MIS BOTAS Y MIS CHANCLETAS

Written by Demetiro J Perez

20 de junio de 2023

Luchar beligerantemente-sin el apoyo de la CIA- por la liberación de Cuba era sinónimo de estarse comiendo un cable.

Durante toda esa etapa solamente yo tenía unas botas heredadas del US Army y estaban muy deterioradas después de haber pasado el “basic training” con ellas.

Creo innecesario decir que no tenía transportación, ni un centavo en los bolsillos y me parecía que en las ardientes aceras de Miami se podía freír un huevo.

Ni idea tengo de la enorme cantidad de millas que caminé en Miami. Por ejemplo: Mi compadre Jorge Riopedre me decía: “¿Quieres ir a la casa de mi hermano a tomar café?” Y caminábamos más de 5 millas en ese menester.

El hoy admirado mártir Vicente Méndez me decía “Esteban, me acompañas a ir a la casa de “Spiritico” un amigo mío que fue uno de los que capturó a Conrado Benítez en El Escambray, quiero que lo conozcas“. Y hasta Hialeah nos íbamos a pie.

La cuestión fue que las vetustas botas fueron deteriorándose, prácticamente habían perdido las suelas y está demás decirles que “en nuestro presupuesto de guerra” no había dinero para comprarme un par de zapatos nuevos.

Le pedí prestado un dólar a Humberto Solís -un combatiente que había sido miembro de infiltración de la Brigada 2506- y con eso me compré un par de chancleticas de goma que detesté extraordinariamente durante las dos semanas que las usé.

Así llegué a Los Ángeles, a la casa de Mercedes y Joaquín Bin, con mis pies empercudidos; y con el primer cheque ganado me compré unos buenos zapatos y boté las chancletas.

Hoy me arrepiento, debí guardarlas para ser exhibidas un día en “el museo de la contrarrevolución”.

Temas similares…

Calvin Coolidge en La Habana

Calvin Coolidge en La Habana

En 1928, el Presidente Calvin Coolidge y su esposa Grace viajaron a Cuba, convirtiéndose así en el primer presidente...

0 comentarios

Enviar un comentario