Por María C. Rodriguez

Cada persona tiene rasgos característicos que nos diferencian de los demás, y en lo referente al aspecto físico ninguno de nosotros somos iguales a excepción de los gemelos que comparten los mismos genes entre ellos.

El color de los ojos, la forma de las cejas, las comisuras de los labios o el color del pelo son unos cuantos rasgos con los que podemos identificar a una persona incluso tapándole alguna de estas partes y dejando visible las demás.

Sin duda, el color de pelo más común entre todos los humanos es el negro, y aunque el color del cabello puede cambiarse con tintes para el pelo, el nuevo color no será para toda la vida puesto que el pelo seguirá creciendo a razón de unos tres milímetros por semana por supuesto con su color natural, ya que los tintes no afectan a la raíz del pelo y solo lo colorean superficialmente.

Aunque el negro es el color predominante del pelo, la coloración natural depende mucho de la herencia biológica y aunque la genética determinante del color del pelo no se ha establecido con exactitud, sí que hay teorías que afirman que al menos dos pares de genes son los responsables del color del pelo en cada persona.

Los alelos o aleloides son las distintas formas que puede tener un gen, y por tanto predominar en los dos pares de genes responsables de la coloración para «matizar» o cambiar el color, de manera que si un par marrón-rubio si tiene un alelo marrón dominante y un alelo recesivo rubio tendrá el pelo marrón, pero sin el alelo dominante podría ser rubio, y eso explica científicamente que un padre y una madre con el pelo marrón pueden tener un hijo rubio y también explica que dos hermanos pueden tener el pelo de distinto color.

En algunas personas puede darse el caso de que tengan el cabello mezclado con dos colores de pelo, algo que también se consigue aplicando tintes de peluquería en forma de mechas, brillos o coloraciones.

El pelo también se decolora o aclara por la exposición prolongada al sol o por el contacto continuo con el agua salada y otros agentes externos, aunque también puede oscurecerse con la edad.

Aunque, como antes hemos dicho, el negro es el color predominante en el ser humano, también puede ser marrón en sus distintas tonalidades, rubio, pelirrojo e incluso blanco.

Se calcula que una de cada 17,000 personas padece hipopigmentación – conocido como albinismo – y tiene el pelo blanco, aunque la ausencia de pigmentación en el pelo también se da con la edad y esa es una de las razones por la que algunas personas adultas tienen el pelo blanco.

Y como última curiosidad, los hombres pueden tener el cabello de un color y la barba de otra, y por tanto es muy normal que en una de las partes aparezcan canas antes que, en la otra, de manera que un mismo individuo puede tener un cabello negro y la barba completamente blanca.