña fue liberado y nunca más volvió a jugar en La Gran Tarpa.

Sin embargo, su paso por las Menores donde continuó jugando la mayoría de su carrera lo introdujo al mundo donde más tarde triunfaría. Por 10 temporadas compitió en la ciudad de Louisville donde también lo hizo bajo otro cerebro del béisbol, Joe McCarthy. Allí fue parte de un equipo ganador de tres campeonatos incluyendo La Pequeña Serie Mundial del 1921. Se llevó el campeonato de bateo y a través de su estadía se convirtió en uno de los peloteros más populares de la ciudad. Fue ahí donde se casó, siendo este su primer matrimonio, con la hija del dueño de la franquicia, Nancy, y donde nacieron sus tres primeros hijos. Desafortunadamente fue ahí también donde ella falleciera de una peritonitis y lo dejara viudo con 3 varones.

En la campaña de 1922-1923 a los 26 años de edad y después de haber estado asistiendo en La Liga Invernal Cubana, conocida como “El Champion”, en varias ocasiones; fue nombrado el primer manager del equipo Marianao durante la campaña de inauguración de esta franquicia. En ese momento su padre era el alcalde de dicha ciudad. Su debut fue por la puerta grande terminando ese campeonato en primer lugar.

A partir de ese momento su vida tomó un giro más hacia el mundo de los negocios a pesar de que continuó jugando y finalmente colgó el uniforme en 1928. Como manager exitoso, su antiguo dueño y suegro a la vez, le pidió que tomara las riendas de un equipo en la ciudad de Dayton en el estado de Ohio. 

Después de haber enviudado se casó con Graciela Fernández formando una familia donde nacieron sus hijos Edgar y Grace, quienes en la actualidad viven en el estado de la Florida.

Ya para el 1938 Merito había sido el cónsul cubano en EE.UU. y era representante a la Cámara; sin embargo, nunca se apartó del deporte ya que siguió siendo socio dueño del Marianao. 

Su pasión de demostrarle al mundo la calidad del pelotero cubano, lo llevó a que continuadamente organizara juegos de exhibición entre equipos norteamericanos y selecciones criollas. Por mediación de su antiguo 

manager Griffith hizo una asociación de negocios con este y con el super cazador de talento Joe Cambria en pos de posicionar al atleta.

Uno de sus mayores logros fue cuando convenció a los dueños de equipos de Grandes Ligas y al comisionado Happy Chandler para que le autorizaran un equipo formado por peloteros cubanos en su casi totalidad a que participaran como conjunto de Liga Menor. Esa fue la primera vez que Cuba entró en el Béisbol Organizado norteamericano.

Con Merito al frente del grupo, Los Havana Cubans debutaron en 1947 en La Liga Internacional de La Florida junto a otras 7 escuadras. Con Griffith como parte dueño y Cambria tesorero, se convirtieron en una sucursal de Los Senadores de Washington.

Su sueño de demostrar la calidad de la pelota isleña y sus atletas, lo verificó cuando formó una novena llena de estrellas. El elenco de lanzadores quedó para la historia. Conrado Marrero, Julio “Jiquí” Moreno, Rogelio “Limonar” Martínez y Sandalio “Potrerillo” Consuegra es probablemente el mejor de la historia cubana. La supremacía de Los Cubans es tópico de conversación hasta estos días ya que durante las 5 temporadas en que participaron fueron campeones.

Desafortunadamente el éxito trajo mucha envidia y odio. Joe Cambria fue acusado de pagarle a los peloteros por debajo de la mesa y a pesar de que Merito jamás fue acusado ni investigado, la franquicia fue multada. 

Griffith y Cambria usaron la sanción para convencer al resto de los accionistas y poder injustamente despedir a Acosta de la franquicia. Este a su vez demandó a los dos y recuperó el control que le pertenecía. 

Esa experiencia junto a la traición de quienes eran sus socios y grandes amigos, causaron que Merito perdiera el interés de seguir involucrado en el negocio de la pelota profesional cubana. Continuó como un dueño minoritario hasta que eventualmente la franquicia fue vendida al grupo de Bobby Maduro y más tarde se convirtieran en Los Havana Sugar Kings.

En su vida privada se mantuvo activo en los negocios y siguió como representante.

Hay que destacar que realizó el primer triple play sin asistencia en la historia de la pelota cubana. Patrullando el jardín central hizo una atrapada de “cordón de zapato” y luego procedió a tocar la segunda base para doblar al corredor que había salido hacia tercera base e inmediatamente tocó al hombre que venía de primera base para así completar la triple matanza.

Cuando se hable de la calidad de la pelota cubana no solo se debe mencionar a los grandes peloteros sino también a los genios que ayudaron al desarrollo y prosperidad del deporte. 

Dentro de esas figuras hay que recordar al Inmenso Merito Acosta.

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