Por José “Chamby” Campos
Influencia del exilio miamense en Series Mundiales
Francisco “Paco” Figueroa, el coach de primera base de Los Phillies de Filadelfia en esta Serie Mundial, es el nombre de otro muchacho con raíces cubanas-americanas del exilio de Miami que se añade a una vasta lista de representantes al Clásico Otoñal.
Paco, hijo de madre cubana y padre español, nació en esta ciudad y junto a su hermano gemelo Danny, con el cual siempre fue compañero de equipo, son productos de las academias de esta ciudad; jugó para la secundaria Gulliver y más tarde vistió el uniforme de La Universidad de Miami.
He aquí una pequeña reseña de otros que han sido parte de equipos que han ganado la Serie Mundial.
En 1995 Aurelio “Chino” Cadahía era parte del elenco de coaches del maestro Bobby Cox cuando Los Bravos de Atlanta se coronaron. Años después en el 2015 recibió otro anillo cuando Kansas City se llevó el galardón.
Chino fue uno de los mejores bateadores de la ciudad durante sus años de estudio en Miami Springs High School. También fue miembro del equipo de pelota del Miami Dade College.
Un año más tarde, 1996, cuando Los Yanquis de Nueva York volvieron a reinar después de una ausencia de 18 años; Rudy Arias, hijo del ex lanzador de grandes Ligas Rodolfo Arias, recibió su sortija como cátcher del bullpen.
Arias cursó sus estudios en Miami High y al igual que con Los Bombarderos participó como receptor del equipo.
En la dramática Serie Mundial del 2001 Los Diamondbacks de Arizona destronaron a Los Yanquis de Nueva York y como coach de primera base estaba el antiguo alumno de Miami High Eduardo Rodríguez. Desplazándose como torpedero fue compañero de equipo de Arias en dicho plantel.
Cuando Los Angelinos de Anaheim, hoy residentes en Los Ángeles, se llevaron el trofeo en el año 2003, Roberto “Bobby” Ramos era el coach del bullpen.
La carrera de Ramos ha sido larga y extensa, siempre como receptor; comenzó en la escuela Miami Jackson High y culminó con 6 años en Las Grandes Ligas, participando con Los Expos de Montreal y Los Yanquis de Nueva York. Por varias temporadas también participó en la liga invernal de Venezuela y La Serie del Caribe
Durante la histórica Serie Mundial del 2016 donde después de más de un siglo de espera, Los Cachorros de Chicago volvieron a la cúspide venciendo a Los Indios de Cleveland, dos jóvenes nacidos en esta ciudad, de padres cubanos recibieron anillos de campeones; Alex Suárez y Kenny Socorro ambos asistentes en desarrollo de peloteros.
Alex jugó béisbol para el colegio Gulliver y más tarde para La Universidad de Tennessee mientras que Socorro hizo el mismo camino, pero en la escuela secundaria Miami High y La Universidad de Marshall.
La temporada 2019 concluyó con Los Nacionales de Washington ganando el título frente a Los Astros de Houston. Parte de esa franquicia y recibiendo su segunda sortija, más adelante hablaremos de la primera, fue Miguel “Mike” Cadahía, primo del Chino; Mike, en la actualidad continúa en el cargo que poseía en aquel momento; Director de Operaciones Internacionales.
Cadahía fue cátcher de la escuadra de béisbol del High School Miami Springs y luego continuó en la misma posición con el Miami Dade College.
Finalmente, en la Serie Mundial del año pasado, 2021, cuando Los Bravos de Atlanta se llevaron la corona frente a Los Astros de Houston, el asistente del coach de bateo era José “Nachi” Castro, el cual todavía lo es. Como recompensa de esa labor obtuvo su argolla de oro.
Nachi se graduó de la escuela secundaria Miami Jackson y fue miembro del equipo de pelota durante sus 3 años de estudio. Reconocido como un gran maestro en el arte de batear, lleva 44 años dentro del béisbol profesional.
En adición a los anteriores mencionados, cuando Los Marlins ganaron sus títulos, también se llevaron aros dorados los siguientes cubano-americanos educados en el exilio miamense.
En el triunfo de 1997 Larry Pardo fue recompensado con un anillo por ser coach de lanzadores de las ligas menores y donde una temporada anterior había sido el mentor de Liván Hernández, “Jugador Más Valioso” del torneo. Su carrera estudiantil la hizo en el colegio Christopher Columbus donde se destacó como pitcher.
Al Ávila era en esa campaña el Director de Operaciones en Latinoamérica; bajo su mando Los Marlins firmaron profesionalmente a Liván y a Miguel Cabrera, quién 6 años más tarde los ayudara a ganar otra banderilla.
Ávila cursó estudios en la escuela Hialeah High donde también practicó el deporte. Su trayectoria en el béisbol es extensa comenzando como pelotero, más tarde manager de La Universidad de Saint Thomas, scout, director de operaciones y finalmente llegando a ser el primer cubano en convertirse en gerente general de un equipo de Grandes Ligas, Los Tigres de Detroit.
Como dice el refrán “De casta le viene al galgo”; Ávila es hijo de Rafael Ávila quién fuera el precursor de las academias de pelota en el mundo, cuando Los Dodgers de Los Ángeles lo enviaron a República Dominicana para que abriera la primera academia fuera de EE.UU.
También premiado por su esfuerzo en esa Serie Mundial lo fue Miguel Cadahía, siendo esa la primera presea que se llevaba; en esa ocasión su posición era Supervisor de Scouts del Este de EE.UU.
Interesantemente todos estos hombres de béisbol tuvieron sus comienzos en los terrenos de pelota de este condado.
Espero no haber omitido ningún nombre.
La pasión del cubano por la pelota no se detuvo cuando tuvo que exiliarse y aquí hemos visto los resultados de familias sacrificadas porque sus hijos triunfaran.
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